Sébastien Chabal, leyenda del rugby, no recuerda su carrera: la ciencia confirma que el daño cerebral persiste tras el deporte

Sébastien Chabal fue una figura icónica del rugby mundial, con 62 partidos jugados para Francia y una carrera de 16 años. Pero hoy, a los 47 años, dice que no recuerda ni uno solo de esos encuentros. Tampoco recuerda el himno nacional antes de los partidos, ni siquiera el nacimiento de su hija. En sus palabras: “Creo que no fui yo quien jugó al rugby”.

“Vivo en un presente perpetuo. El pasado no existe para mí”, dijo Chabal en una entrevista publicada en el canal de YouTube Legend.

Aunque nunca pronunció la palabra “conmoción”, sus síntomas apuntan a efectos neurológicos profundos. Su caso se suma a una lista creciente de exjugadores que han denunciado pérdidas de memoria, deterioro cognitivo y enfermedades neurodegenerativas tras años de impactos repetidos.

Chabal no ha consultado a un neurólogo: “¿Para qué? Mi memoria no volverá… lo que se perdió no vuelve. Podría hacerme pruebas, escuchar diagnósticos… pero al final del día seguiré sin recordar el rostro de mi madre en las gradas”.

“No recuerdo muchas cosas. Tengo dos o tres recuerdos de la infancia, pero solo eso”, dijo. “Pero ni siquiera estoy seguro de recordarlos, porque me hablaron de ellos”.

Otro caso emblemático es el de Steve Thompson, campeón mundial con Inglaterra en 2003, quien fue diagnosticado con demencia precoz y probable encefalopatía traumática crónica (CTE) a los 42 años. Thompson no recuerda haberse casado ni puede nombrar a sus hijos sin esfuerzo. Al ver la final del Mundial, confiesa que es como ver a un desconocido.

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Chabal confiesa que no recuerda haber jugado ni un solo partido, pese a su brillante carrera. Imagen: Wikimedia Commons / DALL-E (composición ERR.)

El estudio que pone evidencia científica lo que experimentan los jugadores

Un nuevo estudio publicado en la revista Neurology ofrece una explicación fisiológica a estos relatos. Investigadores de St. Michael’s Hospital y la Universidad de Toronto analizaron cómo cambia el cerebro de atletas después de una conmoción cerebral, incluso cuando ya han sido dados de alta médicamente y se sienten bien.

La gran diferencia de este estudio es que compararon cada cerebro consigo mismo antes de la lesión. De 187 atletas universitarios seguidos durante varias temporadas, 25 sufrieron conmociones y fueron evaluados con resonancia magnética avanzada antes de la lesión, durante los síntomas, al recibir el alta, entre 1 y 3 meses después y al año. También se incluyó un grupo control de 27 atletas sin lesiones.

Los resultados fueron claros: las alteraciones cerebrales persisten más allá de la recuperación clínica. Los atletas presentaban disminución del flujo sanguíneo en zonas relacionadas con memoria, emociones y toma de decisiones, además de cambios estructurales en la materia blanca. Y estas alteraciones seguían presentes incluso un año después de volver al deporte.

Sébastien Chabal, leyenda del rugby, no recuerda su carrera, la ciencia confirma que el daño cerebral persiste tras el deporte.
Las pruebas clínicas no detectan las alteraciones cerebrales que las neuroimágenes sí revelan. Imagen: iStock (composición).

Alteraciones cerebrales que no se ven, pero que permanecen

El estudio utilizó dos técnicas de imagen: ASL (para medir el flujo sanguíneo cerebral) y DTI (para evaluar la materia blanca). 

Estas herramientas revelaron disminuciones medias de casi 9 ml/100 g/minuto en el flujo hacia regiones cerebrales clave. En paralelo, se observó un deterioro en los tractos de materia blanca, especialmente en la corona radiata y la cápsula interna.

Estos cambios afectan cómo se comunican las diferentes partes del cerebro. Incluso si un jugador se siente bien y pasa las pruebas cognitivas, su red cerebral puede estar funcionando de forma menos eficiente. Esto plantea un riesgo potencial para la toma de decisiones, la coordinación o el control emocional.

Solo los cambios en el flujo sanguíneo fueron consistentes al comparar con los atletas sanos, lo que los posiciona como un posible biomarcador más fiable de recuperación incompleta.

Además, cuanto más tardaba un atleta en recuperarse clínicamente, más marcadas eran las alteraciones de flujo en regiones relacionadas con la memoria.

Un regreso al deporte que podría ser prematuro

El estudio sugiere que los protocolos actuales podrían estar dejando escapar señales importantes. Hoy, el retorno al deporte se basa en la desaparición de síntomas y pruebas cognitivas básicas.

Pero estas herramientas no detectan lo que muestran las neuroimágenes: que el cerebro puede seguir dañado internamente.

La reducción de flujo sanguíneo podría reflejar procesos secundarios aún activos, como inflamación, estrés oxidativo o problemas metabólicos.

Estos procesos pueden alterar la función cerebral, incluso sin provocar síntomas visibles, y podrían facilitar una segunda lesión más grave.

Los autores no proponen reglas nuevas, pero sí lanzan una alerta. Equipos médicos, entrenadores, familias y atletas deben considerar que el alta clínica no implica necesariamente una recuperación total. La neuroimagen podría ser una herramienta clave para evaluar la verdadera recuperación cerebral.

Sébastien Chabal, leyenda del rugby, no recuerda su carrera, la ciencia confirma que el daño cerebral persiste tras el deporte.
Las pruebas clínicas no detectan las alteraciones cerebrales que las neuroimágenes sí revelan. Ilustración artística: DALL-E / Edgary R.

Recordar lo que el cerebro ya no puede

Los testimonios de jugadores como Chabal y Thompson ya habían hecho sonar la alarma sobre las secuelas invisibles del rugby y otros deportes de impacto. Ahora, la ciencia confirma que el cerebro necesita mucho más tiempo para sanar de lo que muestran los síntomas.

Este estudio demuestra que el daño puede persistir por meses o incluso años, y que las decisiones médicas basadas solo en lo visible pueden poner en riesgo a quienes regresan al juego demasiado pronto.

No se trata de detener el deporte, sino de entender mejor lo que ocurre dentro del cráneo.

Referencias

  • Churchill NW, Hutchison MG, Graham SJ, Schweizer TA. Post-Concussion Brain Changes Relative to Pre-Injury White Matter and Cerebral Blood Flow: A Prospective Observational Study. Neurology. (2025). doi:10.1212/WNL.0000000000213374

Cortesía de Muy Interesante



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