El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció este miércoles que Estados Unidos e Irán reanudarán la próxima semana los contactos y afirmó que ambos países “pueden firmar un acuerdo”. En el segundo día de un frágil cese el fuego entre Irán e Israel, Trump anunció que ambos países retornarán a la mesa de negociaciones, después de que los diálogos sobre el programa nuclear iraní fueran desbaratados por el inicio de la ofensiva israelí contra Teherán. El enriquecimiento de uranio fue el principal escollo de las negociaciones previas a la escalada del conflicto entre Irán e Israel. Teherán aceptaba no tener armas nucleares, como le pedía Washington, pero no ocurría lo mismo con el enriquecimiento.
“Lo volamos todo”
Durante una rueda de prensa en La Haya, donde se encontraba para asistir a la cumbre de la OTAN, Trump afirmó: “Vamos a hablar la próxima semana con Irán, puede que firmemos un acuerdo. No lo sé”. Aun así el presidente de EE.UU. comentó que no cree que sea tan necesario un acuerdo después de la guerra. “Nosotros lo único que estaríamos pidiendo es lo que pedíamos antes: que no tengan armas nucleares“, agregó al respecto.
El mandatario estadounidense insistió con que en el ataque del sábado pasado a tres instalaciones nucleares iraníes “lo volamos todo, hasta el reino de los cielos”. Trump leyó durante su intervención inicial en la cumbre de la OTAN un informe de la Comisión de Energía Atómica de Israel, que asegura que el bombardeo ejecutado el pasado fin de semana sobre el centro de enriquecimiento de uranio del gobierno iraní en Fordo lo dejó “totalmente inoperativo”.
En ese sentido, Trump insistió en que los bombardeos “allanaron el camino para la paz con un histórico acuerdo de alto el fuego”, en alusión a la tregua que el martes se comprometieron a respetar tanto Irán como Israel. El republicano dio por hecho que este alto el fuego supondrá al menos por el momento el final del conflicto, ya que ambas partes están “agotadas” tras luchar “muy duro”.
Irán exige compensaciones a EE.UU.
El viceministro de Asuntos Exteriores iraní, Saeed Khatibzadeh, aseguró este miércoles que fue Estados Unidos “quien envió mensajes a Irán para detener la guerra” y pidió que Washington compense a su país por los daños causados a las instalaciones iraníes. En una entrevista al canal libanés Al Mayadeen, Khatibzadeh anunció que su país presentará denuncias ante Naciones Unidas por los ataques contra sus instalaciones militares y su programa nuclear.
Por otro lado, el Parlamento votó a favor de suspender la cooperación con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). “El OIEA, que se negó incluso a condenar mínimamente el ataque a las instalaciones nucleares de Irán, puso en juego su credibilidad internacional”, justificó el presidente del Parlamento, Mohammad Bagher Ghalibaf. La decisión aún requiere la aprobación del Consejo de Guardianes, el órgano facultado para examinar la legislación. Pero la cooperación de Irán con el OIEA sobre su programa nuclear es “una obligación jurídica mientras siga siendo firmante del Tratado de No Proliferación”, afirmó su director general, el argentino Rafael Grossi.
Cae la retórica del cambio de régimen
Las autoridades de Irán aseguraron este miércoles que el país se encuentra ante un momento “brillante” para su historia y alabaron la relación actual entre “el Estado y el pueblo”, que cuenta ahora con un “nuevo significado para la duradera cooperación” que ambas partes comparten. Durante los primeros días de la guerra el gobierno israelí y el propio Trump cargaron sus discursos con alusiones a que el pueblo de Irán se levantara, amenazas directas al ayatolá, Ali Jameneí, o anuncios de ataques contra los símbolos del régimen, dando un trasfondo político a una ofensiva cuyos objetivos explícitos eran sólo militares.
“Nuestro objetivo no es el cambio de régimen, pero esa puede ser la consecuencia”, decía en una comparecencia ante los medios el portavoz del gobierno israelí David Mencer el 21 de junio. Concluida la guerra, el cambio político en Irán con el que jugaba la retórica israelí quedó en el olvido. “Las posibilidades son escasas”, explicó a la agencia EFE el investigador especializado en Irán de la Universidad Hebrea de Jerusalén, Menahem Merhavy. “El régimen iraní tiene un problema de legitimidad, pero no es tan duro. No es tan horrible como para que los iraníes cooperen con un agente externo para que tumbe el gobierno”, agregó Merhavy.
Netanyahu niega presiones a Washington
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, calificó de “absurdo” un informe del diario Washington Post que afirma que Israel presionó a Estados Unidos para que se uniera a su ataque contra Irán. “La historia del Washington Post que sugiere que Israel empujó al presidente Trump a tomar la audaz decisión de bombardear las instalaciones nucleares iraníes es una tontería”, publicó Netanyahu en su cuenta oficial de X, y agregó que Trump “actuó en el mejor interés de Estados Unidos basándose en la misma información que teníamos”.
Varios funcionarios israelíes actuales y anteriores fueron citados por el medio diciendo que Netanyahu ordenó los preparativos para los ataques con meses de anticipación, y que los funcionarios israelíes presionaron a sus pares estadounidenses. Si bien las agencias de inteligencia de la era Trump y la de Biden evaluaron consistentemente que Teherán no había decidido buscar armas nucleares, el Canal 12 de Israel también informó que Netanyahu instó personalmente a Trump a “participar en la historia”.
El jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, Eyal Zamir, aseguró que el daño al programa nuclear iraní durante los últimos 12 días de ofensiva es “sistémico”, y que el proyecto nuclear de la república islámica sufrió un retraso de varios años. Sus declaraciones llegan después de que la Comisión de la Energía Atómica de Israel, un órgano gubernamental, asegurara que la planta de enriquecimiento iraní de Fordo quedó “inutilizada” tras el ataque de EE.UU., y que la ofensiva de Israel frenó la capacidad de Irán para desarrollar armas nucleares “durante muchos años”.
“Por fin podemos dormir en paz”
El enfrentamiento más mortífero entre ambas potencias enemigas de Medio Oriente dejó al menos 627 muertos y 4.870 heridos en Irán, según un balance oficial que solo incluye víctimas civiles. Por su parte la organización de derechos humanos Hrana, un grupo crítico con el gobierno iraní y con sede en Estados Unidos, reportó 1.054 muertos (al menos 417 de ellos civiles) y casi 4.500 heridos.
La información sobre el número de muertos y heridos ha sido manejada con cautela tanto en Irán como en Israel, donde oficialmente murieron 28 personas, 4 de ellos en el último ataque iraní antes de la entrada en vigor de la tregua, en el que también resultaron heridas 13 personas. En Israel el Ejército levantó las restricciones para la población, pero advirtió que la ofensiva contra Irán “no ha terminado”.
En Tel Aviv, Yossi Bin, un ingeniero de 45 años, dijo que espera que continúe el alto el fuego. “Por fin podemos dormir en paz. Nos sentimos mejor, menos preocupados”, declaró Bin. Algunos iraníes expresaron sus dudas sobre que persista la tregua en una jornada en la que muchas tiendas permanecieron cerradas en la capital Teherán.
“Gracias a Dios la situación mejoró, se alcanzó un cese el fuego, la gente volvió a trabajar y retomó su vida”, señaló un vendedor de 39 años que se identificó como Said. Amir, de 28 años, que huyó de la capital iraní hacia la costa del mar Caspio, expresó a la agencia EFE su prudencia. “Realmente no sé respecto al alto el fuego, pero honestamente, no creo que las cosas vuelvan a la normalidad”, dijo el hombre.
Cortesía de Página 12
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