Donald Trump reveló finalmente quién pagará la construcción de su salón de baile de 250 millones de dólares en el ala este de la Casa Blanca, un proyecto que había prometido financiar sin tocar los fondos públicos. Según informó la Casa Blanca, el nuevo espacio será costeado íntegramente por donantes privados y grandes empresas estadounidenses, sin participación del contribuyente.
Entre los aportantes destacan gigantes tecnológicos y corporativos como Apple, Amazon, Google, Meta, Lockheed Martin, Microsoft y Palantir. La lista completa también incluye a empresas como Caterpillar, Coinbase, HP, T-Mobile, NextEra Energy y Comcast, así como a fundaciones y familias adineradas con historial de filantropía política, entre ellas los Fanjul, los Winklevoss, la Fundación Laura & Isaac Perlmutter y Stephen A. Schwarzman.
Trump detalló que estos “patriotas generosos” contribuirán a un proyecto que, según él, permitirá albergar eventos de gran escala, como visitas de Estado y recepciones oficiales. En su red social Truth, el presidente destacó que el salón será “completamente independiente” y no tendrá costo alguno para el erario público.
La Casa Blanca confirmó que la lista de donantes ya ha sido “parcialmente honrada”, tras una cena organizada por Trump el 15 de octubre, en la que asistieron directivos de Google, Meta, Apple y otras compañías interesadas en el proyecto. El mandatario aprovechó el encuentro para agradecer las contribuciones y atraer nuevos aportes.
El proyecto forma parte de la ambición de Trump de dejar su marca en la residencia presidencial, y aunque había prometido en julio no tocar la estructura del edificio, las obras comenzaron recientemente con la demolición parcial de la fachada del ala este.
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Cortesía de Página 12
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