Trabajadores mexicanos pueden resolver problema de visas H1-B a empresas de Estados Unidos

El anuncio del gobierno de Estados Unidos de imponer una tarifa de 100,000 dólares anuales por cada nueva visa H-1B ha encendido las alarmas en la industria tecnológica global. 

Para las compañías estadounidenses, la medida representa un freno costoso a la atracción de talento extranjero. Para México, en cambio, puede ser la oportunidad de oro para posicionarse como la alternativa inmediata de talento especializado y cercano.

La Casa Blanca comunicó el 19 de septiembre que la nueva tasa aplicará a los nuevos solicitantes de visa H-1B, el instrumento legal más usado por empresas tecnológicas para contratar ingenieros y programadores extranjeros.

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Apenas un día después, medios estadounidenses como Axios confirmaron que la tarifa no afectará a titulares actuales que renueven o vuelvan a entrar al país. Esta precisión mitiga el impacto en trabajadores ya establecidos, pero deja claro que el mercado de nuevos ingresos se verá restringido.

El costo de depender del H-1B

El volumen del programa explica la magnitud del problema. En 2024 se aprobaron alrededor de 400,000 visas H-1B, de las cuales dos tercios correspondieron a renovaciones. Más de 70% de los beneficiarios provenían de India, lo que refleja la concentración geográfica que Estados Unidos ha mantenido en su estrategia de importación de talento.

Con la nueva tarifa, cada contratación internacional vía H-1B equivale prácticamente a contratar a un ejecutivo senior de tiempo completo. Para startups y compañías medianas, el modelo se vuelve insostenible. Y es ahí donde México emerge como alternativa viable.

“Lo veo como algo bastante factible”, afirma Eduardo Barrientos, cofundador de la firma Aplex, cuando se le pregunta si las empresas de Estados Unidos podrían reemplazar el modelo de visas con contrataciones en México.

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Su argumento es sencillo. Existe una barrera cultural en los corporativos estadounidenses respecto a Latinoamérica, pero una vez que se rompe, se dan cuenta de la calidad y la cercanía del talento mexicano.

Las opciones son variadas. Una de ellas es la contratación remota directa, apoyada en plataformas y servicios que permiten cumplir con las obligaciones fiscales y laborales en México.

“Contratar remoto va a ser la manera más sencilla y en el corto plazo se va a detonar más rápido que abrir oficinas físicas”, dijo Emmanuel Olvera, director de Hireline, plataforma de reclutamiento tecnológico.

Otra posibilidad es aprovechar las estructuras de employer of record, empresas que fungen como empleador legal en México mientras el talento trabaja para una firma extranjera.

Según Barrientos, estas compañías, como Deel, ya operan en el país y eliminan los obstáculos legales que antes dificultaban la contratación transfronteriza.

Ventajas comparativas de México

A diferencia de otros países de Latinoamérica, México tiene la ventaja geográfica y regulatoria. Bajo el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) existe la visa TN, diseñada para profesionistas mexicanos en áreas específicas. Esta figura, que no ha sido impactada por la nueva tarifa, ofrece un canal migratorio más económico y expedito que el H-1B.

El país también concentra polos de talento en Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara, donde universidades públicas y privadas gradúan cada año miles de ingenieros que, además, están en la misma zona horaria que las principales regiones tecnológicas en Estados Unidos, a las que se puede llegar también rápidamente.

A su vez, México cuenta con experiencia creciente en áreas de soporte remoto, control de calidad (QA), gestión de proyectos y desarrollo de software para clientes globales, de acuerdo con Emmanuel Olvera.

Barreras

Esta nueva oportunidad no está exenta de retos. Una de las principales limitantes es el idioma. “Apenas 23% de los profesionistas en México tiene un inglés avanzado”, advierte Olvera. Para las empresas estadounidenses, esto implica un doble esfuerzo: invertir en capacitación lingüística o priorizar a los candidatos ya bilingües.

Otro factor es la experiencia internacional. Barrientos muestra que las compañías que buscan instalar operaciones en México requieren construir primero una capa de liderazgo local que funcione como puente cultural y operativo.

“Cuando las compañías americanas comiencen a estructurar una capa de liderazgo local lo van a tener más sencillo”, dijo.

Empresas tienen que diversificar

El mensaje que dejan los especialistas es que el incremento de las tarifas en las visas H-1B no solo es un cambio de costos, sino un llamado a la diversificación.

“Las empresas sí tienen que tomar precauciones, empezar a ver un plan B y C”, dijo. En su opinión, México ya cuenta con la infraestructura legal y humana para ser ese plan B.

La tarifa de 100,000 dólares por cada visa H-1B acelera procesos que muchas empresas habían postergado. México tiene la oportunidad de convertirse en un proveedor estratégico de talento tecnológico, siempre y cuando se refuercen tres frentes: dominio del inglés, experiencia global y estructuras de contratación flexibles.

Para los trabajadores mexicanos, se abre una oportunidad en la que su perfil no solo es competitivo por costo, sino también por ubicación y cercanía cultural. Para Estados Unidos, es una manera de seguir alimentando su ecosistema de innovación sin pagar una tarifa prohibitiva. Y para México, la coyuntura es una invitación a demostrar que el talento tecnológico local puede resolver problemas globales.

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Cortesía de El Economista



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