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La victoria de Rodrigo Paz abre un nuevo ciclo político en Bolivia.
Con el 54% de los votos en segunda vuelta y nueve puntos de diferencia sobre Jorge Tuto Quiroga, Paz llega a la presidencia del país con una propuesta de gobierno con la que busca alejarse de los extremos.
En medio de una dura crisis económica que atraviesa el país, Paz aterrizará en el gobierno con las consignas de “capitalismo para todos”, terminar con el “Estado trancado” y profundizar las autonomías regionales.
El presidente electo promete garantizar el abastecimiento de combustible a partir del 8 de noviembre cuando asuma como presidente. Para eso, espera contar con el respaldo de los países vecinos de América Latina.
Para el presidente electo, la reapertura de las relaciones con Estados Unidos, suspendidas desde 2008 durante el primer mandato de Evo Morales, representa la puerta de entrada del país a los organismos multilaterales.
Rodrigo Paz habló en la noche del miércoles con BBC Mundo desde La Paz.

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La noche del domingo usted no se mostró eufórico, sino reflexivo. Teniendo en cuenta que antes de la primera vuelta su victoria era improbable, ¿cómo recibió los resultados?
La primera reacción ha sido la del agradecimiento por la oportunidad de estar ahí y al país. Después, quise transmitir la serenidad que requiere el momento. Bolivia requiere equilibrios, escucharnos, consensuar, pero hacerlo con firmeza.
Lo que hemos querido transmitir al país es tranquilidad y serenidad. Si bien el momento es difícil, lo que se requiere es una visión firme pero tranquila de lo que vamos a hacer a futuro.
El partido de Tuto Quiroga solicitó este martes una auditoría de los resultados. Si bien no denuncian fraude, están pidiendo que el proceso se realice con “transparencia”. ¿Qué les responde?
La democracia necesita toda la ayuda a futuro. En cuanto a mayor precisión que se requiera, tenemos que trabajar para ello. Pero estas elecciones fueron verificadas, seguidas a nivel mundial.
Yo soy parte de una democracia que ha tomado una decisión, a través del voto popular. El que ponga dudas, que viva con las dudas. Pero aquí lo que requiere el país es salir adelante, certidumbre y mucha fuerza para tiempos mejores.
Cuando Jorge Tuto Quiroga me llama, no es que me haya reconocido a mí como ganador sino que confirma que es la voluntad del pueblo y a través de la democracia y del voto que se toman decisiones en Bolivia.
Usted no solo le ganó a las distintas facciones del MAS, sino también a dos figuras importantes de la oposición como son el expresidente Tuto Quiroga y el empresario Samuel Doria Medina. ¿Cuál fue la clave?
La necesidad de renovación y cambio era un tema contundente con el proceso del Movimiento al Socialismo (MAS). Ellos tuvieron las oportunidades para generar esa renovación, pero creo que han tomado una distancia enorme a la realidad nacional.
Yo estaba absolutamente convencido de que los perfiles que se estaban dando no eran la respuesta. Eso no significaba que Rodrigo fuera la respuesta, sino que se requería una respuesta en la renovación y el cambio.
Pues estaba claro que el país está buscando un centro político y no quería las polaridades, las contradicciones tan grandes entre la derecha y la izquierda, no eran la respuesta para Bolivia y fuimos construyendo ese centro.

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Entonces, ¿usted se define como un candidato de centro?
Nosotros representamos lo nacional, popular y democrático. Este es un país diverso, en el que la gente entiende que de ideologías no se come, sino trabajando y produciendo.
Por muy socialista que fuera el gobierno de los últimos 20 años –que es un falso socialismo– nos han dejado una deuda interna y externa de US$40.000 millones.
Nuestro eslogan fue muy claro: capitalismo para todos, acabar con el Estado tranca y profundizar las autonomías, por eso el 50-50 de recursos, tanto humanos como económicos, para las regiones.
Después de 20 años del llamado “socialismo del siglo XXI”, ¿qué significa un “capitalismo para todos” en un país como Bolivia?
Mira, en Bolivia tienes una línea trasversal donde tienes al mercado de la Cancha en Cochabamba, la feria 16 de julio en La Paz y la de Kantuta en Oruro, donde se concentra más del 70% de la población y se trabaja con el capital. Eso es capitalismo puro y duro.
Ellos conciben que es el capital, desde el ámbito informal, el que les da techo, un coche, la salud, la educación. Es más, en El Alto hay un Santo Capital. Entonces, si el pueblo cree en capital y requiere capital, ayudemos a facilitar ese capital para producir y generar comercio.

