El gobierno de Claudia Sheinbaum ha prometido que en su administración se harán ajustes al salario mínimo para que los mexicanos puedan comprar 2.5 canastas básicas. Para 2025, la Secretaría del Trabajo confirmó que el aumento será de 12% .
Los incrementos al salario mínimo, que se dieron ininterrumpidamente en el sexenio pasado, han ayudado a que se reduzca la brecha de pobreza sin generar efectos inflacionarios ni en la creación de empleo, pero esta brecha entre el salario medio, que es el registrado ante el IMSS, y el mínimo se está cerrando.
Recientemente, se aprobó la ley para que el salario mínimo suba por encima de la inflación en el país, que se espera cierre el año en niveles del 4%.
Especialistas consultados por Expansión señalan que aumentar el salario mínimo, que reciben alrededor de 22.5 millones de personas en el país, es una medida positiva, aunque los estimados apuntan a que los incrementos deberían ser del 7% anual.
El salario mínimo en 2024 en la zona fronteriza es de 375 pesos y de 248.93 en el resto del país, mientras que el salario mínimo registrado en el IMSS es de 581.42 pesos. Esto significa una diferencia o un espacio de más de 330 pesos.
“La propuesta (de subir el salario mínimo 12%) es positiva, pero hacia adelante creemos que el país tiene que ser mucho más cauto y no aumentar tanto el salario mínimo porque ahí sí habría un riesgo inflacionario”, consideró Carlos Serrano, economista en jefe de BBVA México. “Para que sea suficiente para adquirir 2.5 canastas básicas, implica que en promedio los aumentos deben ser del 7%; aumentos mayores a eso podrían empezar a crear presión sobre la inflación”.
En el sexenio de López Obrador, el salario mínimo se incrementó cada año a doble dígito, en ritmos del 20%. México es el país de América Latina que más ha incrementado el salario mínimo en los últimos seis años, superando considerablemente a Chile, Colombia y Brasil.
Un análisis de Citibanamex destaca que en 2010 el salario mínimo en México equivalía a 26.6% del salario promedio de los trabajadores de tiempo completo, la proporción más baja entre los países miembros de la OCDE y hacia 2021 los incrementos posicionaron mejor a México.
“Para 2023, los datos más recientes disponibles, esta proporción se ubicó en 55.2%, por arriba del promedio de la OCDE de 44.2%. Con ello ya supera a diversas economías avanzadas y emergentes de la OCDE”, destaca el reporte.
El banco apunta a que, en la experiencia internacional, subir el salario mínimo aumenta la carga para las empresas, desalentando la creación de empleo, lo que puede a su vez incidir negativamente sobre la pobreza, teniendo efectos contrarios a los deseados. Destaca que estos costos los enfrentan más las pymes, que son quienes generan más empleos.
¿Efecto inflacionario?
En años previos al sexenio de López Obrador, desde el Banco de México -con Agustín Carstens al frente-, se advertía que incrementar el salario mínimo sería riesgoso para la inflación.
“Existía la percepción dentro del Banco de México y del mundo académico de que no se podían subir salarios mínimos muy por encima de la productividad de la economía porque esto te llevaría a presiones inflacionarias”, apuntó Rafael de la Fuente, economista de UBS.
La realidad es que México tiene una elevada tasa de informalidad, con más del 54% de la población, y esto a decir de los analistas juega a favor y en contra de los aumentos.
“Siempre hay un riesgo de que subir los salarios mínimos muy por encima de la inflación se traduzca en mayor inflación. El subir sueldos puede llegar a traducirse no tanto en subidas salariales generalizadas, sino en un mayor traspaso hacia la informalidad”, añadió de la Fuente.
Para el especialista de UBS el verdadero reto de aumentar el salario mínimo es hacerlo por encima de la productividad del trabajador.
“En México la productividad ha mostrado una tendencia decreciente en los últimos años, y para la economía en su conjunto la productividad laboral es 5% menor que hace 6 años y 5% menor que hace 10 años”, apunta Citibanamex,
Rafael de la Fuente considera que aún en tiempos de desaceleración económica, México amortiza los golpes de manera más efectiva que otras economías debido a que los trabajadores pueden traspasarse de un sector formal al informal y al menos mantener un cierto ingreso.
“La economía mexicana amortigua los golpes de una manera sobre todo muy especial y en gran medida a ese sector informal tan grande que tiene”, aseguró.
Por su parte, Franklin Templeton estima que ante la desaceleración de la economía mexicana, el aumento al salario mínimo podría incentivar el empleo en el sector informal.
¿Cómo podría mejorar la política de aumentos al salario mínimo?
Para especialistas de Citibanamex, una mayor inversión en infraestructura, mejoras en el capital humano y una mayor participación femenina puede ayudar a complementar las políticas del gobierno.
“Una mayor inversión en infraestructura y tecnología que impulse la capacidad productiva de las empresas también debería ser una política que vaya de la mano con los aumentos al salario mínimo porque la inversión en maquinaria, tecnología e innovación permite aumentar la productividad de la mano de obra”, destaca el banco.
En el sexenio de López Obrador, la inversión disminuyó como proporción del PIB, a la vez que los incrementos salariales han sido significativamente mayores.
En el periodo 2019-2024 la inversión fue 22.7% del PIB, mientras que en los sexenios inmediatos anteriores fue de 23.4% y 23.7%.
En materia de capital humano, Citibanamex considera que inversión en educación (formal y en los lugares de trabajo) así como en salud incrementarían la capacidad de los trabajadores para desempeñar tareas más avanzadas.
“La brecha de educación se ha revertido y las mujeres cuentan con más años de educación que los hombres en México, y, como consecuencia, hay un porcentaje de mano de obra calificada que se está quedando fuera del mercado laboral”, añadió.
Cortesía de Expansión
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