El cantante croata Marko Perkovic “Thompson”, considerado fascista por instituciones como el Centro Simon Wiesenthal, reunirá este sábado 5 de julio en el Hipódromo de Zagreb a 500.000 personas -una de las cifras más altas para un concierto de pago- en un evento que ha abierto un debate sobre la legitimación del régimen pronazi croata durante la II Guerra Mundial.
‘Thompson’, apodado así por el tipo de metralleta que usó en la guerra entre serbios y croatas en 1991-1995, tiene un largo historial de acusaciones de posturas y mensajes fascistas y ultranacionalistas.
Una de sus canciones comienza con el saludo “Za dom spremni” (¡Por la Patria, listos!) equivalente al “Heil Hitler” dentro del régimen ustasha aliado de los nazis que cometió un genocidio contra serbios, judíos, gitanos y antifascistas.
En 2018, el Centro Simon Wiesenthal, una institución judía de investigación del Holocausto, criticó que se tocará un tema de un “cantante fascista” durante la celebración por el segundo puesto en el Mundial de Fútbol.
Esa institución afirmó entonces que Thomson es “trístemente célebre por cantar canciones que llamaban al asesinato de serbios y se refieren con nostalgia al famoso campo de concentración croata de Jasenovac”.
En 2009, Suiza le prohibió celebrar un concierto al considerar que podría provocar actos violentos entre los croatas y los serbios residentes del país.
En sus recitales, es frecuente ver entre el público a partidarios de la extrema derecha luciendo insignias fascistas y gritando consignas pro ustasha o contra los serbios.
Alemania, Países Bajos, Bosnia-Herzegovina o Eslovenia son otros países donde se le ha prohibido actuar.
Normalización del odio
Por ello, ha generado preocupación y debate que alguien así logré vender 500.000 entradas, una cifra superada muchas veces en conciertos gratuitos como el de Lady Gaga del mes de mayo en la playa de Copacabana, que reunió a 2,5 millones de personas, pero que en actuaciones pagas sólo lo había conseguido hasta ahora el francés Jean-Michel Jarre, según el Libro Guinness de los Récords.
Círculos de la izquierda e historiadores lo consideran una peligrosa normalización de discursos de odio ultranacionalistas, antiserbio y antisemita.
Las canciones y conciertos de Thompson “popularizan las páginas más oscuras del pasado” y normalizan las insignias ustasha entre los jóvenes”, ha advertido Zoran Pusic, presidente de la Liga antifascista croata.
El alcalde de Zagreb, el izquierdista Tomislav Tomasevic, se ha defendido de las críticas por permitir el concierto argumentando que “no es partidario de prohibiciones, por ser contraproductivas” y que espera que la Policía reaccione si hay delitos.
Hrvoje Klasic, un profesor universitario de Historia especializado en la II Guerra Mundial y crítico con el revisionismo histórico proustasha, opina al respecto que los jóvenes están confundidos.
“La sociedad ha fallado. Porque, aunque en los últimos 35 años no hemos sido una sociedad profascista, tampoco hemos sido una sociedad antifascista”, explicó.
Opinó que para la mayoría de sus admiradores Thompson es “la personificación de un croata conservador que cree en Dios, en la familia y la tradición”, y cuyo atractivo aumenta al ser un “fruto prohibido”.
De hecho, el historiador reconoce que la gran mayoría de quienes asisten a sus conciertos no lo asocian con los ustasha.
“En las canciones de Thompson de los últimos veinte años no hay conexión directa alguna con el régimen ustasha. Al contrario, él muchas veces se distanció de tal interpretación e insistió en que solo se trata de temas de la guerra (serbo-croata) de 1991-1995”, explica.
Klasic sí destaca el uso de la expresión “Za dom spremni” (¡Por la Patria, listos!) en uno de sus temas.

Aunque algunas personas, incluso la expresidenta conservadora croata Kolinda Grabar-Kitarovic, quieren ver en ese lema un saludo patriótico con siglos de antigüedad, los historiadores y el Centro Simon Wiesenthal rechazan esa interpretación.
De hecho, una comisión estatal concluyó en 2018 que el uso del saludo debe seguir siendo inconstitucional y punible, salvo en el escudo de armas de la asociación de veteranos de la guerra de 1991-1995, una excepción que fue criticada como una concesión filonazi que crea una peligrosa confusión.
Mensajes ocultos
Klasic acentúa que, por otro lado, Croacia “no tiene casi ninguna extrema derecha, nada tan fuerte como, por ejemplo, Alemania, Austria, Países Bajos, España, Italia, Hungría”.
La política izquierdista y socióloga Katarina Peovic ha publicado una lista de elementos filonazi encubiertos en las canciones de Thomspon, como, por ejemplo, paralelismos con antiguas canciones ustasha.
Esos mensajes ocultos, asegura, muestran la verdadera ideología de Thompson.
Fuente: EFE/Vesna Bernardic
Cortesía de Clarín
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