Tres días de duelo y un largo cortejo fúnebre: así despedirá Uruguay a “Pepe” Mujica

Uruguay llora la muerte de José Alberto Mujica Cordano, el líder político más importantes de los últimos tiempos. Tras una larga lucha contra el cáncer de esófago, “Pepe” Mujica falleció a los 89 años este martes 13 de mayo.

Su legado quedará marcado en la memoria de quienes conocieron a una persona austera y sin complicaciones por lo material. “Soy cómodo, no me complico la vida. Yo no hago una apología de la pobreza”, mencionó el expresidente en una entrevista televisiva.

En un homenaje póstumo, el Gobierno de Uruguay decretó tres días de duelo para honrar la memoria del expresidente. El cortejo fúnebre será desde las 1:00 a.m. (hora Uruguay) de este miércoles. Una caravana partirá desde la Torre Ejecutiva- sede de la Presidencia, para continuar por la avenida 18 de Julio hacia la sede del Movimiento de Liberación Nacional – Tupamaros (MLN-T), lugar que evoca el pasado de “Pepe” como guerrillero y luchador contra la dictadura.

Dicho recorrido seguirá por la sede del Movimiento de Participación Popular (MPP), la organización de izquierda fundada por “Pepe” Mujica y por otros exguerrilleros del MLN-T en su retorno a la democracia. El cortejo también pasará por el Frente Amplio para terminar su recorrido en el Palacio Legislativo a fin de hacer un velatorio público en el Salón de los Pasos Perdidos. “Es probable que haya vivido más, pero uno no es consciente”, dijo ‘el presidente más pobre’ en su última entrevista con la cadena CNN.

Pepe Mujica nació el 20 de mayo de 1935 en Montevideo y se crió en una zona rural donde se mezclaban las quintas con la periferia de la capital uruguaya. De adolescente comenzó a militar en el ala progresista del histórico Partido Nacional (PN) y en un clima de polarización y con un país que mostraba los primeros signos de violencia y fractura social se volcó a la guerrilla.

Bajo el alias de Emiliano, en las décadas de 1960 y 1970 participó en acciones militares del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T) y luego pasó a la clandestinidad. En su vida, asimilable a un guión cinematográfico, recibió seis balazos que casi lo matan, se fugó de una cárcel junto a 100 guerrilleros y luego fue encarcelado en la dictadura (1973-1985).

Durante años, los militares que lideraron el gobierno de facto lo recluyeron en un aljibe, época en la que Mujica “conversó” con ranas y hormigas para “no enloquecer”, según admitió. Era uno de los llamados “rehenes” de la dictadura, que estaban bajo amenaza de los propios militares de ser ejecutados si el desarticulado MLN-T volvía a la lucha armada.

Lejos del rencor, con el retorno a la democracia, en 1985, Mujica fue liberado y junto a sus compañeros “tupamaros” aceptó reinsertarse en las instituciones. “Soy un viejo que tiene unos cuantos años de cárcel, de tiros en el lomo, un tipo que se ha equivocado mucho, como su generación”, confió en un reportaje. “Estoy arrepentido de haber tomado las armas con poco oficio y de no haber evitado así una dictadura en Uruguay”, admitió, también.

De la chacra a la Presidencia A partir de 1995, cuando ocupó por primera vez una banca de diputado, Mujica fue ganando espacio político desde su Movimiento de Participación Popular (MPP), integrante del Frente Amplio (FA), gracias a su lenguaje sencillo y popular y a un gran poder de comunicación con las masas. Primero acotado a la izquierda y luego, gracias a una autocrítica sobre su pasado, “Pepe” (así lo llaman cariñosamente) fue ampliando sus aliados a otros sectores ajenos a la coalición FA.

Mujica ganó las elecciones en 2009 con el oficialista FA, presentándose como la continuidad del presidente Tabaré Vázquez. Durante el gobierno de Vázquez, Mujica fue ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, cuando apoyó la gestión oficial, pero marcando matices con el mandatario. Durante su mandato (2010-2015) donó el 90% de su sueldo para un plan de vivienda social y siguió viviendo en su modesta chacra (granja) de las afueras de Montevideo junto a su esposa, la entonces senadora Lucía Topolansky, otrora compañera en la guerrilla.

Despreció la señorial residencia reservada para los mandatarios y se quedó en su destartalada granja, recibiendo a periodistas y funcionarios en una de las tres habitaciones de pocos metros cuadrados, que sirve de comedor y escritorio. “Peleo por la libertad y la libertad es tener tiempo para hacer lo que a uno le gusta”.

También se hizo famoso mundialmente como promotor de la legalización de la marihuana en un inédito sistema de producción y distribución bajo supervisión estatal. Legado histórico Tras dejar la Presidencia en 2015 volvió al Senado y renunció a su curul en 2018, cuando dijo que “la lucha por el progreso humano es una escalera infinita y los hombres pasan, pero la causa queda”.

En 2020 volvió a ocupar una banca del Senado, pero la pandemia del nuevo coronavirus y la edad avanzada aceleraron su alejamiento de la primera línea política. En ese momento anunció que no se acogería al “beneficio de subsidio” que tienen los parlamentarios durante un año y que tramitaría la jubilación. “No obstante, mientras mi mente funcione, no puedo renunciar a la solidaridad y a la lucha de ideas”, puntualizó, descartando un retiro de la política. También pidió “disculpas muy sentidas” si “alguna vez, al calor de los debates” pudo “herir lo personal de algún colega”.

Siga leyendo: “Pepe” Mujica, expresidente de Uruguay, atraviesa la fase terminal de su cáncer, revela su esposa

Cortesía de El Colombiano



Dejanos un comentario: