Las directoras mexicanas Astrid Rondero y Fernanda Valadez, recientemente nominadas al Ariel -será entregado el 20 de septiembre de 2025- por su película “Sujo” (2024), aseguran que en México “lo que nos falta es sentarnos a poder observar”, por lo que con su filme buscan crear un espacio para debatir el dolor detrás del reclutamiento de menores por el crimen organizado.
“La ficción y el cine te permiten un espacio seguro en el que observar lo que sucede en México que de otra manera no podemos hacer”, sostiene Rondero en entrevista por sus recientes 13 nominaciones en los Ariel, entre las que se encuentran categorías como Mejor película, director y guion original.
Para las cineastas, el descubrimiento del Rancho de Izaguirre en Jalisco, reconocido por el Gobierno de México como un centro de adiestramiento del narcotráfico, es un ejemplo sobre las historias que no se pueden obviar y que deben llegar a los ciudadanos en otros formatos, como el cine.
“Estamos muy desensibilizados y acostumbrados a las cifras y estadísticas. Vemos una nota roja y un cuerpo tirado en el piso, una persona, un hombre joven que probablemente no pasa ni de los 25 años y falta preguntarte quién hubo alrededor y qué hubo detrás para que un joven concluya su vida de esa manera tan violenta”, desarrolla Valadez de 44 años.
Investigaciones del periodista culiacanense Javier Valdez, asesinado en 2017 en el Estado de Sinaloa, que todavía sigue en disputa tras la detención del narcotraficante Ismael “Mayo” Zambada, fueron fuente de inspiración para las artistas en su historia sobre un menor que huye del reclutamiento forzado del norte para llegar a la capital del país y poder estudiar y tener una vida mejor.
“Es un país tan complejo, que tiene estos contrastes y contradicciones, y es tan cierto que hay una generación de jóvenes que son reclutados de una manera forzosa o aparentemente forzosa, porque el reclutamiento por seducción es también forzoso, sucede en un espacio de completa falta de posibilidades”, comenta Valadez.
Cine de contrapunto
Aunque México es uno de los países del mundo donde se ve más cine proyectado en salas, las directoras tienen claro que historias como las suyas pertenecen a una menor resistencia frente a las películas de superhéroes o remakes de Disney, cintas con poco “contrapeso ideológico” como el de “Sujo”.
“El cine en México está perdiendo innovación, es una realidad. Sin embargo, es un arte que ven miles de personas, incluso en una distribución acotada como la nuestra (…) Hay una resistencia para hablar de estos temas. No diría una censura, pero sí una resistencia”, argumenta Valadez.
Además, según apunta Rondero, a pesar de haber expuesto en casi 400 salas en los 32 Estados del país, todavía hay muchas realidades diferentes a las de las grandes ciudades más acostumbradas al debate de estas cintas, poblaciones más remotas e incluso verdaderamente afectadas por la violencia que no quieren ver este tipo de cine.
“Cada vez que vamos a una ciudad más pequeña dentro de México nos dicen, es que ya no quiero ver películas de nuestra población, del narcotráfico o nos preguntan mucho por qué seguimos hablando de la violencia”, afirma.
Sin embargo, las dos artistas recalcan que la violencia no es un fenómeno que haya pasado ni “una tormenta que llama y a la que no damos la vuelta”, sino que es su motivación para seguir nutriendo el séptimo arte.
“(La violencia) sigue creciendo y complejizándose. Es por eso por lo que nosotras tratamos de cuestionarnos. No se trata de dar respuestas, sino de levantar preguntas”, sentencia Rondero.

SINOPSIS
¿Se puede romper con el destino?
“Sujo” (2024) narra la vida de un niño de cuatro años que queda huérfano tras el asesinato de su padre, un sicario vinculado a un cártel en Michoacán. Rescatado por su tía, “Sujo” es criado en un entorno rural marcado por la pobreza, la violencia y la desolación.
Durante su adolescencia, se rebela y se ve envuelto en el crimen organizado como parte de un rito de iniciación. Con el tiempo, logra alejarse del cártel y mudarse a Ciudad de México, donde busca una nueva vida lejos del legado oscuro de su familia. Sin embargo, “Sujo” debe enfrentar la pregunta central: ¿podrá realmente romper con un destino que parece ya escrito?
La película, estructurada en cuatro episodios que transcurren entre Tierra Caliente (Michoacán) y la Ciudad de México, se sumerge en la herencia de la violencia y la posibilidad de liberación. Inspirada parcialmente en la obra del periodista Javier Valdez, ofrece una mirada compasiva y reflexiva sobre la identidad, el libre albedrío y el poder del cine para imaginar otros futuros.
Con información de EFE
Cortesía de El Informador
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