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Más del 80% de los trabajadores bolivianos se encuentran en la informalidad, según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). ¿Bajará los impuestos para reducir la informalidad?
Los impuestos ahora ahogan a un 15% de la economía, que es la economía formal, mientras que el 85% es informal. Hace unos años atrás, más del 40% de la economía era formal y 60% informal. La migración hacia la informalidad ha sido extraordinaria.
De lo que se trata no es combatir la informalidad, sino que ser formal sea barato. A ellos también se les va a bajar los impuestos y se les facilitará los créditos. Tendrán una serie de ventajas. Entre el 15% formal y el 85% informal está el Estado tranca. A ese es al que vamos a sacar.
Usted dice que US$9.600 millones que circulan dentro del país no están declarados. ¿Cuál va a ser la primera medida para aumentar las reservas internacionales?
Es una barbaridad, pero no hay confianza. También tenemos unos US$7.000 millones de las empresas bolivianas que no han retornado al país, porque no hay confianza en el Estado.
Entonces, está claro que las medidas de confianza que vamos a dar no son dólares para el Estado, sino dólares para la producción, la exportación, la importación y el comercio. Implementaremos una serie de medidas que dé garantías para esos dólares, que son de los bolivianos.
El Banco Central de Bolivia ha sido cuestionado en los últimos años. ¿Cuál va a ser el rol de esta institución?
No va a ser un Banco Central como es ahora, que es caja chica del Gobierno, sino va a ser un Banco Central con recursos, muchos de ellos son créditos por US$3.500 millones que tenemos ya aprobados en Bolivia.

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Usted se comprometió a regularizar el suministro de combustible a partir del 8 de noviembre recurriendo a la ayuda de los países de la región. ¿Cuál será el primer paso?
La gasolina y el diésel ya están. Lo que necesitamos ahora es cumplir esa logística, que es lo más complicado debido a que Bolivia es un país mediterráneo, no tenemos puertos, por eso necesitamos una logística un poco más complicada que el resto de países. Eso es lo que estamos resolviendo ahora.
Por eso hemos visitado Brasil, Argentina, hablamos con Paraguay y Estados Unidos.
¿Cómo espera que sean las relaciones con Estados Unidos?
Buenas, porque esa es nuestra voluntad.
Estamos reabriendo las relaciones con Estados Unidos y eso nos ha dado condiciones con las instituciones multilaterales y con el propio Gobierno, que nos está facilitando el poder resolver estos temas de la forma más inmediata posible.
El mensaje de fondo es llevar a Bolivia al mundo y el mundo a Bolivia. Eso implica muchas cosas, entre ellas, reorganizar o retomar las relaciones con Estados Unidos, con el actual gobierno y de aquí en más construir una relación estable.
¿Y con los países de América Latina?
Hasta ahora, hemos tenido conexión con más de 14 presidentes. Esa es una señal extraordinaria para empezar. Pero les decimos que cuando lleguen, lleguen con empresarios, que aquí la tonalidad ha cambiado.
Vamos a trabajar en la seguridad jurídica, rápido y pronto, desde el Parlamento. Lo haremos en base a una combinación de alianzas para alcanzar esas mayorías y trabajar en la seguridad jurídica, para que sepan que pueden invertir en Bolivia.

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Vinculado a las mayorías en el Congreso, si bien su partido tienen mayoría en Senado y en Diputados, ¿cree que podrá contar con el bloque de Tuto Quiroga?
Realmente hoy se requiere más que nunca la grandeza con Bolivia. Por eso, el domingo hice [un llamado] extensivo a los parlamentarios y a la Alianza Libre de Quiroga, porque el que se encone en su rincón político, se equivoca y el país va a cobrar caro.
La patria necesita de todos. Yo seré absolutamente transparente en eso. El que no quiera estar no será por falta de apertura del gobierno. Para gobernar un país que requiere el esfuerzo de todos.
Teniendo en cuenta que el vicepresidente electo, Edman Lara, tenía sus propias ambiciones presidenciales y que no ha sido su primera opción para acompañarlo en la fórmula. ¿Le preocupa cómo puede darse esta relación?
Va a ser un buen vicepresidente.
La Fiscalía de Tarija presentó este martes la acusación formal contra Evo Morales por el delito de trata agravada de personas. ¿Cuál va a ser su posición con el expresidente?
Es la justicia la que tiene que llevar adelante las acciones legales para hacer cumplir el rol de la Justicia. El Gobierno, a diferencia de los últimos 20 años, hará cumplir la normativa nacional.
Pero la Justicia tiene que recuperar su rol de centralidad a la hora de impartir justicia. Para eso está. Entonces, en eso no habrá intervención por parte de nuestro Gobierno.
¿Ha hablado con él?
No hay diálogo con Evo Morales.
¿Va recuperar el control sobre El Chapare?
El Chapare es parte del territorio nacional y la soberanía es a lo largo y ancho de la patria.
¿Teme que pueda boicotear a su gobierno?
Si boicotea al gobierno, boicotea al pueblo y el pueblo no se lo va a permitir.

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Cortesía de BBC Noticias
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