Es muy triste que cuando dejas la casa de tus papás hay muchas cosas que no sabes. Pueden ser cuestiones tan complicadas como el cómo hacer una buena salsa; el cómo arreglar la tubería; cómo verificar que no haya fugas de gas; o cómo lavar los trastes de nuestra casa.
Otra cosa que probablemente aprendemos a la mala, sin necesidad de TikTok, tiene que ver con la ropa de cama. Así es, cobijas, sábanas, almohadas y demás tienen su chiste, pues no todo el tiempo están limpias y, de hecho,guardan más gérmenes de los que crees. Por ello, hay que lavarlas constantemente y en especial las sábanas.
Cada cuánto tiempo debo cambiar mis sábanas y por qué
Antes de comenzar, debemos aclarar que cuando hablamos de cambiar las sábanas, no nos referimos a que sean desechables y después de usarlas debas tirarlas. Más bien, nos referimos a que necesitan de higiene y eso incluye lavarlas periódicamente y hay expertos que nos dan su punto de vista.
Por ejemplo, especialistas como dormitorum o marcas como Coppel y Dormilón aconsejan que las sábanas se laven con periodicidad, ya que esto garantiza un descanso libre de bacterias en general y, por supuesto, esto ayuda a tu salud. La buena noticia es que no hay debates, todos concuerdan que el cambio debe ser cada semana.
Aunque esto no es una regla a seguir al pie de la letra, puesto que hay variables que nos pueden cambiar esto. Por ejemplo, cuando estamos enfermos y tenemos malestar, es más probable que estemos dentro de la cama, por lo que se acumulan más gérmenes, virus y hongos, impidiendo que nos recuperemos pronto. En esos casos, lo ideal es que sea cada tercer día, hasta que te recuperes completamente.
Otra variable a tomar en cuenta es el clima. Por ejemplo, en climas fríos o estaciones con menos calor, el tiempo se puede extender hasta dos semanas. O bien, si tu casa todavía tiene cuarto de invitados, esa cama que casi no se usa, debe cambiar sus sábanas una vez al mes. Tomando esto como referencia, las otras variantes de expertos son:
- Climas cálidos o húmedos: En estas regiones, el sudor y la humedad se acumulan más rápido, por lo que es ideal cambiar las sábanas cada tres o cuatro días.
- Uso ocasional: Para camas de invitados o habitaciones de uso poco frecuente, un cambio mensual podría ser suficiente.
- Personas con alergias: Cambiar las sábanas dos veces por semana ayuda a minimizar la exposición a alérgenos como ácaros y polvo.
- Casas con mascotas: Aunque son otra parte esencial de nuestra vida, si tenemos mascotas debemos estar atentos a la limpieza y sí cambiar cada cinco días o una semana por mucho.
- Cantidad de personas en la cama: Cuando duerme una sola persona en la cama, eso implica menos suciedad por la poca acumulación de gérmenes. A la inversa es lo mismo y hay épocas en que familias enteras duermen en la misma cama, por ejemplo, cuando hay muchos niños en casa.

Cómo lavar las sábanas correctamente
No solo es lavar las sábanas, sino que es hacerlo bien para cuidar las telas, prolongar la vida útil y mejorar la higiene de tu dormitorio. Ya sabemos cada cuánto cambiarlas, ahora debemos entender el cómo lavarlas y de acuerdo con los mismos especialistas debes tomar en cuenta que:
- Separa: Separa por colores y tipos de tela, de esta manera no se dañarán las fibras.
- Ciclo de lavado: Selecciona un ciclo suave o delicado en la lavadora para minimizar el desgaste de las fibras, aunque muchas lavadoras ya tienen un ciclo para sábanas.
- Secado adecuado: Siempre es mejor utilizar una temperatura baja o media en la secadora para evitar el encogimiento y la pérdida de suavidad de las sábanas.
- Guarda en un lugar adecuado: Guarda tus sábanas en un lugar seco y fresco, doblándolas correctamente para prevenir arrugas. Además, tener varios juegos de sábanas y rotarlos regularmente extenderá su vida útil y garantizará un descanso más higiénico.
- Agua caliente: El ajuste de la temperatura en el lavado es fundamental para mantener la higiene de las sábanas y cobijas sin comprometer su calidad. Si te preguntas cuál es la ideal, tienes que saber que es por necesidad, por ejemplo, 60° o más, es ideal para eliminar bacterias, ácaros y alérgenos, como cuando te enfermas. Agua entre 40° y 50° es ideal para sábanas de colores y materiales más delicados, ya que equilibra limpieza y protección de las fibras. Mientras que el agua fría, de menos de 30°, se utiliza para sábanas con tejidos sensibles, como la seda o el bambú, porque evita daños por calor excesivo.
Cortesía de Xataka
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