
La exigencia para aprobar de manera inmediata la reforma constitucional que reduce la jornada laboral de 48 a 40 horas llegó este miércoles al Poder Legislativo, donde dirigentes de sindicatos de distintos sectores hicieron un llamado contundente a la Cámara de Diputados para dejar de postergar una decisión que, aseguran, representa un avance indispensable para el país.
Al frente del posicionamiento, Francisco Hernández Juárez, secretario general del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana (STRM), sostuvo que el movimiento sindical no permitirá que la reforma se diluya ni que el sector empresarial imponga condiciones que limiten su alcance. “La clase trabajadora no puede seguir esperando. La reforma debe aprobarse ya, sin excepciones ni atajos que afecten los derechos laborales”, afirmó ante miles de trabajadores reunidos frente al Palacio Legislativo de San Lázaro.
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Junto con el STRM participaron representantes de los ferrocarrileros, mineros, sobrecargos, bomberos, telefonistas, trabajadores universitarios, electricistas, sindicatos de manufactura, trabajadores del gobierno y organizaciones independientes, quienes coincidieron en que el retraso legislativo responde a presiones empresariales que buscan frenar un derecho reconocido internacionalmente. Para las organizaciones presentes, entre ellas la UNT, el Frente Sindical Mexicano, la Confederación de Sindicatos Unidos por la Transformación y diversos gremios regionales, la reducción de la jornada es una medida impostergable para mejorar la salud física y emocional de los trabajadores, así como para modernizar el modelo laboral mexicano.
Los dirigentes advirtieron que la demora legislativa ha abierto la puerta a propuestas que pretenden reducir el costo del tiempo extra, flexibilizar la contratación eventual o trasladar la aplicación de la jornada de 40 horas a negociaciones particulares, lo que consideran un retroceso. “No vamos a permitir que la reforma sea vaciada de contenido. No se trata de voluntades empresariales ni de arreglos parciales: es un derecho que debe quedar claro en la Constitución y aplicarse a todas y todos”, señalaron en su mensaje unificado.
Hernández Juárez insistió en que la aprobación de la reforma forma parte de la transformación laboral iniciada en los últimos años, un proceso que, dijo,1 sólo se consolidará con la participación activa del sindicalismo democrático. “Si los sindicatos no empujamos, el viejo régimen regresará. Por eso hoy estamos aquí unidos, porque cada conflicto que enfrenta una organización está conectado con el resto. Si no actuamos juntos, seguiremos aislados frente a los abusos”, afirmó.
La movilización reunió a trabajadores de sectores clave como telecomunicaciones, transporte, minería, manufactura automotriz, educación, energía y servicios públicos. Durante el mitin, las organizaciones recordaron que México se mantiene entre los países con las jornadas más largas de la OCDE, mientras enfrenta tasas crecientes de estrés laboral, desgaste mental y problemas de salud asociados a la sobrecarga de trabajo.
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Los sindicatos llamaron a los diputados a votar la reforma en el actual periodo ordinario y evitar que la discusión se desplace hacia el cierre de año o hacia una negociación condicionada. “La jornada de 40 horas es un estándar global y una deuda histórica con la clase trabajadora. No hay argumento técnico ni económico que justifique seguir retrasándola”, concluyó Hernández Juárez.
El movimiento sindical mostró una unidad poco habitual en torno a un tema que consideran central para la modernización del mundo del trabajo, mientras se mantienen atentos a la decisión que tomará el Congreso en los próximos días.
Cortesía de El Economista
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