La violenta operación policial lanzada el martes en Río de Janeiro, la más letal de la historia de la ciudad brasileña, dejó al menos 132 muertos, entre ellos cuatro agentes, informó oficialmente la Defensoría Pública regional.
Los vecinos de Penha recuperaron esta mañana más de 50 cadáveres, que se sumaron a los 64 fallecidos, incluyendo cuatro policías, que habían sido informados ayer.
Los cuerpos hallados por la gente fueron trasladados a la plaza Saõ Lucas por residentes que salieron a buscar a sus familiares desaparecidos tras el operativo y fueron colocados en las calles, tapadas con plásticos y telas. Luego móviles de la morgue acudieron para llevárselos.
Los pobladores gritaban indignados “¡asesinos, asesinos!” y, cuando fueron interrogados por periodistas definieron el operativo como “una masacre”.
“Hay personas ejecutadas, muchas de ellas con un tiro en la nuca, un tiro por la espalda, esto no puede ser considerado seguridad pública”, dijo el vecino y activista Raul Santiago a los medios.
Masacre en las favelas
El despliegue de 2.500 policías en la megaoperación de este martes, que se centró inicialmente en dos grandes barriadas cariocas de favelas, pretendía frenar la expansión territorial del Comando Vermelho, el segundo grupo más poderosodel crimen organizado en Brasil.
El descomunal despliegue policial fue respondido con intensos tiroteos por los hombres del Comando Vermelho, que incluso lanzaron granadas desde drones sobre los agentes.
Reclamo desde Brasilia
El ministro de Justicia y Seguridad Pública de Brasil, Ricardo Lewandowski, afirmó que el estado de Río de Janeiro debe solicitar la intervención federal al Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva en caso de que no pueda controlar con su policía el crimen organizado.
“Si el gobernador de Río de Janeiro siente que no tiene condiciones, tiene que tirar la toalla y pedir la activación de la Garantía de Ley y Orden (GLO) o una intervención federal. Si él no logra enfrentar el delito será tragado por el crimen organizado”, expresó Lewandoski.
El funcionario aclaró que Río de Janeiro no hizo pedidos para esta operación policial. Tras condenar la “fuerza bruta” de la operación, el ministro expresó condolencias a las familias de cuatro policías muertos y a los “inocentes que perecieron” durante la redada.
Para Lewandowski, la estrategia para enfrentar la criminalidad debe basarse en inteligencia y coordinación institucional. Citó como ejemplo la Operación Carbono Oculto, realizada en Sao Paulo en septiembre con la participación conjunta de la Policía Federal, la Policía Militar, el Ministerio Público Federal y la Secretaría de Ingresos Federales.
“Nadie murió y la organización criminal fue derrotada. Así se combate el crimen organizado”, aseguró, al refererise a la operación contra la principal banda criminal brasileña, el Primer Comando de la Capital (PCC).
Cortesía de Página 12
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