Un adeudo de 800 millones de pesos habría detonado la insolvencia de CAME

Una cadena de malas prácticas éticas, financieras y contables arrastró a la Sofipo CAME hasta el abismo de la insolvencia. La situación, ya crítica, se agravó cuando la institución tuvo que enfrentar un pago por 800 millones de pesos, presuntamente al FIRA, un conjunto de fideicomisos públicos del Gobierno de México operado por el Banco de México.

Según un excolaborador que pidió el anonimato, fue en ese momento cuando las irregularidades financieras alcanzaron un nuevo nivel.

“A partir de ahí, la financiera hizo cosas indebidas, como colocar créditos en donde a los clientes les hacían firmar pagarés, pero no les daba el recurso. Era la forma de maquillar sus estados financieros, que parecían mostrar colocación, pero en realidad no la había, porque los clientes firmaban, pero no recibían el dinero”, reveló.

Parte de este adeudo, por 800 millones de pesos, podría formar parte de otros compromisos que CAME mantenía tanto con la banca comercial como con la banca de desarrollo, fondos que Pablo Varela, director ejecutivo de la Sofipo reconoció ampliamente en su momento.

“A lo largo de estos 30 años, la banca de desarrollo ha sido un socio estratégico para lo que hemos construido. Tenemos fondeo de Nacional Financiera, FIRA y la Sociedad Hipotecaria Federal; trabajamos muy de la mano con ellos”, afirmó Varela durante una conferencia de prensa en agosto del 2024.

Al cierre de ese mismo año, CAME se consolidaba como la Sofipo con el mayor nivel de endeudamiento del sector. De acuerdo con cifras de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), acumulaba una deuda por financiamiento bancario de 2,679 millones de pesos, equivalente a 43% del total de pasivos bancarios entre todas las entidades del sector.

Malas prácticas

El mismo exempleado relató que la entrega de créditos ficticios tenía como objetivo simular operaciones ante los reguladores y ocultar el verdadero Nivel de Capitalización (Nicap) de la entidad. Hasta su último reporte, CAME se mantenía en el Nivel uno, considerado el más sólido y por encima del umbral óptimo.

Sin embargo, según el comunicado emitido por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) el pasado viernes, la realidad era otra: el indicador se encontraba en Nivel cuatro, el más bajo dentro del esquema regulatorio, lo que evidencia una situación de insostenibilidad financiera.

“Los créditos cumplían la función de engañar a la Comisión. Todavía en diciembre del 2024 mostraban un Nivel de Capitalización positivo, lo que indicaba –en el papel–, que el dinero alcanzaba para cubrir todos sus pasivos: inversionistas, accionistas, proveedores, sueldos, etcétera”, explicó.

La farsa de la estabilidad financiera en CAME, comenzó a derrumbarse al inició del 2025, cuando la entidad dejó de reportar información y posteriormente pauso operaciones en los 50 centros de atención que se mantendrán abiertos en 17 estados de la República.

“Todo estaba maquillado. En enero ya no se presentó información financiera a las autoridades, y a partir de ahí se vino abajo la Sofipo. La CNBV, aunque la supervisaba, no hizo nada”.

El extrabajador asegura que las malas prácticas venían desde hacía al menos tres años, cuando ocurrió la fusión de CAME y la Sofipo Te Creemos, bajo la empresa matriz o holding Te Creemos, operación que comenzó en el 2018 y concluyó en el 2022.

“Esta holding, lo que hizo fue maquillar la información financiera que presentaba a la CNBV”, denunció.

Cortesía de El Economista



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