A menos que vivas debajo de una piedra, seguramente has escuchado el nombre de Silvana Estrada sonar por todos lados, y es que ha construido una gran carrera con dos elementos básicos que pocos artistas consiguen durante toda su trayectoria: apertura y ligereza. Estas dos cualidades le dan una cercanía al público muy especial que la ha llevado a escenarios internacionales y reconocimientos de la crítica.
Platicamos con la artista veracruzana sobre su infancia, su proceso creativo, el orgullo de representar a México, la importancia de sentirnos acompañados a través de la música y el momento vital en el que se encuentra hoy: uno de presencia, disciplina y emoción por todo lo que aún está por venir.
El momento de Silvana Estrada
Hay artistas que recuerdan el momento exacto en el que la música llegó a sus vidas. Pero para Silvana, ha sido un acompañante natural desde chiquita. “Lo que más recuerdo de mi infancia en Veracruz es la música que se hacía en un entorno familiar”, cuenta. Otros dos acompañantes fundamentales durante esa época fueron el campo y el silencio.
“Era una niña muy sola, pero sin nada de soledad. Yo estaba muy bien acompañada de mi imaginación y de mis creaciones. Creo que eso realmente es lo que me abrió las puertas a crear y a hacer arte. Últimamente pienso que ese espacio que tuve para crecer lejos de las redes me influyó muchísimo para dedicarme a la música”, añade.
(@silvanaestradab)
Esa mirada introspectiva que siempre ha tenido definitivamente se transmite en su música, que toca el corazón de miles de personas. Nos cuenta que Marchita (2022) fue un disco marcado por la solemnidad y una forma casi ceremoniosa de abordar el amor y el dolor, escrito desde una juventud que observaba el duelo con distancia y seriedad.
Con el paso del tiempo, con más madurez personal y artística, así como una perspectiva nueva, Silvana siente la necesidad de abrir espacio a otra energía. Así nace Vendrán suaves lluvias (2025) un álbum más feliz y luminoso. “Cuando la vida te pasa tan fuerte, uno busca la ligereza y la amplitud”, explica. “En este disco, mi canto lo siento mucho más libre, con más juego y a la vez mucho más sencillo”, reflexiona.
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Ahora, el proceso creativo con el que compone está, como ella dice, lejos de ser perfecto o convencional. “Es un caos”, dice, “no tengo como tal un una serie de pasos, pero siempre intento escribir, leer, escuchar música, aprender canciones y poemas…afinar un poco el músculo que luego es el que te lleva hacia hacia la canción”.
Aunque, como cuando era niña, algo que siempre le ayuda a crear es el aislamiento. “No tengo la costumbre de componer con más personas. Me funciona mucho tener espacio para mirar hacia dentro y empaparme un poco de mí. Usualmente ese silencio que me protege es el que también me da espacio para cantar”.
Definitivamente, este ha sido uno de los años más grandes de su carrera. Tras el lanzamiento de Vendrán suaves lluvias, ha tenido apariciones en Tiny Desk y Jimmy Kimmel Live!, dos plataformas enormes en el escenario internacional, y el sueño de cualquier músico actual. “Yo creo que es un momento súper bonito para la música en español. Los discos más escuchados ahora mismo son de artistas que cantan en español, y para mí llevar a México y representarlo es un orgullo. Yo hago la música que hago, gracias a México y por México”, cuenta.
(@silvanaestradab)
Además, ve como una responsabilidad ser esa representación de México para las siguientes generaciones. “Me gustaría inspirar sobre todo a las niñas más pequeñas aquí en México. Que vean que hay mujeres que estamos trabajando para que ellas también puedan salir adelante y cumplir sus sueños. A mí eso me da muchísimo orgullo”, comparte.
Ese éxito claro que también ha venido acompañado de reconocimiento de la crítica, pero para Silvana, eso no es lo más importante. “Yo lo aprecio muchísimo, y de verdad me siento honrada, pero realmente nada se compara a la sensación que da estar en un escenario y ver que la gente se está conmoviendo y está conectando contigo, y pasa la magia de la música y el misterio de la vida. Para mí eso es lo principal”, reflexiona.
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Otro factor que diferencia a Silvana de muchas artistas es que, desde el inicio de su carrera, ha sido independiente, y por el momento, planea mantenerse así. “Ser independiente me ha dado la libertad de hacer siempre lo que he querido: en lo económico, en lo artístico, en conceptual y más. Yo vivo con una libertad que realmente me deja dormir tranquila de noche y hace que me despierte emocionada por la mañana. Obviamente han habido momentos de dificultad y de cansancio, ya que también es un arco de aprendizaje”.
(Jesús Soto Fuentes)
Esa misma libertad y frescura con la que crea y maneja su carrera es la que quiere darle a sus fans. “La verdad no pretendo transmitir nada específico. Yo creo que mi mayor aspiración es que mi música sea como un espejo para quien la escuche y que esa persona sienta lo que tenga que sentir”.
El futuro inmediato de Silvana Estrada está marcado por el movimiento. El próximo año será de giras por México y el extranjero, un ritmo que asume con disciplina y cuidado, consciente de que el cuerpo y la voz también necesitan atención. Al mismo tiempo, nuevas canciones esperan su momento: ideas, proyectos y discos que comienzan a tomar forma en el estudio.
Entre la música, el deseo de explorar otros lenguajes (como el cine) y la búsqueda de una vida más presente, Silvana avanza con la misma claridad que ha guiado su camino hasta ahora: crear sin prisa y fiel a lo que la mantiene viva.
Cortesía de "quien.com"
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