El jefe de la Defensa Radiológica rusa, el teniente general Ígor Kirílov, murió en un atentado con bomba en Moscú este martes, según informó el Comité de Instrucción de Rusia (CIR). La bomba, escondida en un patinete eléctrico, fue detonada cuando el militar salía de su domicilio acompañado de su ayudante, en un ataque que las autoridades ucranianas han reivindicado como propio.
Según los investigadores del CIR, el artefacto explosivo, oculto en un patinete eléctrico ubicado junto al portal del edificio de viviendas en el sureste de la capital rusa, tenía una potencia equivalente a 300 gramos de trilita, lo que provocó una explosión de tal magnitud que rompió los cristales de las ventanas de las primeras tres plantas del inmueble, además de dañar tres coches cercanos. La agencia oficial de noticias rusa RIA Nóvosti informó que la bomba fue activada a distancia mediante señales de radio, citando fuentes oficiales.
Desde temprano, fuentes de la investigación rusa señalaron a los servicios secretos ucranianos como posibles responsables del atentado. Por su parte, una fuente anónima del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU), citada por la agencia de noticias ucraniana Ukrinform, reivindicó la autoría del ataque, señalándolo como una “operación especial” contra Kirílov, a quien calificaron de “criminal de guerra”.
Denunciante denunciado
Se trata del asesinato del militar de más alto rango cometido desde el inicio del conflicto en Moscú, apenas una semana después de que el diseñador de los misiles de crucero Kh-59 y Kh-69, Mijail Shatski, fuera abatido a tiros en la misma ciudad, en un ataque que medios ucranianos como el Kyiv Independent atribuyeron al propio SBU.
Kirílov, al frente de la defensa radiológica, química y biológica de Rusia desde hace siete años, ofrecía regularmente conferencias de prensa en las que, entre otros temas, denunciaba la existencia de “laboratorios biológicos estadounidenses” en Ucrania. Un día antes de la explosión, el SBU había presentado cargos contra Kirílov por el uso de armas químicas contra Ucrania.
El militar, galardonado con el título de Héroe de Rusia del Trabajo, tenía programada una reunión con periodistas para la tarde del martes. En octubre, había sido sancionado por el Reino Unido por el supuesto uso de armas químicas en Ucrania.
“Se ha abierto una investigación criminal por asesinato de dos militares en Moscú”, anunció el Comité de Investigación tras la detonación. Según el diario ruso Kommersant, la clasificación inicial del delito apunta a que se juzgará el caso como el asesinato de un civil y no de un objetivo militar, a la vez que señaló que Kirílov “no era el jefe más importante involucrado en la operación especial rusa” en Ucrania.
“Castigo inevitable”
El ataque tuvo lugar en una zona residencial de la capital, un día después de que el presidente ruso, Vladimir Putin, celebrara los triunfos de las tropas rusas en Ucrania, casi tres años después de que el Kremlin enviara soldados a su país vecino.
La portavoz diplomática rusa, María Zajárova, lamentó la pérdida de un “general intrépido que nunca se escondió a espaldas de los demás” a través de un mensaje difundido en Telegram. En el texto, la funcionaria señaló que Kirílov “exponía de forma sistemática y durante muchos años los crímenes de los anglosajones, con hechos concretos”.
Entre ellos, la vocera citó “provocaciones de la OTAN con armas químicas en Siria, las manipulaciones del Reino Unido con sustancias químicas prohibidas y las provocaciones en Salisbury y Amesbury, las actividades mortales de laboratorios biológicos estadounidenses en Ucrania“, entre otros.
“Los intentos de intimidar a nuestro pueblo, detener el avance del Ejército de Rusia y azuzar el miedo están destinados al fracaso”, manifestó el ex presidente ruso y actual vicepresidente del Consejo de Seguridad, Dimitri Medvedev, quien afirmó que “la cúpula político-militar del país en desaparición (por Ucrania) hará frente a un castigo inevitable” por el asesinato de Kirílov.
Para Medvedev, Kiev intenta “prolongar la guerra y la muerte” mediante un “ataque terrorista” que es un intento del poder ucraniano de “justificar su inútil existencia frente a sus amos occidentales”, según señaló ante la cadena rusa de noticias TASS.
“La naturaleza criminal del régimen de Kiev es obvia. Es un Estado terrorista dirigido por un presidente nazi ilegítimo. Todos los responsables deben recibir el castigo que se merecen“, declaró el presidente de la Duma del Estado o Cámara de Diputados de Rusia, Viacheslav Volodin, citado por su oficina de prensa.
Un “objetivo legítimo”
La fuente del SBU citada por los medios ucranianos sostuvo que Kirilov era “un objetivo absolutamente legítimo, porque ordenó el empleo de armas químicas prohibidas contra los soldados ucranianos”.
Según la fuente ucraniana, “más de 2.000 miembros del personal militar de las Fuerzas de Defensa de Ucrania han sido enviados a hospitales militares y otras instalaciones médicas con diversos grados de envenenamiento químico”, como resultado de ataques con drones rusos contra posiciones de defensa ucranianas.
“De esta forma, intentan forzar a los soldados ucranianos a salir de las trincheras para quedar bajo fuego directo de los ocupantes”, dijeron, al tiempo que insistieron en que Rusia estaría utilizando estas sustancias “en las zonas más activas de combate, intentando ocultar su uso bajo un denso fuego de artillería”.
Las autoridades occidentales reaccionaron de forma limitada al bombardeo en Moscú. “No vamos a lamentar la muerte de un individuo que participó en una invasión ilegal e impuso el sufrimiento y la muerte al pueblo ucraniano”, declaró un portavoz del gobierno británico.
El ministro de Exteriores británico, David Lammy, afirmó que su país no se quedaría “de brazos cruzados mientras Putin y su Estado mafioso pisotean el derecho internacional, incluida la Convención sobre Armas Químicas”. En un comunicado, el funcionario acusó a Kirílov de ser “un importante portavoz de la desinformación del Kremlin, difundiendo mentiras para enmascarar el vergonzoso y peligroso comportamiento de Rusia”.
El portavoz de la Casa Blanca, John Kirby, se negó a comentar el ataque, pero dijo a CNN que “sin duda” el ejército ruso había “utilizado armas químicas y otros agentes para matar, mutilar, dañar al pueblo ucraniano y a los soldados ucranianos”.
Reino Unido y Estados Unidos acusan a Rusia de utilizar el agente tóxico cloropicrina contra las fuerzas ucranianas, en violación de la Convención sobre Armas Químicas.
Rusia ha asegurado que ya no posee un arsenal de armas químicas, pero el país ha sido presionado para ser más transparente sobre el uso de armas tóxicas.
Cortesía de Página 12
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