Hoy en día, muchos la identifican por su papel de Natasha Romanoff/Black Widow en el Universo Cinematográfico de Marvel. A pesar de la popularidad de este personaje, Scarlett Johansson cuenta con una carrera que comenzó a los 9 años. Tras su aparición en North de 1994, se abrió camino entre los reflectores.
Si bien ahora es una de las grandes estrellas de Hollywood, hubo una etapa en la que la actriz se sintió subestimada al darse cuenta de cómo los estudios buscaron proyectar su imagen. Desde temprana edad, fue encasillada como el objeto de deseo masculino dentro de la industria, y por eso tiene muy presente algunos papeles que lamenta haber aceptado.
Tal como platicó en una entrevista para el programa Table for Two with Bruce Bozzi, la estrella de Los Vengadores se sintió preparada para ser una actriz de renombre cuando recién comenzó su trayectoria. No obstante, el haber participado en Lost in Translation, Match Point y La joven de la perla fueron ese bache del que le costó salir.
“Hice Lost in Translation y La joven de la perla, y para entonces, tenía 18 o 19 años y estaba madurando mi feminidad y descubriendo mi propia deseabilidad y sexualidad. En cierto modo, me estaban preparando para ser lo que llaman una actriz impactante. Interpretaba a la otra mujer, al objeto de deseo, y de repente me encontré acorralada“.
Por ejemplo, dentro de la cinta de Soffia Coppola la artista interpretó al interés amoroso de Bill Murray. En ese entonces, el actor era 34 años mayor que ella. Incluso, dos años antes apareció en El hombre que nunca estuvo, filme de los hermanos Cohen en el que Johansson tiene una escena en la que se le insinúa a un otro adulto.
En este sentido, durante otra charla, ahora con Dax Shepard para el podcast Armchair Expert, platicó sobre la cosificación que sufrió al momento de elegir papeles. Básicamente, las compañías quisieron ponerla como la rubia atractiva de la que el protagonista se enamora. Cuestión que le llevó a pensar que su carrera se había acabado.
“Me cosificaron y me encasillaron de tal manera que sentía que no me ofrecían trabajo para lo que quería. Recuerdo que pensé: ‘Creo que la gente piensa que tengo 40 años’. De alguna manera, dejó de ser algo deseable y algo contra lo que luchaba”.
“Creo que todos pensaban que era mayor y que llevaba mucho tiempo actuando, así que me encasillaron en una especie de cosa rara e hipersexualizada. Sentí que mi carrera estaba acabada“.

Con los años, Johansson luchó para que este tipo de cuestiones cambiaran. Lo ejemplificó con el caso de Black Widow en Iron Man 2, donde trabajó con el director Jon Favreau y Kevin Feige para rescribir el personaje y transformarlo en algo menos sexualizado y más desarrollado. Al final, sabemos que su participación fue más allá de un simple personaje secundario.
“Fue un dilema interesante y extraño, pero realmente se redujo a trabajar duro y a intentar forjarme un lugar en diferentes proyectos y trabajar en grandes conjuntos”.
Actualmente es una estrella consagrada. De hecho, en 2019 Johansson tuvo una doble nominación al premio Oscar en las categorías de Mejor Actriz y Mejor Actriz de Reparto por Historia de un Matrimonio y Jojo Rabbit, respectivamente. Además, este 2025 volverá a ser una heroína de acción con su participación en Jurassic World: Rebirth.
Cortesía de Xataka
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