Salvando al soldado Pemex


Hacienda tiene una nueva misión: rescatar al soldado Pemex. La petrolera mexicana es mucho más que una empresa, es un símbolo del nacionalismo, el orgullo de la Revolución y el cardenismo, y fue durante muchos años la palanca del desarrollo de este país. Hoy el soldado Pemex está viejo, obeso y torpe. Endeudado hasta los dientes y corrompido por dentro y por fuera.

FERIA DE SAN FRANCISCO

La pregunta obligada es si tiene caso rescatar a Pemex, una empresa que en los últimos años no solo no ha aportado lo que debía al país, sino que nos está saliendo carísima, pues cada año hay que meterle dinero a una empresa que ha sido la caja chica de los gobiernos, con un sindicato lleno de prebendas y, encima, corrupto, con una infraestructura vieja y que no corresponde a la realidad, el petróleo mexicano que es en su gran mayoría pesado.

Congruente con su visión de que sacar petróleo es tan fácil como meter un popote gigante en la tierra, López Obrador puso al frente de Pemex a un ingeniero agrónomo que nada sabía de petróleo ni de finanzas. Si en algo concuerdan los observadores de Pemex es que Romero Oropeza fue un clavo más en el ataúd de la petrolera mexicana. Recibió una empresa en problemas y entregó una empresa quebrada y descontrolada.

El nuevo plan de rescate de la presidenta Sheinbaum implica un fondo de inversión de 12 mil millones de dólares entre 2025 y 2026 y la entrada de capital privado a proyectos específicos. El problema es que la deuda total de Pemex, sumando bancos y proveedores, es de cerca de cien mil millones de dólares (la cifra varía entre 98 y 107 mil millones de acuerdo con lo que se considere en el pasivo), mientras que sus ventas anuales son de 3.3 mil millones de dólares. Si bien es cierto que Pemex no está en venta, su valor de mercado se redujo a una tercera parte durante la gestión concertada de López Obrador y Romero Oropeza, al pasar de 9 mil a 3 mil millones de dólares. Por donde se vea, Pemex es una empresa quebrada que debe 30 veces su valor de mercado o 30 veces sus ventas en un año.

En el plan presentado ayer, al final del sexenio la deuda de Pemex se habrá reducido, si todo sale bien, a 77 mil millones de dólares, lo cual es suficiente para dejar de ser una carga para la hacienda pública, pero está lejos, muy lejos de volver a ser una empresa productiva para el Estado mexicano. Será, como bien lo dijo en su momento Heberto Castillo, una empresa del sindicato de petroleros y para el sindicato de petroleros.

Si algo tiene claro el gobierno de Sheinbaum es que hay que rescatar al soldado Pemex para que no se le muera en las manos. Ella lo entregará a la próxima administración boqueando, pero vivo y ya será problema del que venga tomar las decisiones sobre una empresa que seguirá quebrada.

Salud.

OBRAS DE INFRAESTRUCTURA HIDALGO

Cortesía de El Informador



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