Gomitas, chocolates, chicles o paletas. Ácidos, picositos, rellenos y hasta cremosos. Los dulces existen en todo tipo de presentaciones, formas y sabores. Pero es en las tierras nórdicas donde el consumo de estos productos se considera casi como una religión. Cada sábado, familias enteras salen de centros comerciales con bolsas llenas de golosinas. El problema: enfrentaron a una crisis de escases.
Iniciada en la década de los 50 en Suecia, esta tradición comenzó como una medida para combatir la caries dental. Las autoridades médicas del país designaron el sábado como el día en que, tanto niños como adultos, podían cumplir el capricho de consumir azúcar una vez por semana. Con los años, evolucionó hasta convertirse en parte de su cultura. Su nombre: lördagsgodis.
El lördagsgodis pendió de un hilo, no tanto por que la población sueca ingiera poco más de un kilo en una sola noche, sino por la alta demanda a nivel internacional que se vivió el año pasado. Acudir a una dulcería y escoger como si no hubiera un mañana se extendió a Estados Unidos y Corea del Sur. El resultado: una fiebre por los dulces suecos. El responsable: TikTok.
Al parecer, todo comenzó cuando la creadora de contenido Marygrace Graves compartió su experiencia en BonBon, una dulcería sueca en Brooklyn. La viralidad de aquel post catapultó el concepto de pick’n’mix (mezclar y elegir) al tiempo en que desencadenó una falta de inventario. Bubs fue una de las empresas afectadas: vendieron toda su producción durante el verano.
Como respuesta, el director de Bubs, Niclas Arnelin, compartió para The Guardian que la compañía se vio obligada a reducir su catálogo de productos para concentrarse en sus tres líneas más populares. La situación escaló tanto que las tiendas en toda Suecia comenzaron a recibir lotes racionados bajo una política de prioridad nacional. Lo curioso: consumidores locales pidieron dulces desde el extranjero.
Según recaba el medio británico, el surtido estuvo en crisis debido a una interrupción de suministro. Ante la situación, en la icónica tienda ubicada en Londres, ScandiKitchen, tuvieron que espaciar productos y despacharlos a cuentagotas. Pero el pie de lucha tiene un propósito, según contaron los dueños del local Jonas y Bronte Aurell: “disfrutar de algo tan típico como los dulces se vuelve muy significativo”.
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Al final, la encrucijada se perfiló entre mantener una tradición nacional o satisfacer la demanda global. Sin embargo, la filosofía sueca de promover el equilibrio entre disfrutar y no excederse parece perdurar, gracias al arraigo hacia estos pequeños manjares. Como explicó Tegsveden Deveaux, un habitante local, para la BBC, este principio se enseña desde la infancia.
“Mis hijos recibieron sus tarjetas bancarias cuando tenían seis años y cada semana les deposito 20 coronas. Luego van a la tienda todos los sábados y cuentan los caramelos que ponen en una bolsa. Tienen que hacer un presupuesto para los caramelos del sábado y para comprar juguetes o cualquier otra cosa que no ‘necesiten’”.
Y, por si te lo preguntas, sí existen tiendas en México con temática de pick’n’mix, a pesar de no ser como tal una tradición. Para ejemplo podemos mencionar la cadena Chilim Balam.
Cortesía de Xataka
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