Resucitando los animales del pasado: cuando la ciencia y el arte dan vida a los dinosaurios

Todos los niños se han ilusionado alguna vez por los dinosaurios, incluso, ¿quién, en su vida adulta, no se ha fascinado al visitar un museo y contemplar los fósiles de un organismo que vivió hace millones años? ¿Cómo vamos a estar preparados, igualmente, para imaginar animales que poco o nada tienen que ver en apariencia con los que hoy conocemos?

Vivimos en un mundo donde todo se genera de forma instantánea e inmediata, donde hablar de un evento a meses o años vista nos impacienta. Nos cuesta echar la vista atrás, y hacernos una idea de cómo vivía el ser humano hace tan solo un siglo o de los sucesos históricos que nos separan 500 o 1000 años en la historia. Por ello, se hace difícil creer cómo el ser humano, al igual que el resto de seres vivos del planeta, vienen de un lento pero fascinante proceso evolutivo. Sin embargo, la unión entre la ciencia y el arte, la paleontología y la reconstrucción escultórica, nos permite recrear a los organismos que una vez habitaron nuestro planeta, incluidos los dinosaurios.

El avance de la paleontología a partir del siglo xix marcó el comienzo de la fascinación por los dinosaurios, convirtiéndolos en seres vivos emblemáticos denominados como «animales modernistas por excelencia».

La forma de dar a conocer estos fascinantes animales, a través de sus huellas, dientes y huesos, generó la necesidad de crear una representación visual utilizando la anatomía comparada. En sus inicios, este proceso, con mayor o menor acierto, nutrió los estudios científicos de impactantes imágenes de los seres vivos que habían habitado nuestro planeta mucho antes de lo que la mente humana era capaz de imaginar.

En estas dos imágenes de arriba podemos ver el proceso de construcción y el resultado final de la reconstrucción de una escena de lucha entre dos dinosaurios. Este imponente conjunto escultórico es fruto del trabajo del equipo multidisciplinar de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis. Taller de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis y Tierra Magna en Dinópolis (Teruel). Fuente: Daniel Ayala Hervera.

Reconstrucción escultórica de dinosaurios como medio de divulgación científica

La fascinación por reconstruir y mostrar al mundo estos asombrosos hallazgos creó, ya en el siglo xix, la necesidad de dar un paso más, porque no bastaba con dibujarlos en papel. La bidimensionalidad dio paso a la escultura y la luz se fusionó con el volumen, las texturas y el color. De alguna manera se conseguía resucitar, en un concepto artístico y científico, a un animal que se hacía tangible millones de años después de haber desaparecido para siempre.

Estos dibujos y esculturas dieron lugar a varias interpretaciones, no solo desde la perspectiva científica, donde la incertidumbre y diversidad de la evidencia fósil generaron representaciones de animales con aspecto y locomoción muy variados, sino también en el ámbito puramente artístico, como manifestación de la visión creativa del propio artista.

En la actualidad, el mundo es muy diferente y la cantidad de información suele ser en la mayoría de casos excesiva, especialmente desde que el ser humano está interconectado. Sin embargo, con el empleo de métodos de búsqueda eficientes y consulta de fuentes fidedignas, el ámbito de la investigación científica se presenta como un horizonte ilimitado. Este flujo constante de información facilita la comparación de datos y la obtención de conclusiones más precisas sobre la morfología, locomoción e incluso el hábitat de los dinosaurios.

El trabajo multidisciplinar como base esencial para la reconstrucción de dinosaurios

No podríamos hablar de la reconstrucción de un dinosaurio sin contar con la participación activa de un equipo multidisciplinar. Un grupo de personas que proviene de diferentes disciplinas o especialidades, que colabora constantemente para llegar a un objetivo común, en donde cada especialista gestiona la contribución de su respectiva área de conocimiento.

