Desde que el nombre de Sophie Turner comenzó a sonar para convertirse en la nueva Lara Croft en la próxima entrega de Tomb Raider, nos habíamos preguntado cómo haría la actriz británica para dar vida a la aventurera más famosa de los videojuegos.
Finalmente, obtuvimos una respuesta. Sophie construyó músculos de hierro por lo que parece estar más que lista para ponerse en las botas en Lara Croft y protagonizar la serie que prepara Amazon bajo la batuta de Phoebe Waller-Bridge.
Ahora que es casi un hecho que Sophie Turner sea la nueva Lara Croft, tenemos que hablar de que este personaje representa para la ex esposa de Joe Jonas, no sólo una evolución actoral, sino una metamorfosis emocional y física que empezó, curiosamente, hace más de una década en los fríos paisajes de Winterfell en Game of Thrones y la llevará, seguramente, a algún paisaje tropical.
(Instagram / Sophie Turner)
Sansa Stark y el aprendizaje a la fuerza que vivió Sophie Turner
Sophie Turner debutó en la pantalla a los 15 años con el personaje que le daría fama mundial: Sansa Stark en Game of Thrones. Durante ocho temporadas, la actriz británica fue creciendo a la par de su papel.
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Al inicio, Sansa era una joven ingenua, fascinada por los cuentos de princesas, cuya única ambición era casarse con un príncipe. Lo que siguió fue una dolorosa y compleja transformación: traiciones, vejaciones, pérdidas y una cruenta lucha por el poder y por su propia supervivencia. Sansa pasó de ser una pieza en el tablero a convertirse en una estratega implacable, que terminó coronada como la Reina en el Norte.
(Tim Whitby/Getty Images)
Ese arco narrativo obligó a Sophie a transitar emociones intensas y a desarrollar una madurez interpretativa notable. La evolución de Sansa fue también la de Sophie: “Con Sansa crecí, me endurecí y aprendí que las mujeres no necesitan armaduras metálicas para ser guerreras”, dijo en una entrevista para Porter en 2019, justo después del final de la serie.
Sophie Turner presume músculos ‘de Lara Croft’
Para Sophie Turner, la posibilidad de encarnar a Lara Croft no es simplemente aceptar otro papel. Luego de ver sus más recientes fotos en redes sociales, podemos ver que su transformación ha significado un renacimiento físico y simbólico.
Aunque Alicia Vikander aportó su estilo y su propia corporalidad a la versión más reciente de la saga, resulta claro que con el nuevo proyecto se requería a una actriz que tuviera una mezcla de vulnerabilidad emocional y fuerza bruta.
(Instagram / Sophie Turner)
Y según confirmamos hoy, su físico —anteriormente delgado y estilizado, propio de los dramas históricos— evolucionó a una figura más atlética, con énfasis en un torso y un six pack que parecen esculpidos a mano.
(Jason Merritt/Getty Images)
Más allá del cuerpo, Sophie Turner demuestra su alma guerrera
Lo que hace de esta nueva Lara Croft algo especial no es sólo el físico renovado de Sophie Turner, sino su bagaje emocional. En muchos sentidos, Sophie ha entrenado toda su vida para este momento. Sansa Stark le enseñó la resiliencia. Su experiencia en una industria que constantemente cuestiona a las mujeres —su cuerpo, su talento, su valor— le ha dado la rabia contenida que exige Croft.
(Amy Sussman/Getty Images)
Y pareciera no ser casualidad que este papel llegue tras su separación de Joe Jonas y el intenso escrutinio mediático que enfrentó. En lugar de retraerse, Turner parece haber canalizado esa experiencia hacia algo poderoso. Como si la vida, otra vez, le hubiera puesto una armadura invisible. Lara Croft ya no es sólo una heroína de acción; es un símbolo de autonomía, de control y de renacimiento.
Cortesía de "quien.com"
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