
El lunes, 25 países firmaron una carta para pedirle a Israel que ponga fin a sus ataques en la Franja de Gaza. México no estuvo presente.
El mismo lunes, en Santiago, los presidentes de Brasil, Colombia, Chile, España y Uruguay firmaron una carta a favor de la democracia. México no estuvo presente. Sin embargo, Gabriel Boric reveló que México se incorporará al grupo.
Michael Shifter, del centro de reflexión Diálogo Interamericano, advirtió que la cita de los cinco presidentes, supuestamente progresistas, podría ser el inicio de la construcción de un bloque anti Donald Trump. “Es razonable pensar que Trump pueda ver la reunión como un mensaje hostil hacia Estados Unidos” (AFP).
Los participantes en la reunión de Santiago acudieron por diversos motivos: Sánchez, problemas de corrupción en su partido y la ultraderecha subiendo escalones de las encuestas; Lula, problemas con Bolsonaro a través de la Casa Blanca; Petro, problemas consigo mismo, no sabe qué hacer como presidente con un discurso de vida creado para combatir al poder; Boric, cae el entusiasmo que generó al llegar al Palacio de la Moneda; Orsi, una incógnita. .
El día en que Ursula von der Leyen saltaba de gusto por el cierre de la negociación del Acuerdo Global Unión Europea-México, la presidenta mexicana dijo que la negociación no estaba concluida. ¿Temor a Trump?
Han pasado 10 meses desde que asumió la presidencia, pero la relación con Estados Unidos no ha logrado calibrarla. Desconozco si la presidenta Claudia Sheinbaum se ha percatado que la política exterior de Estados Unidos, desde que llegó Trump a la Casa Blanca, es bicefálica.
Una es la que conocemos todos. Se origina en la Casa Blanca y la hace explícita el presidente Trump.
La segunda cabeza, y no menos importante es la que diseña Marco Rubio.
A la presidenta mexicana se le ve y escucha respondiendo las decisiones de Trump vinculadas con México, pero no a las de Marco Rubio. Por ejemplo, el retiro de visas a funcionarios mexicanos que hayan estado involucrados en la contratación de médicos cubanos cuyo régimen trata como esclavos.
Es más, son Clara Brugada y Gerardo F. Noroña los encargados de responder (sin saber, quizá) a Marco Rubio. Su amor por el régimen represor cubano les ha creado anticuerpos en su combate con Estados Unidos. Rubio lo sabe. Se desconoce si la presidenta Sheinbaum lo sepa.
Valdría la pena que la presidenta convoque a un encuentro con embajadores y exsecretarios de Relaciones Exteriores para escuchar un diagnóstico diferente y, sobre todo, sin dogmas, sobre la relación con Estados Unidos. pienso en Jorge Castañeda, José Antonio Meade, Luis Videgaray, Patricia Espinosa y Martha Bárcena, entre otros.
Han pasado seis meses, y Marco Rubio no ha venido a México. ¿Sabrán la razón en Palacio Nacional o se las digo?
Cortesía de El Economista
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