El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, encabezó este jueves una ceremonia en el Pentágono para conmemorar a las víctimas de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington. La conmemoración de este año se desarrolló en un clima político tenso, tras el asesinato del influencer conservador Charlie Kirk, figura cercana al mandatario.
El presidente y la primera dama, Melania Trump, participaron del acto en el Pentágono para rendir homenaje a los 184 militares y civiles que murieron allí.”Esa mañana terrible, hace 24 años, el tiempo se detuvo”, expresó Trump. “Hoy, como una sola nación, renovamos nuestro voto sagrado de que nunca olvidaremos el 11 de septiembre de 2001”.
Casi 3.000 personas murieron el 11 de septiembre de 2001, cuando un grupo de terroristas de Al Qaeda secuestró cuatro aviones comerciales. Dos impactaron contra las Torres Gemelas, uno contra el Pentágono y el cuarto cayó en Pensilvania, tras el intento de los pasajeros de retomar el control.
Advirtió que, si Estados Unidos vuelve a ser atacado, “los cazaremos” sin reservas. “Los aplastaremos sin piedad y triunfaremos sin dudar. Por eso decidimos volver a llamar al antiguo Departamento de Defensa como Departamento de Guerra. Será diferente. Ganamos la Primera Guerra Mundial, ganamos la Segunda. Ganamos todo antes y en el medio. Luego decidimos cambiar el juego”, añadió.
Al inicio de su intervención, Trump recordó a su aliado Charlie Kirk, asesinado el miércoles en lo que llamó un “atroz atentado” durante una exposición en un campus universitario en Utah. “Lo extrañamos profundamente”, dijo, y anunció que le otorgará de manera póstuma la Medalla Presidencial de la Libertad.
Entre el luto y el relanzamiento militar
La ceremonia, que contó también con la presencia del nuevo secretario de Guerra, Pete Hegseth, comenzó con la colocación de ofrendas y la lectura de los nombres de los 125 fallecidos en el cuartel general del Pentágono. En ese mismo ataque murieron también 59 personas que iban a bordo del avión estrellado contra el edificio.
Durante su discurso, Trump evocó la respuesta militar posterior a los atentados y subrayó el renombramiento del Departamento de Defensa como Departamento de Guerra. “Todos están felices de tenerlo de vuelta”, dijo.
El mandatario también compartió historias personales de algunas víctimas y envió un mensaje a los familiares, que “todavía sienten el vacío dejado por sus seres queridos cada día de sus vidas” desde entonces. “En ese día fatídico, monstruos salvajes atacaron los símbolos mismos de nuestra civilización. Pero aquí en Virginia, en Nueva York y en los cielos de Pensilvania, los estadounidenses no dudaron. Se mantuvieron firmes y demostraron que jamás cederemos, jamás nos doblegaremos, jamás nos rendiremos”, enfatizó Trump, con tono solemne.
El republicano destacó la captura y ejecución de Osama Bin Laden como una prueba de la supremacía militar estadounidense. “Esto envió un mensaje claro a todos nuestros enemigos: si atacan a Estados Unidos, los perseguiremos y los encontraremos”, subrayó.
Aunque Trump participó de este acto oficial en el predio militar, también viajó más tarde a Nueva York para asistir a un partido de béisbol de los Yankees. En contraste, en 2021, cuando se cumplieron 20 años de los atentados, se negó a asistir al acto institucional al que fueron invitados todos los expresidentes, siendo el único ausente.
“Es desgarrador, incluso 24 años después”
Al igual que en Washington, Nueva York recordó a los fallecidos en el ataque, entre ellos empleados de diversas empresas que tenían oficinas en los edificios, bomberos, policías y personal médico. A 24 años del suceso, la Oficina de Medicina Forense en la Ciudad de Nueva York sostiene que aún quedan más de 1.000 víctimas sin identificar.
El Memorial del 11-S, convertido en una de las zonas más turísticas de la ciudad, permaneció cerrado al público general. En la Zona Cero, los nombres de las víctimas fueron pronunciados por familiares y seres queridos, como Denise Matuza, Jennifer Nilsen y Michelle Pizzo. Las tres viajaron desde Staten Island, vistiendo camisetas con los nombres y rostros de sus esposos, muertos en el ataque. “Incluso 24 años después, es desgarrador. Se siente igual cada año”, dijo Nilsen, cuyo marido, Troy Nilsen, trabajaba en Cantor Fitzgerald, en el piso 103 de una de las torres.
La representación institucional durante el acto incluyó al director del FBI, Kash Patel; la gobernadora estatal, Kathy Hochul, y el alcalde Eric Adams, junto a los exalcaldes Michael Bloomberg y Rudy Giuliani. Estaba programada también la presencia del vicepresidente, JD Vance, junto a su esposa Usha, pero ambos cambiaron su agenda y se trasladaron a Utah tras el asesinato de Kirk.
También estuvieron presentes los dos principales candidatos para las elecciones municipales del 5 de noviembre: el demócrata Zohran Mamdani (Partido Demócrata) y el conservador Andrew Cuomo, ex alcalde que renunció en medio de alegaciones de abuso sexual.
La ciudad más poblada del país atraviesa una campaña electoral polarizada. El demócrata socialista Mamdani, musulmán y ciudadano naturalizado, compite contra Cuomo y el actual alcalde Eric Adams. Trump ha atacado repetidamente a Mamdani, calificándolo de “lunático comunista”, mientras que un legislador republicano llegó a pedir su deportación.
“Fue este horrible día el que marcó para muchos neoyorquinos el momento en que comenzaron a ser vistos como ‘el otro’”, declaró Mamdani al New York Times, en referencia al aumento de ataques islamófobos tras los atentados.
Cortesía de Página 12
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