Los estudios llevados a cabo por los paleontólogos permiten conocer la anatomía y evolución de los vertebrados, así como el comportamiento de estos organismos a partir de las investigaciones sobre las evidencias fósiles. Por otro lado, la comparación con organismos modernos es esencial para comprender la diversidad biológica, la filogenia y las adaptaciones evolutivas de las especies a lo largo del tiempo. Además, los paleontólogos aportan también información muy relevante sobre los ambientes en los que se desarrollaban los organismos del pasado, información de gran utilidad para recrear aquellos ecosistemas.

Por su parte, los especialistas en conservación y restauración paleontológica ponen a su servicio el conocimiento en metodologías, instrumentos y productos ampliamente estudiados en diversas áreas. Su destreza y habilidad manual les permite tratar con una precisión quirúrgica cada elemento fósil. Son expertos en cuidar, mimar y respetar cada uno de los fósiles que pasan por sus manos, estableciendo criterios que garantizan su valor, integridad estructural, compatibilidad material y preservación, asegurando así su futuro como piezas únicas e irremplazables.

Sobre estas líneas, un momento del proceso de reconstrucción de la cabeza de un dinosaurio carnívoro. El tratamiento exhaustivo de las formas y la observación de animales actuales como referencia, ayudan a conseguir piezas con gran expresión y realismo.
Sobre estas líneas, un momento del proceso de reconstrucción de la cabeza de un dinosaurio carnívoro. El tratamiento exhaustivo de las formas y la observación de animales actuales como referencia, ayudan a conseguir piezas con gran expresión y realismo. Fuente: Daniel Ayala Hervera.

Los expertos en interpretación y recreación artística de animales extintos, comúnmente conocidos como «paleoartistas» no provienen, hasta el momento, de una disciplina formativa estrictamente definida. Generalmente, suelen ser personas con una inquietud especial por la representación de seres vivos del pasado mediante diferentes recursos artísticos. Son entusiastas de la exploración creativa, que los impulsa a formarse a sí mismos y, por tanto, únicos en su forma de trabajo. Su profesionalidad reside en la búsqueda constante de información contrastada proveniente de estudios científicos, así como en el desarrollo interpretativo y creativo para transformar los datos empíricos en la representación visual de animales extintos.

Las habilidades y conocimientos de todos estos profesionales se fusionan para crear una sinergia poderosa y altamente efectiva. La colaboración multidisciplinar es fundamental para lograr una reconstrucción completa y precisa de animales extintos, en un proceso que engloba desde la identificación de yacimientos hasta la representación artística final. Cuando cada especialista aporta su experiencia única y trabaja en armonía con los demás, se puede conseguir una representación que roce la perfección en términos de precisión científica y calidad artística. Este enfoque integral no solo promueve la excelencia en la divulgación de la paleontología, sino que también inspira un profundo aprecio por el legado de la vida en la Tierra a lo largo de millones de años.

Materiales y metodologías en escultura aplicada a la reconstrucción. alquimia con vocación. El gran secreto

Si hay algo que el escultor dedicado a la reconstrucción de dinosaurios y otros seres extintos ama y odia por igual, es la constante incertidumbre en la elección de metodologías y materiales para desarrollar una escultura determinada. En este ámbito, el escultor carece de un manual de consulta de referencia, y cada proyecto conlleva unas especificaciones finales que pueden alterar sustancialmente la estructura de trabajo desde el principio.

Tanto si la escultura se ubica en un entorno exterior como si es visible en el interior de un museo, si se permite el contacto físico con los visitantes o si se exhibe detrás de una vitrina de cristal, existen varios factores que influyen en la elección del proceso y en los materiales a emplear como son el tamaño, el nivel de detalle, o el presupuesto disponible, entre otros. En este campo, no existen las comodidades de la tecla «Deshacer» a la que estamos acostumbrados en la informática; más bien se asemeja a la meticulosidad requerida en la alta cocina, donde cada elemento debe ser seleccionado y aplicado con precisión, en el momento oportuno y en la cantidad exacta.

