Los espectáculos en vivo en México no solo dependen de la gira de tu artista favorito, también de cuánto está dispuesto a cobrar Ticketmaster por vender un boleto. Ahora, la empresa anunció un incremento en su cargo por servicio del 22 al 24% del valor del boleto. Eso significa que casi una cuarta parte de lo que pagues por tu entrada se queda en la boletera.
Según un reporte de El Financiero, Ticketmaster México justificó este ajuste al señalar que busca fortalecer su infraestructura tecnológica y operativa. La compañía asegura que la medida refuerza su compromiso con la seguridad y la confiabilidad de cada transacción, desde el control de accesos hasta el soporte al cliente.
La boletera dirigida en México por Ana María Arroyo Salhuana asegura que parte de estas comisiones se destinan a innovaciones como boletos digitales con códigos dinámicos (SafeTix), acceso seguro desde la app móvil y plataformas capaces de soportar ventas masivas.
¿Qué pagas cuando compras un boleto en línea?
Según Ticketmaster, los precios de valor nominal los fijan artistas, promotores y equipos deportivos, mientras que la boletera añade cargos adicionales. Estos incluyen la tarifa de servicio, que se cobra por cada boleto y otras como la de procesamiento de pedido o de entrega en caso de boletos físicos.
En palabras de la propia empresa, la tarifa de servicio cubre costos de tecnología, personal y recursos para garantizar una compra segura y protegida. Además, parte de esa tarifa puede compartirse con recintos y promotores. En pocas palabras, no solo es un “cargo de Ticketmaster”, sino un ingreso repartido en la cadena de espectáculos, según ellos mismos afirman.
Profeco ya advirtió que no intervendrá en tarifas
Aquí entra el terreno de la regulación. Según un reporte de Infobae, el titular de la Profeco, Iván Escalante declaró que mientras la gente siga pagando los precios, estos seguirán subiendo. La dependencia asegura que no regula tarifas dinámicas ni comisiones y que el mercado es libre para fijar precios.
Cabe recordar que Profeco se ha enfrentado a Ticketmaster en otros terrenos como las demandas colectivas por cancelaciones, cláusulas abusivas y negativas de reembolsos. Aunque incluso ahí, como documentó Aristegui Noticias, varios acuerdos judiciales terminaron beneficiando más a las empresas que a los consumidores.
De acuerdo con el mencioado reporte de Aristegui Noticias, Ticketmaster y Ocesa controlan más del 64% del mercado nacional de boletaje, todo bajo la covertura de Live Nation, gigante global del entretenimiento. Esa concentración ha derivado en investigaciones por prácticas anticompetitivas y denuncias de consumidores que hablan de sobreventa, cancelaciones arbitrarias y reventa encubierta.
Aunque Profeco y la extinta Cofece han intentado poner límites, los resultados han sido parciales con convenios criticados, investigaciones archivadas y ninguna sanción contundente.
Movimiento Ciudadano se quiso subir al escenario, pero no pegó
En julio de 2025, Movimiento Ciudadano anunció que llevaría a Profeco una queja formal contra Ocesa y Ticketmaster por cargos ocultos y prácticas engañosas. Según su coordinador Jorge Álvarez Máynez, era hora de “precios justos para los conciertos”.
La propuesta buscaba reformar la Ley Federal de Protección al Consumidor para obligar a publicar precios finales desde el inicio, prohibir sobreventas y sancionar reventa abusiva. Sin embargo, la iniciativa sigue atorada en el Congreso. Como anteriormente reportamos en Xataka México, parece que a la “Bancada Naranja” no le salió la jugada de convertirse en héroe de los fans.

¿Y ahora qué significa el 24% para los consumidores?
Más allá de los discursos de seguridad y tecnología, lo que ve el público es sencillo: un boleto de 2,000 pesos ahora tendrá un cargo por servicio de 480 pesos (antes eran 440). Si agregamos otros cargos y posibles tarifas de entrega, la experiencia de comprar un boleto en línea puede superar con facilidad el 30% adicional sobre el precio base.
Y mientras Profeco insiste en que no regulará tarifas y las empresas mantienen el control del mercado, el consumidor se encuentra atrapado en un sistema donde “o pagas, o no entras al concierto“. México es uno de los principales mercados para Ticketmaster con más de 50 millones de asistentes a eventos al año y todo indica que lo seguirá siendo.
Lo irónico es que el discurso oficial de la empresa habla de “mejorar la experiencia del usuario”, pero para el público, la experiencia empieza con una cartera más vacía antes siquiera poder ver a su artista favorito
Cortesía de Xataka
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