Responsable de política monetaria del BOJ se inclina por subir réditos pese a oposición del gobierno

El Banco de Japón (BOJ, por su siglas en inglés) debe seguir subiendo las tasas de interés reales hasta alcanzar “un estado de equilibrio”, afirmó ayer la miembro del consejo, Junko Koeda, tras las nuevas caídas del yen impulsadas por las expectativas del mercado de que la presión política mantendrá lentas las alzas de tasas.

Estas declaraciones sugieren que Koeda, una académica que se incorporó al consejo del banco central en marzo, votará a favor de un aumento de las tasas de interés si así lo propone el gobernador, Kazuo Ueda, en los próximos meses.

Los mercados siguen muy de cerca las señales de la política del BOJ, ya que la primera ministra, Sanae Takaichi, defensora de una política fiscal y monetaria expansiva, ha expresado su descontento con la idea de otra alza de réditos a corto plazo.

Ante la perspectiva de que las tasas bajas prolongadas alimenten una caída indeseada del yen, la ministra de Finanzas, Satsuki Katayama, dijo que no tenía ninguna objeción a la moderada alza de tasas del BOJ.

Aunque se abstuvo de comentar los niveles del yen, Koeda afirmó que el BOJ debe seguir subiendo las tasas de interés en consonancia con la mejora de la economía.

Los precios se han mantenido “relativamente fuertes”, la brecha de producción se ha situado en torno a 0% y el mercado laboral se está endureciendo, afirmó, añadiendo que la reciente alza de los precios de los alimentos podría afectar a las expectativas de inflación.

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Con unas tasas de interés reales “claramente bajas” en comparación con otros países, el BOJ puede seguir estimulando el consumo y la inversión incluso si sube ligeramente los réditos nominales, afirmó.

“El Banco de Japón debe proceder a la normalización de las tasas de interés, es decir, devolver las tasas de interés reales a un estado de equilibrio, para evitar crear distorsiones no deseadas en el futuro”, afirmó Koeda en un discurso.

Las declaraciones de Koeda ponen de relieve la creciente preocupación de los nueve miembros del consejo por el aumento de las presiones inflacionarias.

Cortesía de El Economista



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