Los samuráis no solo eran guerreros disciplinados, también practicaban una forma de etiqueta corporal llamada Rei-ho, basada en movimientos lentos, conscientes y controlados. Este ritual, que incluía formas específicas de sentarse, levantarse y caminar, era parte de su vida diaria. Con el paso del tiempo, la práctica se mantuvo como parte de ciertas tradiciones japonesas, aunque nunca se había estudiado desde un punto de vista médico.
Hoy, investigadores de la Universidad de Tohoku han dado un giro inesperado a esa herencia cultural. Su objetivo fue comprobar si esos movimientos, practicados con regularidad, podían tener un impacto en la salud física, especialmente en la fuerza de las piernas. El resultado fue sorprendente: una rutina de apenas cinco minutos al día mostró mejoras significativas en quienes la realizaron.
La idea conecta pasado y presente. En una sociedad envejecida como la japonesa —y en un mundo donde cada vez más personas buscan formas simples de mantenerse activas—, rescatar una práctica ancestral para aplicarla a un problema de salud actual resulta no solo innovador, sino también profundamente simbólico.

El desafío del envejecimiento y la pérdida de fuerza
Con el paso de los años, los músculos pierden potencia y resistencia, un fenómeno conocido como sarcopenia. Esta pérdida afecta sobre todo a las piernas y compromete actividades básicas como caminar, subir escaleras o levantarse de una silla. El debilitamiento de las piernas es uno de los principales factores de riesgo de caídas en la vejez.
En Japón, donde la población mayor de 65 años supera ya un tercio del total, este desafío es especialmente relevante. El estilo de vida moderno, marcado por el uso de sillas y sanitarios occidentales, ha reducido la práctica de posturas tradicionales como el seiza —sentarse de rodillas sobre el suelo—, que antes contribuían a fortalecer las piernas de manera natural.
En este contexto, los investigadores plantearon una pregunta sencilla: ¿podría el Rei-ho, con sus movimientos pausados y repetitivos, convertirse en una alternativa accesible al entrenamiento de fuerza convencional?
El diseño del estudio
Para dar respuesta, el equipo dirigido por el profesor Ryoichi Nagatomi llevó a cabo un ensayo clínico con 34 voluntarios adultos. Ninguno de ellos tenía experiencia previa en Rei-ho, lo que permitía observar sus efectos sin sesgos culturales o de práctica. Los participantes se dividieron en dos grupos: uno realizó la rutina de Rei-ho y el otro mantuvo su vida cotidiana sin cambios.
La rutina consistía en ejecutar de 20 a 22 repeticiones de sentarse y levantarse en estilo Rei-ho, durante cinco minutos, al menos cuatro veces por semana.
A diferencia de una sentadilla convencional, en Rei-ho los movimientos se realizan lentamente, sin inclinar el torso hacia delante, lo que exige un mayor control y concentración.
El grupo de control, por su parte, continuó con sus actividades habituales, lo que permitió comparar de forma precisa el impacto del entrenamiento. Tras tres meses, los resultados fueron analizados mediante pruebas de fuerza de extensión de rodilla, una medida clave de movilidad y funcionalidad.

Resultados que hablan por sí solos
Las cifras no dejan lugar a dudas. Quienes practicaron Rei-ho aumentaron su fuerza en las piernas en un 25,9 %, mientras que el grupo de control solo mejoró un 2,5 %. Esa diferencia, obtenida en apenas tres meses, demuestra que este tipo de ejercicio puede generar cambios importantes en poco tiempo.
La fuerza de extensión de rodilla, que permite enderezar la pierna, es fundamental para la independencia en la vida diaria. Desde levantarse de la cama hasta mantenerse de pie en un autobús en movimiento, esta habilidad es la base de muchas acciones cotidianas.
Fortalecerla reduce el riesgo de caídas y ayuda a prolongar la autonomía en la vejez.
Los propios investigadores subrayan la sencillez del hallazgo: no se requiere equipamiento, gimnasio ni largas sesiones de entrenamiento. Basta con adoptar una rutina que combina tradición, disciplina y ciencia, accesible prácticamente para cualquier persona.
Cultura y salud de la mano
Más allá de los resultados físicos, el estudio pone de relieve algo más profundo: la conexión entre cultura y bienestar. El Rei-ho nació como parte de la etiqueta samurái, una manera de mostrar respeto a través del cuerpo.
Hoy, puede resignificarse como una herramienta para el cuidado de la salud. Una práctica cultural se convierte en un ejercicio terapéutico validado por la ciencia.
Este hallazgo invita a reflexionar sobre cómo los gestos cotidianos pueden tener efectos inesperados en la salud. Caminar descalzo sobre tatami, usar posturas de suelo o moverse con lentitud deliberada son prácticas que, aunque puedan parecer obsoletas, pueden aportar beneficios a un estilo de vida marcado por la prisa y el sedentarismo.
Además, los investigadores señalan que el Rei-ho no es exclusivo de Japón. Personas de cualquier parte del mundo pueden practicarlo y, al hacerlo, no solo mejorar su condición física, sino también entrar en contacto con una tradición milenaria.
Un camino abierto para el futuro
El ensayo tiene limitaciones: el número de participantes fue reducido y se centró en adultos jóvenes y de mediana edad, por lo que será necesario investigar con poblaciones mayores, quienes más se beneficiarían de este entrenamiento. Sin embargo, los resultados iniciales son alentadores y sientan las bases para nuevas investigaciones.
El equipo plantea que, en el futuro, programas de salud pública podrían incluir rutinas de Rei-ho como parte de la prevención de caídas y la promoción de la independencia en personas mayores. Cinco minutos al día podrían marcar la diferencia entre la dependencia y la autonomía.
En un mundo que tiende a buscar soluciones tecnológicas o farmacológicas, este estudio recuerda que a veces la respuesta está en volver a lo básico: en la forma en que nos movemos, nos sentamos y nos levantamos cada día.

Conclusión: el poder de lo sencillo
La historia del Rei-ho muestra cómo un legado cultural puede convertirse en una herramienta contemporánea de salud. Lo que comenzó como etiqueta samurái hoy se presenta como una rutina eficaz para fortalecer las piernas, proteger contra caídas y prolongar la independencia en la vejez.
El valor del estudio no reside solo en los números, sino en la idea de que cualquier persona, sin importar su edad o lugar de origen, puede beneficiarse de movimientos simples y conscientes. La ciencia confirma que la tradición también puede ser medicina.
Quizás, en un futuro no muy lejano, el Rei-ho deje de ser visto como una curiosidad cultural y pase a formar parte de las recomendaciones habituales para un envejecimiento saludable. Una muestra de que, a veces, el secreto del bienestar no está en inventar lo nuevo, sino en rescatar lo que siempre estuvo ahí.
Referencias
- Ogasawara, A., Sato, A., & Nagatomi, R. (2025). A Traditional Japanese Samurai Movement Rei-ho as a Knee Extension Strength Training: A Randomized Controlled Study. The Tohoku Journal of Experimental Medicine. doi: 10.1620/tjem.2025.J099
Cortesía de Muy Interesante
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