Ser víctima de un delito en México cuesta 6 mil 226 pesos: fraude, robo y extorsión son los crímenes más frecuentes

La inseguridad en México sigue siendo un lastre económico y social. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE), en 2024 ocurrieron 33.5 millones de delitos, con un costo total estimado de 269.6 mil millones de pesos, equivalente al 1.07% del Producto Interno Bruto (PIB).

En promedio, cada víctima de delito perdió 6 mil 226 pesos, según el INEGI. Una cantidad que puede representar hasta la mitad del ingreso mensual per cápita en México y que impacta directamente en el bolsillo de millones de familias.

El costo de la inseguridad: más allá de las cifras macroeconómicas

El INEGI explica que 62% del costo total del delito corresponde a pérdidas directas por victimización (177.8 mil millones de pesos), mientras que 34% (91.8 mil millones) son gastos en medidas de seguridad preventiva, cambiar cerraduras, reforzar puertas, instalar rejas o incluso adquirir perros guardianes.

El restante 4% (10.7 mil millones de pesos) proviene de los daños a la salud física y emocional que sufren las víctimas. Según un reporte de El Financiero, estos cálculos muestran cómo la inseguridad se come una porción significativa de la economía mexicana, sin que los ciudadanos vean mejoras tangibles en la reducción del delito.

¿Qué significa perder 6 mil 226 pesos para una víctima del delito?

La cifra promedio por víctima, aunque pueda sonar “modesta” en comparación con otros indicadores macroeconómicos, equivale a un golpe directo al presupuesto familiar.

UnoTV puso ejemplos: con esa cantidad se podrían comprar 260 kilos de tortilla, 265 litros de gasolina Magna o pagar hasta dos meses de servicios básicos de una familia pequeña. También puede equivaler a una mensualidad en una guardería privada o a un vuelo redondo a Cancún desde Ciudad de México, con margen para cubrir parte del alojamiento.

En el terreno del ocio, esa misma cantidad alcanza para 80 funciones de cine o varias cenas familiares en restaurantes. Cuando se multiplica por los miembros de un hogar afectados, el impacto económico puede superar los 30 mil pesos, prácticamente todo el ingreso de una familia durante un mes. El fraude encabeza la lista de delitos más frecuentes, seguido por el robo o asalto en la calle o transporte público y la extorsión.

En cuanto a la geografía del delito, Ciudad de México, el Estado de México y Querétaro concentraron las tasas más altas de incidencia en 2024, con más de 45 mil delitos por cada 100 mil habitantes. En contraste, Nayarit, Baja California Sur y Campeche registraron las tasas más bajas, por debajo de los 22 mil.

La cifra negra del delito sigue creciendo

Uno de los hallazgos más preocupantes de la ENVIPE es la llamada cifra negra, es decir, los delitos que no se denuncian o en los que no se inicia una carpeta de investigación. En 2024, alcanzó 93.2%, ligeramente por encima del 92.9% de 2023.

Eso significa que más de nueve de cada diez delitos quedan fuera de las estadísticas oficiales y que los pocos que sí llegan a denuncias terminan en su mayoría sin resolución. El propio INEGI revela que 79.9% de las denuncias abiertas en 2024 no tuvieron conclusión alguna, lo que alimenta la desconfianza ciudadana hacia las autoridades.

El impacto no es solo económico. El INEGI reporta que 64.2% de la población considera la inseguridad como el principal problema del país, por encima de la salud y la inflación.

Esa percepción se traduce en cambios de hábitos, 62.6% de los hogares ya no permite que menores salgan solos y 46.4% de los adultos evita salir de noche, una muestra de cómo la delincuencia redefine la vida diaria en México.

Cortesía de Xataka



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