Los lugares de trabajo suelen ser talleres con historia marcada por los años. Estantes repletos de recipientes con pigmentos, espátulas, pinceles y frascos manchados, se entremezclan con maquetas fragmentadas de otros proyectos que han sucumbido al paso del tiempo. Materiales como resinas sintéticas, siliconas para moldes, así como herramientas de corte y desbaste que ensordecen el ambiente, o los trabajos de soldadura que dibujan destellos sobre montones de documentos científicos, evocan la imagen del trabajo en un laboratorio al estilo del doctor Frankenstein.

Este trabajo constituye un constante laboratorio de pruebas, de «ensayo y error», y conlleva estar siempre alerta ante la posible aplicación material de lo cotidiano a lo profesional. Esto implica observar siempre la naturaleza, los movimientos y comportamiento de los animales, fascinarse por cada textura, cada color, para mantener un aprendizaje constante de lo que el entorno puede ofrecer, siendo un proceso de aprendizaje que no es laboral, sino vocacional.

Proceso de soldadura en el taller de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis, durante el montaje del esqueleto original del dinosaurio anquilosaurio Europelta carbonensis: la superficie fósil es «abrazada», de forma delicada, por estructuras metálicas que soportan todo el conjunto. Está expuesto en el Museo Aragonés de Paleontología en Dinópolis (Teruel).
Proceso de soldadura en el taller de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis, durante el montaje del esqueleto original del dinosaurio anquilosaurio Europelta carbonensis: la superficie fósil es «abrazada», de forma delicada, por estructuras metálicas que soportan todo el conjunto. Está expuesto en el Museo Aragonés de Paleontología en Dinópolis (Teruel).

La escultura como modelo de interpretación científica de alta calidad. La ciencia con volumen, luz y color

La transformación de los datos científicos parte de una imagen básica de la anatomía del animal a reconstruir. En este sentido, el estudio de los huesos puede arrojar, por ejemplo, valiosa información para definir la forma y la posición aproximada de la musculatura de un dinosaurio. De igual modo, mediante el uso de sistemas específicos se pueden desarrollar estudios biomecánicos partiendo de la estructura de su esqueleto e, incluso, establecerse estimaciones de tamaño y masa corporal del animal.

Cuanto más específica sea la información obtenida, mayor será el rigor científico de la reconstrucción, si esta información es bien interpretada por el escultor y la comunicación es fluida con el resto del equipo. En este punto es el artista especializado el que debe sumergirse en una rigurosa exploración de material gráfico contrastado, y siempre que sea posible con fósiles originales. En la actualidad, existe una ingente variedad de géneros y especies de animales, lo que proporciona un amplio repertorio de formas, detalles, pliegues, texturas y colores que pueden ser de ayuda durante el proceso de reconstrucción de animales del pasado. Toda esa información sirve como base de datos para que el especialista pueda establecer centenares de combinaciones y llegar, de este modo, a recrear la imagen más cercana y realista de cómo pudo ser un dinosaurio en vida.

¿Qué distingue la escultura por encima de otras representaciones artísticas en la reconstrucción de dinosaurios? Sabemos que los «lagartos terribles» existieron y podemos llegar a imaginar, con la fascinación de un niño, a uno de ellos caminando ante nosotros. Sin embargo, nuestra imaginación tiene sus límites. Las representaciones bidimensionales nos ofrecen una interpretación correcta y precisa de la apariencia de un animal, pero observarlos en persona, incluso a escala real, resulta una experiencia única y sobrecogedora. Al caminar frente a ellos, contemplamos sus formas y volúmenes y percibimos el movimiento, el juego de luces y sombras que dan vida al tejido escamoso de su piel, el brillo de los ojos, las marcas de sus vivencias y las cicatrices de su legado. La empatía vocacional y la destreza artística del escultor dedicado a esta disciplina son cruciales para abrir, de manera directa, las mentes del presente y del futuro a las maravillas del pasado.

Cortesía de Muy Interesante



Dejanos un comentario: