¿Un código olvidado? Descifran en piedras de hace 50.000 años una de las pruebas más antiguas del pensamiento simbólico humano

Las marcas en piedra han sido utilizadas por el ser humano desde tiempos inmemoriales. Desde las inscripciones en templos mesopotámicos hasta los petroglifos de civilizaciones antiguas, la capacidad de grabar símbolos ha sido un reflejo del pensamiento abstracto. Pero, ¿qué pasa si esta capacidad es mucho más antigua de lo que creíamos? Un reciente estudio publicado en Archaeological and Anthropological Sciences podría cambiar la percepción sobre cuándo surgió el pensamiento simbólico en la historia de la humanidad.

Investigadores han analizado artefactos del Paleolítico Medio encontrados en diversas cuevas del Levante, en lo que hoy es Israel y la región circundante. Utilizando avanzadas técnicas de análisis en 3D, el equipo descubrió que ciertas marcas en piedra no eran producto del uso cotidiano ni del desgaste natural, sino incisiones intencionadas con patrones geométricos definidos.

Estos hallazgos se remontan a entre 50.000 y 100.000 años atrás, en un periodo en el que el Homo sapiens y otras especies humanas como los neandertales habitaban la región. Lo sorprendente es que estas incisiones en piedra podrían representar una forma primitiva de comunicación o expresión artística, lo que sugiere que la capacidad simbólica humana se desarrolló mucho antes de lo que se había estimado.

Un enigma de la prehistoria: las piedras que revelan más de lo que aparentan

El equipo de arqueólogos examinó varios artefactos de cuatro sitios clave en el Levante: la cueva de Manot, la cueva de Qafzeh, la cueva de Amud y el yacimiento al aire libre de Quneitra. En cada uno de estos lugares, se encontraron herramientas de piedra con incisiones que fueron sometidas a un minucioso análisis.

Este núcleo Levallois con grabados en la corteza fue descubierto en la cueva de Manot, en la región del Levante, junto a otros artefactos del Paleolítico Medio
Este núcleo Levallois con grabados en la corteza fue descubierto en la cueva de Manot, en la región del Levante, junto a otros artefactos del Paleolítico Medio. Fuente: Goder-Goldberger et al., Archaeological and Anthropological Sciences (2025)

Las piezas más intrigantes provinieron de Manot, Qafzeh y Quneitra. En estos sitios, los investigadores identificaron patrones geométricos complejos que no parecen haber sido el resultado del uso funcional de las herramientas. Las líneas se organizaban en patrones de abanico y se repetían de forma consistente, lo que indica que fueron creadas con una intención clara.

Por el contrario, en la cueva de Amud, las marcas en las herramientas de piedra eran más superficiales y carecían de una estructura clara. Estas incisiones parecen haber sido el resultado del uso como afiladores o herramientas de desgaste, más que de una intención simbólica.

Lo que hace especial a los artefactos de Manot, Qafzeh y Quneitra es la similitud en sus diseños. Al comparar estos grabados con otros encontrados en el mundo, los arqueólogos han encontrado paralelismos con inscripciones realizadas miles de años después en otras partes del mundo.

Un núcleo de piedra Levallois
Un núcleo de piedra Levallois. Fuente: Goder-Goldberger et al., Archaeological and Anthropological Sciences (2025)

¿Un primer paso hacia la escritura?

Uno de los debates más apasionantes de la arqueología es cuándo y cómo los humanos comenzaron a comunicarse de forma simbólica. La escritura, tal como la conocemos, apareció hace apenas 5.000 años, pero el uso de símbolos puede remontarse a mucho antes.

Las incisiones halladas en estas herramientas de piedra podrían representar una forma primitiva de registro simbólico. No se trata de escritura en el sentido moderno, pero sí de un intento de plasmar información, ya sea con fines estéticos, rituales o de transmisión de conocimientos.

Algunos expertos han sugerido que estos grabados podrían estar relacionados con sistemas de conteo primitivos o incluso con intentos de representar el entorno. Lo cierto es que la capacidad de realizar marcas intencionadas implica que los individuos que las hicieron tenían una comprensión avanzada de la abstracción, la planificación y la intención simbólica.

Este hallazgo refuerza la idea de que las capacidades cognitivas avanzadas, como la creatividad y la comunicación simbólica, no fueron exclusivas del Homo sapiens moderno, sino que ya estaban en desarrollo hace decenas de miles de años.

Fotografía de una antigua hoja retocada de más de 55.000 años de antigüedad. Las marcas en su superficie son poco profundas y no presentan un patrón geométrico definido
Fotografía de una antigua hoja retocada de más de 55.000 años de antigüedad. Las marcas en su superficie son poco profundas y no presentan un patrón geométrico definido. Fuente: Goder-Goldberger et al., Archaeological and Anthropological Sciences (2025)

Lo que este descubrimiento nos dice sobre nuestros orígenes

El estudio de estos artefactos no solo reescribe lo que sabemos sobre la evolución del pensamiento humano, sino que también plantea preguntas fascinantes sobre la cultura y la sociedad de los primeros humanos.

Si estos grabados tenían un significado simbólico, ¿qué querían comunicar? ¿Eran simples patrones estéticos, o formaban parte de un sistema de señales utilizado por las comunidades prehistóricas?

Además, este descubrimiento sugiere que el desarrollo de la abstracción y la expresión simbólica no ocurrió de manera aislada en una sola parte del mundo, sino que fue un fenómeno extendido entre las poblaciones humanas de diferentes regiones.

La investigación sigue en marcha, y los arqueólogos esperan que futuros hallazgos en el Levante y otras regiones puedan arrojar más luz sobre el significado de estos grabados. Lo que está claro es que estas pequeñas marcas en piedra están reescribiendo lo que sabemos sobre la mente de nuestros antepasados.

Referencias

  • Goder-Goldberger, M., Marreiros, J., Paixão, E. et al. Incised stone artefacts from the Levantine Middle Palaeolithic and human behavioural complexity. Archaeol Anthropol Sci 17, 27 (2025). DOI: 10.1007/s12520-024-02111-4

Cortesía de Muy Interesante



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