Trump cierra cerco contra América Latina


Las evidencias son claras. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está haciendo realidad su promesa de relanzar la Doctrina Monroe que enunció en su toma de posesión el 21 de enero de este año. Ya no son sólo amenazas verbales.

Los diez ataques que ha lanzado a embarcaciones en el Caribe cerca de Venezuela y en el Pacífico, cerca de Colombia, son preparativos de lo que parece ser intervenciones de mayor escala. Según el presidente y funcionarios del Gobierno estadounidense, se han destruido estas embarcaciones porque las acusan de ser tripuladas por narcotraficantes y estar transportando droga hacia Estados Unidos. Todo esto sin pruebas. 

Como preparativo de estos ataques, el presidente Donald Trump ordenó a la armada de Estados Unidos desplegar navíos en el Golfo de México y en el mar Caribe. Desde agosto ordenó del despliegue de diez barcos de guerra, entre ellos tres destructores, un buque de asalto anfibio, un crucero lanzamisiles y un submarino de propulsión nuclear, además de unas 10 mil tropas. 

Y apenas ayer el secretario de Defensa, Pete Hegseth, ordenó el despliegue del portaaviones USS Gerald R. Ford, con capacidad para 90 aeronaves y considerado el buque de guerra más grande del mundo, que viaje de las aguas del Mediterráneo al Caribe para, supuestamente reforzar la “guerra contras las drogas”. 

Inicialmente este despliegue se centró en aguas cercanas a Venezuela y con la acusación, sin pruebas, de que se atacaba a navíos de cárteles de ese país. Pero esta semana ahora se atacó a supuestos navíos del narcotráfico de Colombia.

Los ataques han ido acompañados de críticas a los presidentes de ambas naciones. El gobierno de Estados Unidos ha aumentado sus críticas al presidente venezolano Nicolás Maduro, acusándolo directamente de ser narcotraficante, ha ofrecido recompensas por su detención y abiertamente han anunciado su intención de impulsar un cambio de régimen en ese país que, curiosamente, tiene las mayores reservas de petróleo del mundo y otros recursos (como minerales) deseados por Estados Unidos y sus empresas.

BBC News recordó que, a principios de este año, el secretario de Estado, Marco Rubio declaró a Fox News que Maduro es un “dictador horrible” y, cuando se le preguntó si exigía su salida del gobierno venezolano, añadió: “Vamos a trabajar en eso”. Ya lo están haciendo. 

Junto con los ataques a embarcaciones en el Caribe, ilegales a la luz del derecho internacional, Donald Trump confirmó la semana pasada que ordenó que agentes de la CIA lleven a cabo operaciones terrestres, lo que significa posibles incursiones o el apoyo a las fuerzas de oposición en Venezuela que desde hace años buscan el derrocamiento del régimen chavista. Con independencia de las razones que tenga la oposición venezolana, lo que es inadmisible es que Estados Unidos se arrogue el derecho de intervenir directamente para quitar o poner gobiernos en cualquier país de América Latina o del mundo.

Pero lo que parecía ser un despliegue militar solo contra Venezuela, esta semana dio un giro al incluir en sus amenazas a Colombia. Esto porque el presidente colombiano Gustavo Pero ha dicho que los ataques de Estados Unidos son asesinatos de personas. “No son bajas de guerra, son asesinatos. De mutuo acuerdo con los países latinoamericanos y caribeños, hay que redirigir la lucha contra los narcotraficantes a su persecución personal, de sus bienes y capitales y a las grandes incautaciones masivas”, escribió el Petro en sus redes sociales.

El gobierno de Estados Unidos ha reaccionado a las críticas de Petro retirando las ayudas financiera que daba a ese país y retirando las visas tanto a Petro, a su familia y a otros funcionarios del gobierno colombiano, bajo el argumento de que bajo ese Gobierno ha crecido la producción de drogas. “Desde que el presidente Gustavo Petro llegó al poder, la producción de cocaína en Colombia se ha disparado a su nivel más alto en décadas, inundando Estados Unidos y envenenando a los estadunidenses”, declaró el secretario del Tesoro, Scott Bessent, sin presentar pruebas. Además Trump llamó “matón” a Petro el fin de semana. 

A las amenazas a Venezuela y Colombia se ha sumado México. Aunque en el caso de nuestro país las críticas no son directamente contra la Presidenta Claudia Sheinbaum, no dejan de ser amenazas de intervención directa en nuestro país.

Apenas el jueves Donald Trump dijo: “México está manejado por los cárteles, respeto a la mujer que tienen (la Presidenta Sheinbaum), una mujer extraordinaria, muy valiente; pero a México lo manejan los cárteles y nos tenemos que defender de eso”, dijo Trump en la Casa Blanca, acompañado su equipo de seguridad nacional. “Nos tenemos que defender de eso”, suena a posibles intervenciones directas. En todos los casos, estas no son amenazas que deban tomarse a la ligera y deben verse como posibles intervenciones para reordenar América Latina, a la que con desprecio consideran su patio trasero.  

Cortesía de El Informador



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