
La Plaza de Toros Nuevo Progreso vivió una tarde intensa con los toros de Santa Fe del Campo, bien presentados y con momentos de exigencia. Al principio costó trabajo que la corrida despegara, pero los últimos toros permitieron ver buen toreo y emoción.
El gran triunfador fue el español Emilio de Justo, que mostró su clase y temple. Con su primer toro, Princesito, se impuso con elegancia y oficio, logrando una faena firme y seria que saludó desde el tercio. Pero su mejor momento llegó con Sonajero, un toro con más calidad al que toreó despacio y con mucho arte. La estocada fue certera y cortó la única oreja de la tarde, aunque el público pidió con fuerza la segunda.
Juan Pablo Sánchez, de Aguascalientes, dejó ver su temple de siempre. Con Cominito, su primero, hizo una faena elegante que fue creciendo hasta ganarse una ovación. En su segundo, Andaluz, toreó con mucha naturalidad y gusto, aunque el fallo con la espada le quitó la posibilidad de premio.
El tlaxcalteca Sergio Flores volvió a demostrar su entrega y valor. Con Tapatío, su primer toro, se mostró firme pese a las pocas opciones. En el sexto, el mejor del encierro, conectó con el público con muletazos largos y templados que levantaron olés sinceros. Pinchó al matar, pero fue despedido con una fuerte ovación.
Fue una tarde de tres estilos distintos, cada uno con su sello, pero todos con una misma intención: hacer el toreo de verdad.
Cortesía de El Informador
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