A pesar de que Claudia Sheinbaum no asistió a la última cumbre de los BRCIS, los temas que se discutieron en el cónclave llegaron hasta el Palacio Nacional. Uno de ellos, por ejemplo, involucra a los Estados Unidos porque en Río de Janeiro se comenzó a discutir la posibilidad de que Donald Trump corte los fondos que Washington le destina a la OEA y que su homólogo chino, Xi Jinping, aproveche el escenario para sumar a más estados latinoamericanos al organismo que tiene a Beijing como uno de los grandes protagonistas.
Desde que volvió a la Casa Blanca, Trump ha relegado la política exterior de los Estados Unidos a temas más nacionales -como migración y seguridad- y los principales asuntos en los que ha intervenido ocurren en Medio Oriente y Europa. En este contexto, América Latina no se un asunto relevante para el mandatario republicano y las consecuencias podrían comenzar a llegar en las próximas semanas.
Una de ellas podría ser, por ejemplo, recortar los gastos que Washington le destina a la OEA, que representan el 50% del presupuesto que tiene el organismo que reúne a los países del continente. Esto podría ser un golpe muy significativo para la organización que ahora comanda Albert Ramdin, quien sucedió al uruguayo Luis Almagro. Al mismo tiempo, podría generar un vacío que China ya analiza ocupar a través de nuevas propuestas e incorporaciones a los BRICS, el espacio multilateral que comanda con un sesgo más comercial y económico.
Uno de los países que se podría sumar sería Colombia, cuyo presidente, Gustavo Petro, es uno de los más enfrentados de la región con Donald Trump. El inquilino de la Casa de Nariño protagonizó un fuerte cruce por la política migratoria del republicano, lo que casi provoca una ruptura de las relaciones bilaterales. A raíz de esto, Beijing vería con buenos ojos sumar a Bogotá a los BRICS para ganar mayor influencia en América Latina y diversificar la oferta y la demanda en el órgano internacional.
Además, lo que se esconde detrás de esta jugada que podría tomar Trump es la polarización que cada día crece más entre Estados Unidos y China. Este lunes, el republicano aseguró: “Cualquier país que se alinee con las políticas antiestadounidenses de los BRCIS pagará un arancel adicional del 10%. No habrá excepciones”. Es por esto que, como adelantó LPO, Sheinbaum no viajó a Río de Janeiro para no profundizar las diferencias con la Casa Blanca luego de las sanciones a una serie de instituciones financieras.
En este escenario hay un actor clave y dos fechas importantes. El funcionario es el vicecanciller norteamericano, Christopher Landau, quien ya provocó tensiones en México durante su visita al Palacio Nacional y quien ve con malos ojos la relación de Albert Ramdin con el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. El exembajador en México es uno de los encargados de la relación con el continente y quien podría influir con fuerza en una decisión que impactaría en toda la región.
Al mismo tiempo, las fechas son septiembre y octubre. En el primer mes, Washington tiene que confirmar el giro de los fondos para que la OEA cuente con su presupuesto autónomo el año que viene; y, en el segundo, se definen los recursos y los detalles de las diferentes partidas, lo que podría marcar el devenir del organismo multilateral. A raíz de esto, los países de la región no serán los únicos que estarán atentos a lo que suceda, también lo hará China.
Cortesía de La Política Online
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