
El último informe sobre el mercado laboral de Estados Unidos ha confirmado la sabiduría de resistir la tentación de reducir la tasa de interés, en medio de la pronunciada incertidumbre causada por el subibaja de los aranceles, redadas en contra de los trabajadores extranjeros y la andanada de improperios y amenazas contra el jefe del banco central.
La semana pasada, el Departamento de Trabajo informó que en junio fueron creados 147,000 empleos no agrícolas, con la tasa de desempleo estable en 4.1 por ciento. Las nuevas contrataciones ocurrieron principalmente en tres sectores, los gobiernos locales y estatales, la sanidad, el entretenimiento y la hospitalidad, juntos crearon más de 132,000 nuevos empleos en junio, mientras perdieron empleos la manufactura y otros sectores dependientes de la contratación de trabajadores extranjeros. Por ende, el presidente del banco central Jerome Powell, en la conferencia anual del Banco Central Europeo en Portugal, la semana pasada dijo que es prudente esperar, mientras que la economía estadounidense continúe “sólida.”
Además, la pausa de 90 días en la imposición de aranceles, programada para concluir el 9 de julio, fue extendida hasta el 1 de agosto. Dicha pausa, cabe recordarlo, fue decretada por la Casa Blanca ante la zambullida de la bolsa de valores, entre el 10 de febrero y el 8 de abril. La prórroga hasta agosto fue concedida para tratar de alcanzar otros acuerdos comerciales marco, como los que han sido pactados con el Reino Unido y Vietnam.
*Analista y consultor internacional, ex-director de la Oficina de la CEPAL en Washington. Comentarista de economía y finanzas de CNN en Español TV y radio, UNIVISION, TELEMUNDO y otros medios.
Cortesía de El Economista
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