Ser mujer en México y aspirar a un puesto de alta dirección todavía es un reto. A pesar a los discursos de equidad y diversidad, las cifras muestran que la realidad empresarial va muy por detrás de esta narrativa. Según un reporte de El Financiero, apenas 27% de los cargos ejecutivos en el país son ocupados por mujeres, mientras que la participación femenina en la ocupación formal alcanza el 42.7%.
Durante el Summit of Women Leaders 2025, Jessica Braver, jefa de la Oficina del Coordinador Residente de la ONU en México, reconoció que el rezago no se explica solo por falta de talento. Aseguró que todavía pesan estereotipos sociales, dobles jornadas laborales y estructuras empresariales que no contemplan políticas de conciliación entre vida personal y profesional.
Los datos más recientes del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) evidencian que la representación femenina no solo está estancada, sino que incluso retrocedió. De acuerdo con el IMCO, la proporción de mujeres en direcciones generales bajó de 4% a 3% entre 2023 y 2024 y en áreas jurídicas pasó de 25% a 23%.
En los consejos de administración, donde se toman las decisiones estratégicas más importantes, la cifra se mantiene en un promedio de 13%, prácticamente igual al año anterior. De hecho, casi uno de cada cuatro consejos en México está compuesto exclusivamente por hombres.
Los sectores muestran contrastes, salud es el que más representación femenina tiene (24% en consejos), mientras que en energía y telecomunicaciones prácticamente no hay mujeres en direcciones relevantes.
Según el INEGI, las mujeres son mayoría en edad laboral pero enfrentan mayores barreras
El panorama contrasta con la demografía y el potencial económico. Según el INEGI, en 2023 más de la mitad de la población en edad laboral (25 a 64 años) eran mujeres. Sin embargo, su participación en el mercado de trabajo formal sigue limitada, y una parte importante se concentra en empleos informales sin acceso a seguridad social ni posibilidades claras de ascenso.
El instituto también documenta que las mujeres realizan la mayor parte del trabajo no remunerado de cuidados, lo cual se traduce en menos tiempo disponible para dedicarse a empleos de tiempo completo o buscar posiciones de liderazgo.
La ONU advierte que sin acelerar, México tardará décadas en cerrar la brecha
Los diagnósticos internacionales son contundentes. Según la ONU, si México no acelera sus esfuerzos, una niña que nazca en 2025 tendrá que esperar hasta los 68 años para ver el fin del matrimonio infantil y 137 años para que la pobreza extrema que afecta a mujeres y niñas sea erradicada.
En el ámbito empresarial, la organización ha impulsado programas como el Mapa de Cuidados de México, que busca visibilizar la carga de cuidados y su impacto en la vida económica de las mujeres. Para ONU Mujeres, construir un sistema nacional de cuidados es clave para liberar tiempo y permitir que más mexicanas accedan a puestos de poder en las empresas.
La brecha salarial y cultural sigue pesando sobre las mujeres en México
El problema no solo es de acceso, sino también de salario. Un análisis de BBVA Research señala que al segundo trimestre de 2025, las mujeres en México ganaban en promedio 19.9% menos que los hombres, una mejora frente al 22.3% de 2019, pero todavía una brecha considerable.

El estudio destaca que el 53.2% de la población cree que cuando las mujeres trabajan los hijos sufren, uno de los porcentajes más altos de la OCDE. Además, 63.2% de las mujeres que no participan en el mercado laboral señalan las labores domésticas como motivo principal, frente a solo 11.9% de los hombres. Estos estereotipos culturales siguen siendo una de las barreras más fuertes para el ascenso femenino en las empresas.
Diversos organismos coinciden en que no basta con compromisos públicos. De acuerdo con el IMCO, es necesario que las empresas inviertan de manera explícita en políticas de inclusión, programas de liderazgo y sistemas de reporte con indicadores por sexo.
Cortesía de Xataka
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