
Estados Unidos se enfrenta al cierre administrativo del gobierno tras el fracaso de una última votación en el Senado para evitar la parálisis presupuestaria, con lo que cientos de miles de funcionarios públicos se quedan sin salario.
Pese a las frenéticas negociaciones en el Congreso, no hubo acuerdo entre demócratas y republicanos para financiar al gobierno a partir de la media noche del 1 de octubre que marca el inicio del año fiscal. Tras una serie de largas negociaciones, no pudieron llegar a ningún acuerdo para aprobar un financiamiento temporal, que ya había sido aprobado por la Cámara de Representantes. La votación de 55 a 45 en el Senado, no alcanzó los 60 votos necesarios para sacar adelante la legislación.
Estados Unidos se enfrenta así a un cierre administrativo del gobierno, conocido como shutdown, que provocó la paralización de la mayoría de los servicios federales a partir de la medianoche de este miércoles.
Cientos de miles de empleados públicos quedarán temporalmente sin sueldo y se interrumpirá el pago de muchas prestaciones sociales.
Durante la jornada de ayer el mandatario dijo a reporteros en el Despacho Oval. “Ellos van a cerrarlo, no nosotros.
“Podemos hacer cosas durante el cierre que son irreversibles, que son malas para ellos (…) como despedir a una gran cantidad de personas, o cortar cosas que a ellos les gustan”, dijo en alusión a los demócratas.
Según la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), 750,000 funcionarios federales estarán en situación de desempleo parcial, con una pérdida de ingresos equivalente a 400 millones de dólares.
Estas parálisis por falta de presupuesto son muy impopulares en Estados Unidos, y tanto demócratas como republicanos intentan evitarlas, a veces hasta último momento.
Más aún con la perspectiva de las elecciones legislativas de mitad de mandato en noviembre del 2026, en las que se pondrá en juego la mayoría presidencial en el Congreso.
Se suspenden los trabajos “no esenciales”
Las agencias ya habían publicado planes detallados que implican el cierre de oficinas dedicadas a la investigación científica, la atención al cliente y otras actividades “no esenciales”, y el envío a casa sin sueldo de decenas de miles de trabajadores.
Las tropas militares, los guardias fronterizos y otras personas que realizan trabajos considerados “esenciales” seguirían trabajando, pero no cobrarían hasta que el Congreso resuelva el enfrentamiento.
El último cierre del Gobierno se produjo en el 2018 y el 2019, durante 35 días, en el primer mandato de Trump, debido a una disputa sobre la inmigración.
Según la CBO, de carácter no partidista, eso le costó a la economía estadounidense 3,000 millones de dólares, es decir, 0.02 % del PIB. Ahora se trata de 1.7 billones de dólares que financian las operaciones de las agencias, lo que supone aproximadamente una cuarta parte del presupuesto total del gobierno, que asciende a 7 billones de dólares.
Cortesía de El Economista
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