
La transformación del mercado laboral con la incorporación de la inteligencia artificial (IA) desplazará 92 millones de empleos hacia 2030, pero a la par surgirá un nuevo perfil de empleado: el trabajador 5.0.
“El 22% de los puestos de trabajo que existen a nivel mundial se van a ver impactados. El impacto va a ser por creación de nuevos puestos de trabajo y por gente que sus trabajos van a dejar de existir”, advirtió José Escamilla, director asociado del Instituto para el Futuro de la Educación (IFE) del Tecnológico de Monterrey.
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Se calcula que en 2030, 162 millones de empleos cambiarán y se generarán 170 millones más a nivel global por el efecto de la IA, mencionó Escamilla con base en datos del informe El futuro del trabajo 2025 del Foro Económico Mundial.
Este perfil en construcción será resultado de la evolución al trabajo 5.0 que, de acuerdo con Escamilla, será un espacio en el que la tecnología aumenta el potencial humano sin reemplazarlo.
El trabajo 5.0 se caracterizará por la colaboración entre humanos y la IA, lo que plantea retos a las empresas para reclutar a este humano, a las universidades para formarlo y a los candidatos demandará habilidades que van desde lo técnico hasta las humanas, coincidieron especialistas durante la conferencia La IA y Trabajo (5.0): El nuevo mapa de las habilidades profesionales.
“A todas estas estas nuevas características del perfil del trabajador, ahora le podríamos llamar el trabajador 5.0. Estamos creando una nueva figura”, destacó Patricia Caratozzolo, investigadora del IFE.
El trabajador 5.0 colaborará con una IA que ya no sólo resumirá contenidos sino que podría tener capacidad para decidir a partir de predicciones que incorpore para resolver problemas complejos, automatizar procesos, anticipar tendencias y crear soluciones de alto impacto.
“El trabajo 5.0. sí va a ser un nuevo ecosistema entre el humano y una máquina, pero no una máquina como antes, no un torno, no una máquina mecánica o un robot. Va a ser una máquina inteligente, quiere decir que la máquina va a tener en su capacidad también un cierto nivel de decisión”, describió Caratozzolo.
Habilidades que demandará el futuro del trabajo
Convivir y trabajar con una IA con capacidad de decisión demandará en el humano habilidades que van desde lo técnico hasta lo emocional y un aprendizaje continuo.
Las habilidades necesarias para incorporarse al trabajo 5.0 se dividen en tres grandes campos: disciplinares, humanas-socioeconómicas y metahabilidades, resumió José Escamilla.
Entre las habilidades disciplinares están los conocimientos sobre IA, Big Data, robótica, desarrollo de software y sistemas autónomos.
El toque humano no desaparecerá pues la competencia número uno que será demandada en el trabajo 5.0 es el pensamiento crítico.
“El pensamiento analítico es la habilidad más importante, pero también están la resiliencia, el liderazgo, el pensamiento creativo, la curiosidad y el aprendizaje a lo largo de la vida”, agregó Escamilla.
Además, dentro de las metahabilidades el trabajador 5.0 deberá ser capaz de gestionar el cambio y adaptarse, desarrollar el aprender a aprender, usar herramientas de co-creación con la IA (prompting) y una visión sistémica y pensamiento de futuros.
“Esto va a demandar que ese talento conjunto sea flexible, interdisciplinario y orientado a una innovación constante”, enfatizó la investigadora Patricia Caratozzolo.
Ese contexto laboral requerirá en los trabajadores el desarrollo de capacidades socioemocionales pues se enfrentarán a entornos donde lo que aprendieron hoy no será útil mañana.
“Eso crea una una situación de ansiedad constante para el trabajador, una sensación también de vulnerabilidad por el temor a ser despedido, a ser reemplazado por un trabajador más joven, más ágil, más flexible”, comentó la especialista.
Los sectores económicos que demandan desde ahora un talento flexible, interdisciplinario y orientado a una innovación constante son los de tecnologías de información, el automotriz, la manufactura avanzada, la salud y la energía, coincidieron los especialistas.
Talento 5.0 reta a las universidades
Del lado de las instituciones educativas hay un reto que plantea el trabajo 5.0: cómo formar al talento idóneo para ese entorno cambiante.
“En las empresas hay un departamento de recursos humanos que arma el texto que va a decir ‘se necesita ingeniero con conocimientos en bla bla bla’. Si eso lo hacemos mal, hoy en seis meses esa persona podría estar perdiendo su trabajo. ¿Por qué? Porque pedimos algo que no era lo que se necesitaba en el futuro inmediato”, advirtió Caratozzolo.
Para evitar esos errores, la especialista sugirió que las instituciones educativas realicen un análisis de vacantes en tiempo real, que busque cuáles son las nuevas habilidades que se demandan y con ello incorporarlas en sus programas.
Durante su intervención, presentó la plataforma Shaping Skills desarrollada en el Institute for Future of Education (IFE) del Tecnológico de Monterrey.
La plataforma analiza millones de vacantes laborales en bolsas de trabajo como Indeed, LinkedIn, OCC para generar taxonomías de qué habilidades son las que destacan y las de nueva aparición.
Cortesía de El Economista
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