
En Teocaltiche, Jalisco, un enfrentamiento armado entre policías regionales y dos hombres fuertemente armados derivó en el aseguramiento de un presunto “narcorrancho” y en el despliegue de un operativo de fuerzas federales.
Según la prensa local, el incidente ocurrió la tarde del 10 de agosto, cuando una patrulla realizaba un recorrido de vigilancia sobre la carretera que conecta Belén del Río con la cabecera municipal.
A la altura de una brecha que conduce a la Delegación Jesús Aguirre, los uniformados fueron atacados a balazos, lo que provocó que los agresores se resguardaran en el interior de un rancho.
Tras repeler la agresión y establecer un perímetro de seguridad, los policías constataron que en el inmueble había armas largas, municiones y equipo táctico.
Los civiles armados escaparon, de acuerdo con las primeras versiones, por la parte trasera del predio y se perdieron entre la llanura.
Asimismo, se reportó que no hubo personal lesionado derivado de las agresiones que recibieron las fuerzas del orden.
Casos de violencia
Entre enero y julio de 2025, Teocaltiche, Jalisco, ha sido escenario de una alarmante ola de violencia vinculada al crimen organizado.
El municipio ha registrado múltiples enfrentamientos armados, bloqueos carreteros, y la irrupción de grupos armados en instalaciones médicas, como el ataque del 8 de mayo, cuando sicarios asesinaron a una enfermera y a una regidora dentro de un hospital.
En abril, fuerzas estatales aseguraron otro presunto “narcorrancho” de cinco hectáreas, con armamento, drogas y vehículos modificados, hallazgo que fue vinculado con el asesinato del secretario del ayuntamiento, José Luis Pereira.
Además, se documentaron operativos que derivaron en el decomiso de explosivos, narcotalleres y plantíos ilícitos valuados en más de 500 millones de pesos.
La población, de acuerdo con diversos reportes locales, ha denunciado desplazamientos forzados y falta de presencia efectiva del Estado.
Teocaltiche se ha convertido en uno de los focos rojos de la violencia en los Altos de Jalisco.
Cortesía de El Economista
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