Un equipo investigador analiza a quién pertenecían los 600 quilos de monedas del mayor tesoro monetario romano hallado en España

La aparición fortuita del tesoro de Tomares en 2016 sacudió por completo la investigación numismática del sur peninsular. Bajo el pavimento de opus signinum de un edificio rural, probablemente el horreum o almacén de un fundus, se escondían diecinueve grandes ánforas repletas de monedas tardoantiguas. La magnitud del conjunto, que reunía unas 53.200 monedas con un peso cercano a los 600 kilos de metal, convirtió desde el primer momento el hallazgo en uno de los más excepcionales de la antigüedad tardía europea.

Un hallazgo descomunal bajo el suelo de un fundus romano

El tesoro se descubrió de manera fortuita durante una obra pública. Ocho ánforas quedaron destrozadas por la acción de la maquinaria que reveló el yacimiento. Otras dos, aunque agrietadas, conservaron sus contenidos, mientras que nueve permanecieron intactas y selladas. La microexcavación de las ánforas 10 y 11 permitió recuperar cerca de 5.600 monedas, que constituyen, hasta el momento, la parte del tesoro en la que se han concentrado los análisis. Gracias a estos trabajos preliminares, los investigadores han podido reconstruir la composición, la cronología y la procedencia del tesoro con gran precisión.

El examen arqueológico confirmó que las ánforas se colocaron alineadas y que se enterraron durante un único episodio. La regularidad del conjunto, el sellado de las bocas con tierra compacta y la consistencia del número de monedas por recipiente (en torno a 2.800 por ánfora) apuntan a que se trata de un depósito que se ocultó de manera deliberada. Todo sugiere, por tanto, un plan premeditado por una persona o un grupo de personas que tenían acceso a grandes cantidades de dinero de la tetrarquía (293 d.C.-ca. 313 d.C).

Ánfora del tesoro de Tomares. Fuente: Anual/Wikimedia

Un conjunto de nummi de Diocleciano

Exceptuando un único as de Agripa, una rareza totalmente ajena al conjunto tetrárquico, todas las monedas del tesoro de Tomares son nummi emitidos entre la reforma monetaria de Diocleciano (294 d. C.) y los últimos años de la primera década del siglo IV. El espectro cronológico, por tanto, es muy limitado en el tiempo. Las piezas más tardías, escasas en comparación con el grueso del conjunto, corresponden a las emisiones de Majencio acuñadas en Ostia entre finales de 309 y octubre de 312. Los estudiosos, además, no han constatado monedas constantinianas posteriores a 313. El tesoro, por tanto, debió ocultarse entre 307 y 312, probablemente en un contexto libre de tensiones bélicas, ya que no hay indicios de conflicto en la región en esos años.

¿Quién reunió semejante cantidad de monedas?

La pregunta sobre quién pudo acumular y esconder un capital monetario de semejante volumen sigue siendo una incógnita. La investigación descarta que se trate de fondos militares. Baetica no era una zona de confrontación en el periodo analizado y ninguna evidencia apunta al acuartelamiento de tropas cuya paga requiriese semejante suma de dinero. El hallazgo procede, más bien, de un territorio agrícola próspero, integrado en las rutas comerciales marítimas y fluviales que conectaban la localidad con circuitos mediterráneos amplios.

El perfil del propietario debe buscarse, por tanto, entre los grandes inversores rurales, los comerciantes de alcance regional o los administradores de vastas propiedades. La presencia notable de monedas de cecas italianas y galobritanas, así como una proporción significativa de monedas de Cartago (la ceca mejor representada del conjunto) confirma que quien reunió el tesoro mantenía redes económicas de largo alcance.

El predominio de nummi emitidos antes de 307, junto con la rareza de los más tardíos, sugiere que las monedas se incorporaron en el depósito de manera continuada y relativamente estable, hasta que algún acontecimiento aún desconocido motivó su ocultación definitiva.

Tesoro
Recreación fantasiosa. Fuente: Midjourney/Erica Couto

Una composición política reveladora

El análisis de los tipos y autoridades representadas en las monedas ha arrojado nueva luz sobre la procedencia del numerario. El tesoro contiene exponentes de todos los emperadores de la tetrarquía. Maximiano es el emperador más representado, seguido muy de cerca por Constancio y Diocleciano. La primacía de los primeros tetrarcas demuestra que la mayor parte del numerario circulante en la Baetica procedía de los primeros compases del sistema tetrárquico y de las emisiones inmediatamente posteriores a la reforma de 294.

Por su parte, la presencia muy escasa de monedas de Majecio y la práctica ausencia de Licinio, presente solo en tres ejemplares, refuerzan la idea de un cierre del depósito antes de que las reformas políticas y monetarias de la fase constantiniana transformaran el flujo de acuñaciones. Ni la inestabilidad política ni los reajustes militares parecen explicar este perfil. Según los estudiosos, el tesoro refleja, más bien, una economía en la que el flujo de moneda llegana por vías marítimas y terrestres desde las célebres cecas del Mediterráneo occidental.

Monedas romanas
Monedas del tesoro de Tomares. Fuente: Anual/Wikimedia

Las cecas del tesoro: las conexiones comerciales de la Baetica

El volumen de datos ya disponibles, basado en casi 8.700 monedas clasificadas, permite reconstruir la distribución geográfica del numerario con gran detalle. Cartago es, con diferencia, la ceca más representada del tesoro, incluso por encima de Treveri y Roma, que ocupaban posiciones destacadas en los análisis preliminares. Su papel sobresaliente resulta significativo, dado que la ceca cerró en 307. La presencia mayoritaria de sus acuñaciones indicaría que el flujo monetario procedente del norte de África fue muy intenso en los decenios previos.

Las cecas galobritanas y las italianas representan porcentajes casi idénticos en torno al 36% cada una, con Roma y Treveri como centros clave de emisión. Ticinum, Lugdunum y Londinium también aparecen de forma notable, lo que evidencia las conexiones entre el Atlántico y el Mediterráneo que caracterizaban el sur peninsular.

Las cecas balcánicas y orientales, aunque minoritarias, están presentes y suman casi un 4%, una cifra elevada si se compara con los depósitos coetáneos europeos. Su aparición se explica por la situación estratégica de la Baetica en las rutas marítimas que enlazaban directamente con el Mediterráneo oriental.

Tesoro
Recreación fantasiosa. Fuente: Midjourney/Erica Couto

Un proyecto científico sin precedentes

El estudio del tesoro de Tomares ha requerido un esfuerzo interdisciplinar excepcional. La coordinación entre distintas entidades, entre las que se incluyen el Museo Arqueológico de Sevilla, la Universidad de Sevilla y el Centro Nacional de Aceleradores, ha permitido combinar análisis numismáticos, metalográficos y arqueológicos. La adopción del sistema numisdata, con un protocolo de trabajo optimizado y la participación de numismáticos, restauradores y estudiantes, ha impulsado decisivamente la catalogación sistemática de miles de ejemplares. Con todo, aún queda por clasificar más del 80% del conjunto, un volumen que permitirá afinar con precisión inédita las dinámicas económicas y políticas de los primeros años del siglo IV en Hispania.

Referencias

  • Pliego, R. y E. García-Vargas. 2025. “The Roman Hoard of Tomares. Preliminary Results of a ‘Too Big’ Monetary Find”. Proceedings of the XVI International Numismatic Congress, vol. II, pp. 557–564. DOI: https://doi.org/10.1484/M.WSA-EB.5.145136

Cortesía de Muy Interesante



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