Un bebé con una enfermedad rara e incurable logra salvarse tras recibir una terapia de edición genética creada para él: “Es un milagro científico”

El pequeño K.J. nació con una enfermedad genética rara, incurable y potencialmente mortal. Se trata de una patología metabólica extremadamente poco común conocida como deficiencia grave de carbamoil fosfato sintetasa 1 (CPS1), un fenómeno que afecta al hígado, impide que el organismo elimine el amoníaco y que, a la larga, puede provocar daños cerebrales severos, coma e incluso la muerte. Su pronóstico no era bueno y es muy posible que con el tiempo hubiera necesitado un trasplante. El pequeño pasó los primeros meses de su vida ingresado Hospital Infantil de Filadelfia y con una dieta muy restrictiva hasta que el pasado mes de febrero, cuando tan solo tenía siete meses, algo cambió. El bebé recibió la primera dosis de una terapia genética personalizada creada solo para él y que, según explican los médicos, le ha salvado la vida. “Es el primer paciente del mundo tratado con éxito con una terapia de edición genética CRISPR personalizada”, afirma el equipo de especialistas que lo ha atendido.

El tratamiento que recibió K.J. no solo representa un avance médico sin precedentes, sino que podría marcar el inicio de una nueva era en la medicina de precisión. Y es que, según se relata en un artículo publicado este jueves en la revista científica ‘New England Journal of Medicine’, en tan solo seis meses un equipo de investigadores del Hospital Infantil de Filadelfia (CHOP) y la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania consiguió identificar la mutación exacta que causaba la enfermedad de este infante, diseñar una herramienta de edición genética capaz de corregirla y administrarla de forma segura. “Esta es la primera vez que se diseña una terapia génica de edición de bases específica para un único paciente, y que se aplica con éxito en humanos”, explica la doctora Rebecca Ahrens-Nicklas, una de las científicas detrás de este hito médico.

K.J. llegó al mundo con una enfermedad metabólica rara y potencialmente mortal, sin tratamiento curativo conocido

Edición genética avanzada

El tratamiento del pequeño K.J. consistió en una terapia de edición genética avanzada diseñada específicamente para corregir una de las dos mutaciones que causaban su enfermedad. Tras identificar la mutación concreta a tratar, los científicos utilizaron una técnica avanzada para “revertir químicamente el error genético” detrás de esta patología sin necesidad de cortar el ADN. La estrategia fue primero validada en células hepáticas humanas cultivadas en laboratorio y después en un modelo de ratón humanizado con la misma mutación. Una vez comprobada su eficacia y seguridad preclínica, los investigadores obtuvieron autorización para administrar la terapia mediante dos vacunas inyectadas directamente en el hígado del bebé. Los especialistas afirman que todo este proceso, que en condiciones normales tardaría años, se completó en un tiempo récord de seis meses y, sobre todo, bajo estricto control ético y regulatorio.

Los científicos utilizaron una técnica avanzada para “revertir químicamente el error genético” detrás de esta patología y crearon un tratamiento personallizado en dos dosis

Los primeros resultados no tardaron en llegar. A las pocas semanas, los médicos observaron que el metabolismo de K.J. empezaba a estabilizarse. Por primera vez, podía tolerar pequeñas cantidades de proteína en su dieta sin riesgo de intoxicación por amoníaco. Y lo más revelador ocurrió unas semanas después, cuando el bebé sufrió un resfriado y una infección gastrointestinal y, contra todo pronóstico, lo superó sin complicaciones. “En niños con deficiencia de CPS1, una infección viral puede desatar una crisis metabólica potencialmente letal. Pero K.J. la superó sin complicaciones graves. Esa fue nuestra primera señal clara de que el tratamiento estaba funcionando”, cuenta el genetista Kiran Musunuru, codirector del proyecto, en la presentación de estos resultados tan alentadores.

Medicina personalizada

“Estamos ante un ‘milagro’ científico que ha permitido curar una enfermedad severa muy minoritaria y que, además, aporta conocimiento para tratar muchas otras enfermedades”, afirma Gemma Marfany, catedrática de Genética de la Universitat de Barcelona (UB) en declaraciones al Science Media Centre España tras la publicación de estos resultados. En esa misma línea, Marc Güell, de la Universitat Pompeu Fabra, habla de “un estudio de altísima calidad y totalmente extraordinario” y que “hasta me ha causado profunda emoción al leerlo”. “Este trabajo demuestra que las terapias a la carta individualizadas para un solo paciente ya no son un sueño sino una realidad”, recalca el experto en biotecnología quien, aún así, recuerda que “estamos ante un proceso de una muy alta complejidad y requerirá mucho trabajo para poder ver cómo escalarlo y expandirlo a otros casos”.

“Estamos ante un ‘milagro’ científico que ha permitido curar una enfermedad severa muy minoritaria y que, además, aporta conocimiento para tratar muchas otras enfermedades”

Gemma Marfany

El punto fuerte de este trabajo, coinciden los expertos, es que este tratamiento avanzado se desarrolló en tiempo récord gracias a una infraestructura científica creada en Estados Unidos para acelerar la investigación en terapias para enfermedades hasta ahora sin cura. “Este proyecto demuestra que es posible diseñar terapias génicas personalizadas en un plazo razonable, con recursos accesibles y con resultados clínicos tangibles”, afirma Musunuru. Sobre esta cuestión también se pronuncia el científico Lluís Montoliu, del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC), quien argumenta que “el desarrollo de una terapia ad hoc para una sola persona” se trata de “una iniciativa económica y éticamente discutible (por los recursos masivos, siempre limitados, que se deben invertir para tratar a una sola persona) y difícilmente escalable o universalizable, dado que cada paciente será portador de mutaciones diferentes”.

Los médicos afirman que aún es pronto para considerar que la enfermedad de K.J. ha sido curada pero todo apunta a que este niño tendrá una vida normal

En el caso del pequeño K.J., los especialistas afirman que el infante, que en unos meses cumplirá un año de vida, se encuentra bien y avanza de forma saludable. Aunque aún es pronto para decir que este tratamiento ha curado de forma definitiva su enfermedad, los médicos confían en que la edición de su genoma permita que su hígado funcione de forma lo suficientemente estable como para llevar una vida más normalizada. Lo más seguro es que el niño continuará siendo monitoreado de por vida pero, al menos por ahora, su evolución invita al optimismo. “No esperamos que la mutación desaparezca del todo, pero sí que su efecto se minimice lo suficiente como para que el niño pueda crecer, desarrollarse y vivir sin miedo“, explica Ahrens-Nicklas.

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Cortesía de El Periodico



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