Rosa Incaica: la mágica unión de una soprano danesa con un guitarrista tucumano, que juntos hacen temas de Joni Mitchell

Ella, la soprano Annelise Skovmand es estadounidense de ascendencia danesa. Él, Pablo González Jazey, guitarrero, es más tucumano que las empanadas. ¿Qué podría fallar en esta pareja?. Nada. No sólo no falla nada sino que además se las han ingeniado para armar Rosa Incaica, uno de los dúos musicales más exquisitos que hoy puedan escucharse en la escena de la música local. Y si, algo raros son. O más bien distintos.

Este viernes 8 de noviembre el dúo va a estar presentando en vivo Diario de viaje, Rosa Incaica interpreta a Joni Mitchell, en el espacio Abra Cultural (Hipólito Yrigoyen 840). Un homenaje a esa gran cantante canadiense, justo un día después de que la autora de Héjira haya cumplido 81 años de edad

Annelise Skovmand y Pablo González Jazey tocarán temas de Joni Mitchell con su dúo Rosa Incaica. Foto Guillermo Rodríguez Adami

La piedra rodocrosita, de color rosado, recibe la denominación “Rosa del Inca” de una vieja tradición andina que la considera símbolo de paz y amor. Según la leyenda, fue el adorno especial de las princesas de Tihuanaco. Se la extrae de las entrañas de la tierra catamarqueña, y popularmente se la identifica como la “piedra de Catamarca”.

Y así, al igual que esta antigua piedra semi-preciosa, el matrimonio viene trajinando durante más de dos décadas un derrotero musical de belleza singular, jalonado por obras de Aaron Copeland, Astor Piazzolla, Guastavino, Ginastera, Eduardo Falú y Fito Páez, entre otros autores.

Una historia singular

La mayoría de los consejeros matrimoniales advierten sobre los peligros que podrían acarrear en una pareja compartir además de la cotidianeidad amorosa su fuente de trabajo. Pero ellos hacen oídos sordos a esos consejos. Y se ríen cuando alguien se los plantea. Veinte años de compartir la vida y la música es evidencia de un triunfo contundente.

Annelise Skovmand y Pablo González Jazey, juntos en su casa. Foto Guillermo Rodríguez AdamiAnnelise Skovmand y Pablo González Jazey, juntos en su casa. Foto Guillermo Rodríguez Adami

Pablo: -¡Los consejeros tienen razon! (se ríe)

Annelise: -Pero acá estamos. Nunca pensé que iba a vivir en Argentina o cantar música popular, o la música de Alberto Ginastera o Carlos Guastavino, y con él. Lo que esto tiene de bueno es que estamos siempre trabajando, y cuando se nos ocurre alguna idea el otro esta a mano. Viajamos juntos, hacemos las giras. Es muy lindo.

-¿Cómo empieza la historia de ustedes dos?

Pablo: -En el año 98 nos casamos, pero estábamos juntos desde un tiempo antes.

Annelise: -Primero éramos sólo una pareja musical, de canto y guitarra. Y después fuimos amigos. Él había ganado una beca para estudiar en Boston, apoyado por la Universidad Nacional de Tucumán y después de la maestría se volvía a la Argentina. Pero yo dije “No voy a ir a Argentina”.

El dúo Rosa Incaica. Foto de prensaEl dúo Rosa Incaica. Foto de prensa

-¿Conocías algo de este país?

Annelise; -Sabía de Buenos Aires, dónde quedaba. Pero no conocia mucho de la música folklórica, apenas algo de tango. Pablo me habia regalado un disco de Mercedes Sosa que me dio vuelta la cabeza. Pero cada uno tenia sus planes, se suponía que la vida iba a llevarnos a distintos lugares. Y él me dijo ¿“Querés venir”?.

-Y vos agarraste viaje.

Annelise: -¡Si!. Le respondí “Estaba esperando que me preguntes”. Vinimos para acá pero casi enseguida fuimos a Tucumán, de donde es su familia. Cuatro años estuvimos allí; yo enseñaba canto en el Conservatorio de Tucumán.

-¿Ya sabias hablar castellano?

Annelise: -De niña, como mi familia se habia mudado a México, aprendí a hablar ahí. Pero a los ocho años nos mudamos de vuelta a Florida, en Estados Unidos. Y cuando estaba estudiando en el Conservatorio de Boston me encontraba con gente de distintos países de América, como venezolanos, colombianos, puertorriqueños y mexicanos.

Ascendencia danesa

-Annelise, vos naciste en los Estados Unidos pero tu ascendencia es danesa, ¿verdad?

Annelise:-Sí. Mi papa llegó desde Dinamarca a Estados Unidos, porque habia ganado una beca para ir a estudiar y hacer una experiencia en una granja de cerdos en Minnesotta. Y ahi empezó a estudiar agronomía. Decidió que no queria volver a Dinamarca. Tenia la opción de elegir: o volver y ser Capitán de Marina o quedarse y ser cientifico para ayudar a darle de comer al mundo. Y eligió esto ultimo.

-¿Cómo empezaste a cantar?

Annelise: -Dice mi mama que nací cantando. Todos decian “Qué linda voz que tiene Alannise”. Cuando mis padres se separaron, con mamá nos fuimos a Florida, cerca de Tampa, donde estaban mis abuelos que vivían en un yate. Y a los 10 años me mandaron a una maestra de canto. Era una parisina que me preguntó “¿Qué queres cantar?”. Le dije ópera y casi se cae de la silla. Cuando lo conocí a Pablo el me propuso hacer música popular. Y le dije “No, no hago esa música”.

