Someday, you will find me: Historia de cómo Oasis llegó a una vida

Oasis está por regresar a México y eso hace que un montón de recuerdos vuelvan a mí. Seguramente, también le está pasando a quienes leen esto.

FERIA DE SAN FRANCISCO

Antes de las plataformas de streaming, la identidad musical de las personas dependía de su estación de radio favorita y ―aunque era muy antidemocrático― de si tenías televisión de paga en la era dorada del videoclip. Yo no entendía de qué hablaban mis compañeros cuando escribían en los chismógrafos que el mejor video era el de “November Rain”, pero eventualmente convencí a mis papás de gastar para expandir los canales de tele más allá de los que captaba la antena. Eso me dio la oportunidad de ampliar los temas de conversación con mis pares. 

Fue ahí donde descubrí el video de “Stand by Me”, de Oasis, que era de los que junto con propuestas como del de “Ironic” (Alanis Morissette, Jagged Little Pill, 1995) me hicieron pensar en la capacidad de construir historias que fueran más allá de nuestra percepción del tiempo y el espacio. Después de comentarlo una y otra vez, de repente ya estaban en mi lista de bandas favoritas.

Fue la primera lista, la verdad, ya que con el pop prefabricado que se conocía hasta la fecha, mi cerebro en formación apenas estaba descubriendo lo que significa hacer tus canciones y tocar tus instrumentos (por fin le entendí al chiste de Los Simpson sobre The Monkeys).

I said maybe: Oasis llegaría a México por primera vez

Más adelante descubrí otras joyitas del Be Here Now (1997) como “All Around the World” y “Don’t Go Away”. Después escuché que con ese disco supuestamente habían empeorado y que nunca alcanzarían a hacer rolones como los de sus álbumes previos. Y ahí estaba yo, apenas reconociendo a Garbage y The Smashing Pumpkins, pero dándome cuenta de que ya tenía tarea de adentrarme en la discografía de las bandas.

No es que no lo disfrutara, pero quien creció en los 90 entenderá cómo decir que un grupo te gustaba, implicaba hacerte un conocedor antes de que el escrutinio público de la secu decidiera que no sabías lo suficiente. Si no me creen, pregúntenle a mi amiga, que a la fecha recuerda cuando le hicieron creer que no tenía derecho a decir que le gustaba U2 por mostrarse interesada en el PopMart Tour y estar descubriéndolos―.

Alcancé a hacerme medianamente experta, en tiempos antes de Google, justo previo a que anunciaran el primer concierto de Oasis en México.

Esto costaron los boletos de Oasis hace 25 años y más. Foto: Sandra Márquez

Today is gonna be the day

Llegó el gran día. Si no mal recuerdo fue el primer concierto al que fui de una banda “de mi generación”. Antes solo había escuchado en vivo a King Crimson y a los Rolling Stones porque mis papás me dijeron “esto sí es música”. Y sí era, pero ahora era una adolescente que iba formando gustos más allá de los familiares. 

Curiosamente, la fecha coincidió con el examen para entrar en una prepa a la que ni quería ingresar. Se usaba tener una opción de respaldo por si fracasabas en el Examen Único del CENEVAL. No sé si le caí mal a la señora que me entrevistó, o tal vez estaba demasiado emocionada por el concierto en el Palacio de los Deportes, pero eventualmente a esta alumna todavía de excelencia no la aceptarían.

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Foto: Tadeo DC @tadeo__rc

Para el concierto me vestí normal, pero ahora algo me dice que me veía mejor que normal―con un corte de pelo como el de Natalie Imbruglia―, aunque me sentía tan inadecuada como cualquier adolescente que creció cuando predominaba el heroine chic.

Mi papá me acompañó (claro, yo jamás me había subido sola al transporte público), alcancé a pegarle a uno de esos condones inflados que aventaban para poner ambiente y hasta me sabía rolas de los teloneros: La Gusana Ciega, cuyos CDs aún conservo (mi historia con su música merece un texto aparte). 

Como ya dominaba “Supersonic”, “Live Forever”, “Whatever”, “Morning Glory”, “Wonderwall”, “Champagne Supernova” y más, no me aburrí ni medio segundo. Por fin pude ver que Liam Gallagher sí cantaba con la pose antianatómica con la que se le ve en los videos, llegué a mi casa con la cabeza volada y falté a la escuela al día siguiente. Eso sí, fui con mi playerota a saludar a mis amigas a la salida porque no podía contenerme para contarles.

