En un hecho de enorme repercusión política, este lunes fueron ejecutados la secretaria particular y el principal asesor de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, a plena luz del día mientras abordaban una camionera Audi en la calzada de Tlalpan, en la colonia Benito Juárez.
Una moto con dos sicarios se acercó al vehículo que manejaba Ximena Guzmán, aparentemente en el momento que lo abordaba José Muñoz y los acribilló a balazos. La escena quedó regada de cascquillos, lo que supone el uso de armas automeaticas.
Es imposible exagerar el impacto de este echo en la jefa de Gobierno. Guzmán era la mano derecha de Clara Brugada con injerencia directa en todos los ministerios y el armado político. Mientras que Muñoz, muy cercano a la asesora, también integraba el círculo de decisión de la Ciudad.
La propia Brugada en un comunicado publicado esta mañana sugirió que se trató de una ejecución y no de un intento de robo. La jefa de Gobierno calificó el ataque como “una agresión directa” y anticipó que ya se trabaja sobre las imágenes de las cámaras de videovigilancia para identificar a los sicarios.
Minutos después del comunicado de Brugada, la presidenta Claudia Sheinbaum, reveló que ya está en comunicación con Clara para ver que pasos toman y se comprometió a “llegar al fondo” del crimen.
La presidenta Sheinbaum reveló que el Secretario de Seguridad, Omar Harfuch, ya giró instrucciones a las áreas de inteligencia para tratar de esclarecer el crimen, confirmando que el gobierno federal toma el caso como un desafío directo a su autoridad.
“Con el apoyo del gobierno de México y se realizan las investigaciones correspondientes para determinar el móvil de la agresión”, dijo Sheinbaum.
Por el momento, la jefa de Gobierno suspendió todas sus actividades públicas y se encuentra reunida para abordar la crisis.
La audacia de los asesinos que cometieron el hecho a plena luz del día en una de las avenidas más transitadas de la Ciudad de México, remite a otros ataques políticos de alto impacto, como el que sufrió años atrás el propio Harfuch.
Cortesía de La Política Online
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