-Pero parece que te convenció. ¿Cuál es tu historia, Pablo?

Pablo: -Nací en la ciudad de Tucumán, mi viejo cantaba pero no profesionalmente. Él era de Salta. Cuando yo era chico tuvo un accidente en las manos y perdió unos dedos, pero nunca perdió la musicalidad que tenía.. A mi siempre me gustó la música, veía a una tía tocar el piano y quería ser pianista, le dije a mi viejo que quería estudiar piano y me dijo “Ah, acá hay una guitarra”. Y me dio su guitarra.

Ibamos mucho a Salta en los veranos, donde todos los primos cantaban, y el repertorio del Cuchi Leguizamón estaba presente. De más grande en una plaza veo que mi viejo saludaba a alguien “Hola Gustavo”,” Hola Negrito “, le contesta el hombre. Y era el Cuchi. Y le dice mi papá “Este me ha salido músico. El Cuchi me mira y me dice “Vos venís para mi casa”. Ahí tocaba el piano y me mostraba cosas increíbles.

Cuando terminé la secundaria no sabia bien que seguir y una maestra que vivia en Tucumán, una guitarrista de lo académico, me dijo “Vos tenes que estudiar esto en un conservatorio”. Entré a la escuela de música de la Universidad y empecé a ganar becas. Viajé a España, Italia, me inscribía en los los concursos, En el ’95 gane una beca que te posibilitaba hacer posgrado a universidades de Estados Unidos, entre las opciones estaba Boston y el conservatorio que estaba buenísimo.

Los primeros pasos

-Vamos ahora al momento que desemboca en este matrimonio musical, ¿qué sucedió?

Pablo González Jazey en vivo. Foto de prensaPablo González Jazey en vivo. Foto de prensa

Pablo: -Voy a Boston para estudiar en el conservatorio y el primer día llego tarde. Me hice el pícaro porque habia venido acá a uno de los primeros Festivales de Las Guitarras del mundo. Me había llamado Juan Falú, y yo chocho no iba a faltar ni loco. Bueno llego tarde al conservatorio y esto al director de música no le gustó, pero igual me dio la clase.Y no entendí nada de lo que me dijo en inglés. Sentía que me hablaban en marciano.

Cuando salí me encontré con ella que me dice “¿Querés que te cuente lo que te dijo?” (se ríe) Ahi nos hicimos amigos, y decidimos empezar a hacer algún proyecto juntos. A ella la esuché cantar alguna aria de ópera. Y un día, viajando, ella canta una canción como de cuna y casi me desmayo. No le conocía esa voz.

Annelise: Vos me ayudaste a hacer una audición, acordate de eso también.

Pablo: -Cuando terminó mi beca nos vinimos a Tucumán, ahí nos casamos y ella empezó a enseñar canto. Hicimos un primer disco con canciones de John Dowland (compositor y laudísta ingles de mediados del 1500), siete canciones de Los Beatles y canciones populares catalanas. En las bateas no sabían donde ponerlo, así que lo rotularon como World Music.

Un nuevo dúo

Rosa Incaica tiene varios discos publicados, entre los que resalta sin dudas Flores Argentinas, la famosa obra de Carlos Guastavino con letras de León Benarós. Y al respecto hay una anécdota deliciosa que cuenta Annelise:

“Yo estaba muy impactada por las letras de Benarós, asi que me puse como meta tratar de ubicarlo. Pero nadie sabía decirme dónde vivía. Hasta que un día agarré la guía telefónica y lo encuentro. ¡Y resultó que vivía acá en la otra cuadra, en la calle Talcahuano! Lo llamé y le dije ‘Señor Benarós soy una cantante estadounidense que estoy cantando las Flores Argentinas’. Nos invitó a tomar el té, fuimos a su casa, llena de flores. Escuchó el disco y dijo que le hubiera gustado a Guastavino porque se entendía bien la letra.

-¿Y por qué surge la idea de hacer un show con canciones de Joni Mitchell?

Pablo: -En el 2000, cuando hicimos el primer disco, ya vivíamos acá. Y un critico que nos vino a ver (Roberto Espinoza, de Tucumán) nos dijo “Che ustedes tienen que hacer algo de Joni Mitchell”. Yo la había escuchado a Joni pero no por ella sino porque era fan del bajista Jaco Pastorius y de su grupo Weather Report.

Annelise: -Para mi es un reto enorme, porque ella tiene un rango vocal muy grande. Cantar esas canciones me ha hecho no sólo mejor cantante sino mejor músico porque escuchandola realmente aprendes. Yo en Estados Unidos tenía el album Blue, y las radios pasaban sus canciones, pero realmente no escuchaba las letras, sino la manera de decir, su voz era lo que me atraía.

Cuando empezamos a escuchar todo su recorrido fue genial. ¡La utilización de las palabras! Su poesía es tan hermosa que está a la par de la música. Los recursos literarios que utiliza en las letras. Hicimos una lista enorme, probando y descartando.

Pablo: -El recital toma algunas canciones de sus primeros discos, pero tenemnos representaciones de todos sus estilos. Tuvimos que aprender a jugar con la afinación de ella, que es abierta, porque con la tradicional no funcionaba. Y recién ahi empezó a sonar la magia.

Cortesía de Clarín



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