Tu dinero y la inteligencia emocional (Parte 2 de 2)

En la primera parte mencioné que nuestro nivel de inteligencia, entendiéndose como IQ (coeficiente intelectual), tiene muy poco que ver con la cantidad de nuestro patrimonio que logramos crear en nuestra vida.

Esas personas también cometen muchos errores financieros, al igual que nosotros. Sin embargo, quienes tienen una inteligencia emocional desarrollada, suelen tener mayor éxito en su calidad de vida y en patrimonio que logran amasar.

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También mencioné que esto se debe a una serie de factores que no toca repetir aquí. Hoy quiero dedicar el espacio a explicar qué actitudes suelen tomar las personas con IQ elevado, que aunque logren mayores ingresos, no logran transformarlo en un patrimonio mayor.

Estas son algunas de sus características más generales:

1. Muchas veces son demasiado presuntuosos. Su inteligencia les hace pensar que están en un nivel por encima de todos los demás, lo cual a su vez les hace sentirse superiores. Creen que lo saben todo y por eso no escuchan otras formas de pensar. Esto lo pueden canalizar de diferente manera. A algunos los lleva a consumir bienes enfocados a lucir un determinado estilo de vida: ellos acumulan bienes, no activos, no inversiones. No buscan ser más, sino tener más: que las cosas que tienen estén a la altura de lo que ellos piensan que son.

2. Creen que se les ocurrirá esa gran idea de negocios. Como son muy inteligentes, les va a llegar esa idea que cambiará de manera significativa el mercado y los hará ricos. Pero no la buscan, no trabajan para conseguirla, no buscan, innovan, no prueban. Piensan que simplemente les vendrá. Se pasan la vida esperando y haciendo poco de ella.

3. Su inteligencia no les permite explotar todo su potencial. Cuando uno tiene un intelecto demasiado desarrollado, en ocasiones piensa que esa capacidad es suficiente para lograr las cosas. Pero la verdad es que en el mundo muchas habilidades, no sólo la intelectual, son las que se combinan para alcanzar el verdadero éxito. Yo puedo ser muy inteligente, pero si no hablo con nadie, no construyo relaciones, difícilmente podré generar algo de valor.

4. Son demasiado conservadores. No toman riesgos, dado que se pasan la vida analizando todas las posibilidades. Como en materia de inversiones hay demasiados imponderables, entonces tratan de protegerse demasiado. Huyen a los riesgos, en lugar de conocerlos y manejarlos a su favor. En materia de seguros, hay quienes se protegen demasiado, o hay quienes no compran ningún seguro, ya que piensan que “a ellos” no les pasará nada o que podrán salir adelante con su capacidad intelectual.

5. No trabajan en equipo. Son los típicos que en la escuela que, cuando había un trabajo en equipo, se abalanzaban a hacerlo todo ellos sin dar espacio a los demás. Trabajaban solos, como burros, para presentar un trabajo “en equipo”. De alguna forma menospreciaban a los demás miembros del equipo, por no ser tan inteligentes como ellos. En otras palabras, pensaban sólo ellos tenían la capacidad de hacer las cosas de una forma superior. Desde luego todos los demás se beneficiaban de su trabajo, sin haber hecho nada. Esto, en la vida real pasa, y mucho.

6. No tienen un fin en mente ni trabajan para alcanzarlo. Las personas con una capacidad intelectual sobresaliente, piensan que las cosas saldrán “solas”, como producto de su capacidad. Pierden entonces de vista el fin, el objetivo primordial, ya que tratan de abarcar demasiadas cosas a la vez y en lugar de simplificar su punto de vista sobre la vida, lo complican, le añaden demasiadas aristas que son imposibles de manejar exitosamente al mismo tiempo para cualquier persona.

7. No son humildes. Aunque reconocen sus errores, piensan que automáticamente lo harán mejor la próxima vez. Suelen culpar a una “variable” que no está bajo su control. Esto hace que no aprendan realmente de sus errores, ya que no dejan que éstos “templen” su carácter.

Quiero subrayar que estas características son simplemente una generalidad. No todas las personas con inteligencia superior las tienen. Algunos pocos tienen ambas: inteligencia intelectual y emocional. Ellos por lo general logran resultados extraordinarios, que para los demás suelen ser muy difíciles de alcanzar.

Eso no significa que no podamos construir cosas importantes en nuestra vida, pero para ello habremos de cultivar nuestra inteligencia emocional.

Cortesía de El Economista



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