Uber acaba de dar un paso inesperado que puede redibujar el mapa del transporte autónomo. La empresa estadounidense anunció una alianza con tres startups chinas: Pony.ai, Momenta y WeRide. El acuerdo busca integrar sus sistemas de conducción autónoma a la plataforma Uber en mercados clave fuera de China y Estados Unidos. El objetivo es claro: convertirse en el jugador dominante del negocio de robotaxis a nivel global, empezando por Europa y Oriente Medio.
El primer capítulo de esta estrategia se escribirá en Europa. A partir de 2026, Uber comenzará a desplegar robotaxis impulsados por la tecnología de Momenta. Estos vehículos operarán con un operador de seguridad a bordo, mientras se prueba la viabilidad del sistema en entornos reales. Uber anunció esta colaboración con la intensión de dejar claro que busca adelantarse a rivales como Tesla, Waymo y Cruise, quienes concentran sus pruebas en Norteamérica.
Momenta no es un actor menor. Fundada en 2016, ha recibido inversiones de General Motors, Toyota y SAIC Motor. Su software ya se utiliza en los vehículos eléctricos premium de la marca IM, y está diseñado para alcanzar autonomía de nivel 4 bajo ciertas condiciones. Se enfoca en la escalabilidad del sistema: sensores, cámaras y radares trabajan con una plataforma que aprende de cada trayecto. Uber apuesta por esa eficiencia para construir su flota internacional sin tener que depender de desarrollos propios.
Pony.ai también jugará un papel crucial. Su tecnología llegará primero a Oriente Medio, donde el primer vehículo autónomo con este sistema se estrenará antes de que termine el año. El usuario podrá elegir entre un conductor humano o un robotaxi. En su etapa inicial, los autos contarán con un operador de seguridad en la cabina. Pony.ai fue fundada por dos exdesarrolladores de Baidu, James Peng y Tiancheng Lou, y tiene su sede en Cantón, China. Además, recibe respaldo de Toyota y Nio. Ha logrado licencias para operar servicios de transporte sin conductor en ciudades como Pekín.
Uber firma acuerdo con WeRide.
La tercera empresa involucrada es WeRide. Esta compañía china firmó un acuerdo previo con Uber en septiembre de 2024 y ya opera una flota de robotaxis en Abu Dabi. Su plan conjunto contempla alcanzar las 50 unidades a mediados de 2025 y cubrir al menos 15 ciudades en cinco años. WeRide tiene apoyo de gigantes como Bosch, Nvidia y Blackrock. Sus vehículos usan sensores LiDAR, cámaras de alta resolución y radares que le permiten navegar de forma autónoma incluso en entornos urbanos densos. El interior de sus vehículos está diseñado para operar sin controles manuales, aunque durante las fases de prueba se mantiene la configuración tradicional.
El futuro del automóvil sin conductor
Esta alianza marca un punto de inflexión. Uber, que hace años abandonó su propio desarrollo de conducción autónoma tras múltiples incidentes, ha optado por externalizar la innovación. Y lo ha hecho al apostar por China, el país que más rápido ha escalado la tecnología del automóvil sin conductor. Curiosamente, ni China ni Estados Unidos forman parte de los territorios donde se implementará esta iniciativa, al menos en esta etapa.

Vehículos autónomos de WeRide.
La carrera por los robotaxis ya no es sólo entre Silicon Valley y Detroit. Ahora, el sur de China también tiene un lugar en el asiento del conductor.
Cortesía de Xataka
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