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Foto: Jennifer Alcazar

Antes y después de Oasis

Más adelante, se fue definiendo una clara línea entre defensores de Oasis y los detractores ―con justa razón, pero demasiado hate―. Estos últimos argumentaban inestabilidad en la alineación de la banda, cosa que hoy entendemos como totalmente normal; y que eran “copiones” (o sea, sí, basta escuchar “Don’t Look Back in Anger”, pero quien no integre sus influencias a sus creaciones, que tire la primera piedra).

Curiosamente, entre a los que identificaba como fans también estaba ese amigo cuyo papá era el mayor fan de The Beatles que llegué a conocer. Tanto, que hasta hacía una fiesta en el aniversario del primer concierto en la historia que dio Paul McCartney en México.

Definitely maybe: Oasis uniendo a la gente

Cuando entré a la prepa ―momento canónico de mi vida― y ahora sí se me abrió el panorama más allá de la pantalla de MTV, ya tenía más conciertos en mi haber y unas clases de batería para hacer algún día mi banda de rock. Ahí mi bestie me presentó a su nueva amiga.

“Qué chida sudadera”, fue uno de los primeros comentarios que le dije. Seguro no estaba chida, la verdad, pero tenía el nombre de Oasis y con esos guiños una construía relaciones y complicidades. Poco nos imaginábamos que 25 años después estaríamos juntas en el pasto lluvioso del Corona Capital escuchando a Noel Gallagher a lo lejos.

En mi próximo círculo social (donde compartíamos muchos gustos musicales, pero no todos) también estaría la que amaba a Oasis más que yo. Tanto, que hasta los fue a ver a Manchester este verano con la gira de reconciliación. 

Oasis regresó al Palacio para presentar Standing on the Shoulder of Giants (2000). Fui con el maestro de inglés que aunque era team Blur quiso acompañarme. ¿Le habrá dado la versión británica del “síndrome del Jamaicón”? Supongo que yo hubiera hecho lo mismo si me hubiera ido a vivir un año al Reino Unido y allá me hubiera tocado un concierto de Maná. Bueno, no, la verdad no lo hubiera hecho (no en esa época).

Nobody knows, the way it’s gonna be

Ya después no le supe mucho a Oasis, claro que topo sencillos como “Little by Little” (Heathen Chemistry, 2002) y “Let There Be Love” (Don’t Believe the Truth, 2005). Sin embargo, ya no compré los CDs ni me encerré en las tardes con sus booklets. No recuerdo qué estaba haciendo durante las giras Don’t Believe the Truth World y Dig Out Your Soul. Por las fechas está claro que fue en mi transición a terminar la universidad, iniciar mi vida profesional y a convertirme en “adulto responsable”.

oasis concierto 2006
Foto: Mariana Pérez

Cuando fue el gran pleito entre los Gallagher creo que sí recordé otros tiempos con nostalgia. Después de eso solo pensé en la banda con las entrevistas en las que Liam se portaba como un cretino muy divertido, cuando leí que Noel tenía en su banda a una integrante que tocaba ¿las tijeras? y, hasta poco antes de que los Gallagher se reencontraran, cuando mi pareja se despertaba con ya sabemos cuál peinado. 

La noticia que esperábamos

Y por fin sucedió: aunque Noel Gallagher había dicho años antes que si Oasis se reuniera no lo anunciarían en la televisión mexicana, sí eligieron el WTC de CDMX (entre otros lugares del mundo) para crear awareness sobre su gira actual

Como suele pasarme en los conciertos más cotizados, voy a ir al Oasis Live ‘25 Tour porque alguien a quien quiero mucho se rifó por mí en la fila virtual. A los Gallagher obviamente no les importa que estoy echando la entraña en este texto y no me dieron código de fan en un inicio. Ya después, me llegó la invitación a registrarme para la liberación de los últimos boletos, pero una no está para resolver las cosas a la mera hora.

A fin de cuentas, más que los grupos, importan esas personas que protagonizan los recuerdos que tienen sus canciones como soundtrack.

oasis
Oasismynet

Estadio GNP Seguros, Viaducto Río Piedad s/n y Río Churubusco, Granjas México, septiembre 12 y 13, 21 h, agotado.

Oasis Fan Store
  • Cuándo: del 25 de agosto al 13 de septiembre de 2025.
  • Dónde: Plaza Carso (Lago Zurich 245, Ampliación Granada, Miguel Hidalgo).
  • Horario: de 10:00 a 20:00.
  • Costo: Entrada libre.

OBRAS DE INFRAESTRUCTURA HIDALGO

Cortesía de Chilango



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