El Gobierno va a fondo con las reformas para impedir que los cargos de elección popular cambien de manos entre familiares directos. En Palacio aseguran que la indicación que partirá hacia ambas cámaras del Congreso es que esta reforma es prioritaria y debe ser resuelta ni bien comience la próxima legislatura.
Es una situación compleja al interior del morenismo porque mientras la presidente va contra el nepotismo, Andrés López Beltrán acelera sus planes en la política de la CDMX para ser candidato en 2027, probablemente a diputado local, una primera estación para luego ir por la jefatura de gobierno. El accionar del hijo de Andrés Manuel López Obrador es un contraste directo con el discurso presidencial.
Y no se trata solo de una cuestión de parentesco. López Beltrán prácticamente no tiene actividad conocida más que secundar a su padre y ser su interlocutor en diversas cuestiones. Una forma de crecer en la política que Morena rechaza desde sus orígenes. Instalar el combate al nepotismo en el centro de la agenda no hace más que poner en relieve las características incomodas de la aspiración del hijo de AMLO.
Esta situación se menciona también en las dirigencias estatales de Morena, donde crece la tesis de que los cálculos de Andy para incrementar la militancia son casi imposibles de alcanzar, especialmente sin los recursos necesarios que, por cierto, son manejados con absoluta discrecionalidad desde la sede central del partido. Diversos gobernadores de la 4T ya le recomendaron a Sheinbaum que avance sobre Morena y se esperan novedades antes de marzo.
Cortesía de La Política Online
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