El presidente Donald Trump dijo este sábado que Venezuela aceptó recibir a los inmigrantes ilegales deportados por Estados Unidos, incluidos miembros de la banda criminal Tren de Aragua.
“Venezuela aceptó recibir de regreso en su país a todos los inmigrantes ilegales venezolanos que estaban acampados en Estados Unidos, incluidos los pandilleros del Tren de Aragua”, dijo Trump en su plataforma Truth Social, al tiempo que celebraba el regreso el viernes de seis estadounidenses detenidos en Venezuela.
“Venezuela acordó además proporcionar el transporte de regreso”, añadió Trump.
Los detenidos fueron liberados el viernes y regresaron a Estados Unidos tras una reunión entre el enviado especial de Trump, Richard Grenell, y el presidente venezolano, Nicolás Maduro, quien pidió un “nuevo comienzo” en las relaciones con Washington.
Los seis hombres, que no fueron identificados, fueron fotografiados sonriendo en un avión junto a Grenell.
Grenell había viajado a Caracas para exigir que el gobierno de Maduro acepte el regreso incondicional de los venezolanos deportados de Estados Unidos o se enfrente a las consecuencias.
“Estamos en proceso de expulsar a un número récord de extranjeros ilegales de todos los países, y todas esas naciones aceptaron el regreso de estos extranjeros ilegales”, dijo el magnate republicano.
Siga leyendo: El enviado especial de Trump se reunió con Maduro, ¿de qué hablaron?
Trump se comprometió a llevar a cabo la mayor campaña de deportación en la historia de Estados Unidos, prometiendo expulsar a millones de inmigrantes indocumentados, gran parte de ellos de naciones latinoamericanas.
Venezuela rompió relaciones diplomáticas con Washington en enero de 2019 después de que Estados Unidos, bajo el primer mandato de Trump (2017-2021), reconoció al líder opositor Juan Guaidó como presidente interino, en lugar de Maduro, y endureció sus sanciones económicas contra el gobierno socialista del país sudamericano.
En su retorno a la Casa Blanca, Trump hizo de la lucha contra la inmigración ilegal una prioridad máxima y se comprometió a llevar adelante una amplia campaña de deportaciones con acciones que ya comenzaron a desplegarse.
A su regreso al poder, declaró el estado de emergencia en la frontera entre Estados Unidos y México y envió al ejército para protegerla.
Trump intenta esta vez desafiar el derecho a la ciudadanía por nacimiento en territorio estadounidense, consagrado en la Constitución del país. También anunció la creación de un centro de detención de inmigrantes con 30.000 camas en la base militar de la Bahía de Guantánamo, en Cuba, que ya alberga una prisión que ha sido ampliamente criticada por oenegés de derechos humanos.
Cortesía de El Colombiano
Dejanos un comentario: