El Gobierno de Claudia Sheinbaum sigue de cerca la tensión detonada este domingo entre Donald Trump y Gustavo Petro. No solo porque el presidente colombiano es de los principales aliados regionales de Sheinbaum, tal como reveló LPO esta semana, sino también por la situación compartida en cuanto al drama migratorio y las deportaciones que impulsa la Casa Blanca.
Este fin de semana el Gobierno mexicano comenzó a recibir deportados. Si bien no hubo mayores conflictos en la superficie, unas horas antes el matutino New York Post, muy cercano a Trump, reveló que México había insinuado que no aceptaría un vuelo con deportados. Pero a las pocas horas la vocera de la Casa Blanca informó que se habían aceptado cuatro vuelos.
La situación, según pudo conocer esta redacción, fue similar a la de Colombia, la Cancillería mexicana manifestó algún reparo y de inmediato se aplicó desde Washington la amenaza de los aranceles. Corolario: México cedió. Pero Petro, que además tiene a su Gobierno acorralado por una crisis guerrillera, jugó a fondo y rechazó los vuelos. Trump anunció en cuestión de horas no solo aranceles del 25%, sino que dijo que la semana que viene serán del 50%, que se cierra la sección de visados de los consulados de EU en Colombia y que se quitarán las visas a varios funcionarios del gabinete de Petro, que para colmo tiene a su cancillería en una acefalia muy peculiar.
Un golpe para Colombia pero un mensaje muy dirigido a la 4T y que lanza una interpelación ineludible: ¿Hasta dónde puede resistir Sheinbaum que México no sea tercer país seguro? De hecho, en el ámbito diplomático se menciona que Trump ya empezó a deportar hacia México migrantes de terceros países.
El presidente de EU está demostrando que la estrategia de la confrontación discursiva es peligrosa porque a los mensajes de Petro en redes sociales rechazando las deportaciones y cuestionando al magnate, sobrevinieron una serie de medidas que pueden descarrilar por completo a la economía colombiana.
El caso del país sudamericano pone a prueba, además, la tesis de Marcelo Ebrard de que Trump será mesurado en cuanto a los aranceles a México porque el empresariado de su país rechaza fuertemente esas medidas.
Cortesía de La Política Online
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