
Las protestas contra una breve prohibición a las redes sociales en Nepal se intensificaron ayer, cuando los manifestantes incendiaron edificios gubernamentales y viviendas de políticos, además de atacar a algunos funcionarios. El primer ministro renunció en medio de crecientes críticas hacia la élite política del país.
La renuncia pareció tener poco efecto en calmar los disturbios. Decenas de miles de manifestantes permanecieron en las calles hasta las últimas horas del día, bloqueando caminos e irrumpiendo en instalaciones del gobierno. Helicópteros del ejército trasladaron a algunos ministros a lugares más seguros.
Un día antes, las manifestaciones encabezadas por jóvenes molestos con el bloqueo de varias plataformas estremecieron la capital, y la policía abrió fuego contra la multitud, matando a 19 personas.
Las restricciones se levantaron ayer, pero las protestas continuaron, avivadas por la indignación causada por las muertes y acusaciones de corrupción política en la nación, situada entre China e India.
El primer ministro Khadga Prasad Oli anunció que dejaría el cargo. El presidente aceptó la renuncia y lo nombró para encabezar un gobierno interino hasta que se establezca uno nuevo, aunque no se sabía qué poder tendría.
El presidente Ram Chandra Poudel, jefe de Estado ceremonial, llamó a los manifestantes al diálogo. En un mensaje en video, el jefe del ejército Ashok Raj Sigdel instó a detener las protestas para evitar más pérdidas de vidas y propiedades.
En un comunicado, el ejército advirtió que las fuerzas de seguridad estaban comprometidas a preservar la ley y el orden. No estaba claro si sería movilizado después de que la policía no logró controlar la situación.
El Secretario General de la ONU, António Guterres, pidió moderación y una investigación de lo sucedido. “Subrayó que las protestas deben llevarse a cabo de manera pacífica, respetando la vida y la propiedad”, indicó su portavoz.
Las manifestaciones, denominadas la protesta de la Generación Z, comenzaron tras el bloqueo de Facebook, X y YouTube, porque las empresas no se habían registrado ante el gobierno.
Pero se expandieron para reflejar un descontento más amplio. Muchos jóvenes están furiosos porque los hijos de líderes políticos disfrutan privilegios mientras la mayoría enfrenta desempleo. Con un 20% de desempleo juvenil, el gobierno estima que más de 2 mil jóvenes abandonan Nepal cada día en busca de trabajo en Oriente Medio o el sudeste asiático.
“Estoy aquí para protestar por la enorme corrupción en nuestro país”, expresó el estudiante Bishnu Thapa Chetri.
En redes sociales se difundieron videos de manifestantes golpeando al líder del Congreso Nepalí, Sher Bahadur Deuba, y a su esposa, la canciller Arzu Rana Deuba.
Medios locales mostraron ataques a edificios gubernamentales y residencias de líderes. El palacio presidencial, la residencia oficial y oficinas del primer ministro fueron incendiados. También ardieron las casas de Oli, el presidente, el ministro del Interior y los Deuba.
“Estamos aquí porque nuestros jóvenes están siendo asesinados”, dijo Narayan Acharya.
Antes de renunciar, Oli anunció una comisión investigadora del tiroteo y compensaciones a las familias.
La violencia se enmarca en un proyecto de ley para regular redes sociales. Grupos defensores lo han criticado como un intento de censura y restricción de libertades.
CT
Cortesía de El Informador
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