Un equipo internacional de biólogos descubre células desconocidas en pitones que revelan cómo digieren esqueletos enteros sin esfuerzo

A simple vista, un esqueleto parece una barrera infranqueable para la digestión. Huesos largos, densos, calcificados, resistentes por naturaleza. Y sin embargo, hay animales que no solo los ingieren, sino que los digieren completamente. La imagen de una serpiente devorando a su presa entera, sin separar carne de hueso, puede resultar impactante. Lo que pocas personas saben es que, al cabo de unos días, del animal devorado no queda nada. Ni rastro óseo. Todo ha sido procesado en silencio por un aparato digestivo sorprendentemente eficiente.

Un nuevo estudio científico acaba de revelar el secreto detrás de esa hazaña digestiva. Investigadores han identificado un tipo de célula desconocida en el intestino de las pitones birmanas (Python bivittatus) que permite descomponer y procesar por completo los esqueletos de sus presas. El hallazgo, publicado en Journal of Experimental Biology, aporta la primera evidencia de un mecanismo celular específico para gestionar el calcio, el fósforo y otros minerales presentes en los huesos ingeridos. Y lo más llamativo es que este tipo celular no se había descrito jamás en ningún otro vertebrado.

Células nuevas para la ciencia, no para las pitones

Las pitones birmanas no son carnívoras convencionales. A diferencia de la mayoría de los mamíferos depredadores, no mastican ni seleccionan partes del cuerpo de sus presas. Se las tragan enteras. Esto incluye músculos, órganos internos, piel y, sobre todo, huesos. Aunque pueda parecer que su sistema digestivo es simplemente más ácido o potente, el proceso es mucho más sofisticado. La clave está en unas células especializadas que recubren su intestino.

Estas células, que no habían sido observadas antes, producen partículas compuestas por calcio, fósforo e hierro, los principales minerales presentes en los huesos. Según el investigador principal del estudio, Dr. Jehan-Hervé Lignot, se trata de un tipo celular “muy estrecho, con microvellosidades cortas y un pliegue apical que forma una cripta“. Esa cripta interna es el lugar donde se acumulan las partículas, lo que sugiere que estas células cumplen una función de regulación o expulsión del exceso de calcio.

El descubrimiento no fue casual. Los investigadores diseñaron un experimento con tres tipos de dieta para las serpientes: una con presas completas, otra con presas sin huesos y una tercera con presas sin huesos pero suplementadas con calcio. Solo las pitones que recibieron calcio —ya fuera a través de huesos o por suplemento— desarrollaron partículas minerales en estas células. Las que comieron solo carne no formaron ninguna.

Pitón de Birmania real. Fuente: Wikipedia

La digestión completa de los huesos: un equilibrio delicado

El calcio es un mineral esencial, pero en exceso puede ser tóxico. De ahí la importancia de contar con mecanismos que controlen cuánto se absorbe. En el caso de las pitones, los investigadores sospechan que las células recién descritas cumplen esa función. “Queríamos identificar cómo podían procesar y limitar esta enorme absorción de calcio a través de la pared intestinal”, explica el Dr. Lignot.

El hecho de que no se hallaran fragmentos óseos en las heces de las serpientes confirma que los esqueletos fueron totalmente digeridos y absorbidos. Pero eso no significa que todos los minerales se incorporen al organismo. De hecho, el exceso probablemente se acumula en las partículas formadas por estas células y se elimina del cuerpo de forma controlada. Este hallazgo resuelve un misterio antiguo sobre cómo ciertos reptiles pueden ingerir huesos sin enfermar por hipercalcemia.

Además, el estudio señala que estas células no solo existen en pitones birmanas. También se han identificado en otras especies de pitones y boas, así como en el monstruo de Gila (Heloderma suspectum), un lagarto venenoso que también consume presas enteras. Esto sugiere que el mecanismo puede estar presente en diversos reptiles con hábitos alimenticios similares.

Las nuevas células se han identificado también en otras especies de pitones y boas, así como en el monstruo de Gila. Fuente: Wikipedia

Implicaciones más allá de los reptiles

Uno de los aspectos más intrigantes del hallazgo es su posible relevancia evolutiva. Los autores del estudio plantean que otras especies que consumen huesos completos —como ciertos depredadores marinos o aves carroñeras— podrían haber desarrollado mecanismos comparables. “Los depredadores marinos que comen peces óseos o mamíferos acuáticos deben enfrentar el mismo problema”, afirma Lignot. “Aves que se alimentan principalmente de huesos, como el quebrantahuesos (Gypaetus barbatus), serían también candidatos fascinantes”.

Esta observación abre nuevas líneas de investigación. Si bien aún no hay pruebas de que mamíferos como los delfines o aves marinas posean células similares, los científicos no descartan esa posibilidad. El hallazgo en reptiles podría servir como modelo para explorar mecanismos equivalentes en otras ramas del árbol evolutivo.

Además, el estudio pone de relieve la necesidad de reconsiderar cómo entendemos la digestión ósea en animales vertebrados. Hasta ahora, se asumía que la fragmentación y disolución de los huesos era un proceso químico genérico. Sin embargo, este tipo celular especializado sugiere que existen adaptaciones anatómicas muy concretas que permiten ese nivel de eficiencia digestiva.

El futuro del estudio: más allá del intestino

El descubrimiento también plantea nuevas preguntas sobre cómo se desarrollan estas células, cómo se activan y cuál es su ciclo de vida. ¿Aparecen solo después de ciertas comidas? ¿Se renuevan constantemente? ¿Podrían estar influenciadas por factores hormonales o ambientales? Estas son cuestiones que aún no tienen respuesta, pero que el equipo de investigación espera abordar en futuras fases del estudio.

Por otro lado, entender mejor este tipo celular podría tener aplicaciones prácticas. En medicina o nutrición, los mecanismos de regulación del calcio son fundamentales. Si se logra comprender cómo estas células modulan la absorción y expulsión de minerales, podrían surgir ideas nuevas para tratar trastornos relacionados con el metabolismo del calcio en humanos.

El estudio también muestra cómo la biología comparada —el análisis de funciones entre diferentes especies— puede revelar soluciones evolutivas ingeniosas a problemas comunes. En este caso, el reto es cómo aprovechar los nutrientes del hueso sin que el exceso de minerales dañe al organismo. Las pitones, a través de una estrategia silenciosa y eficiente, parecen haber dado con una respuesta muy eficaz.

Referencias

  • Lignot J.H., Desoutter M., Amalfitano S., Alzaher W., Seco-Rovira V., Bourguignon T., Habib N., Meunier F.J., Packialakshmi B. Diet-dependent production of calcium- and phosphorus-rich ‘spheroids’ along the intestine of Burmese pythons: identification of a new cell type? Journal of Experimental Biology. 25-Jun-2025. https://doi.org/10.1242/jeb.249620.

Cortesía de Muy Interesante



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