Un hallazgo alarmante: advierten que una colosal nube de polvo del Sáhara está cruzando el Atlántico y llegará a Estados Unidos

Una gigantesca nube de polvo procedente del desierto del Sáhara avanza esta semana a través del Atlántico, y promete teñir de ocre los cielos del sureste de Estados Unidos. Aunque este fenómeno atmosférico no es nuevo —ocurre cada año entre primavera y otoño—, la magnitud del episodio actual ha llamado la atención de meteorólogos y expertos en salud pública por igual.

El polvo ya ha cubierto gran parte del Caribe, desde Jamaica hasta Trinidad y Tobago, oscureciendo el cielo y generando efectos inmediatos sobre la salud de miles de personas. Y aunque su intensidad disminuirá algo antes de llegar al continente americano, los expertos advierten que su impacto será visible y sensible, tanto en el aire que respiramos como en los patrones climáticos de la región.

¿Qué es la “capa de aire sahariana”?

El evento tiene nombre propio: la capa de aire sahariana. Tal y como informa NOAA, se trata de una masa de aire extremadamente seca y cargada de polvo mineral, que se forma sobre el desierto del Sáhara cuando ondas tropicales agitan las partículas del suelo y las elevan hasta más de 6.000 metros de altitud. Desde allí, los vientos del este las empujan hacia el océano, y en ocasiones logran recorrer miles de kilómetros hasta América.

Cada año, este fenómeno se repite con distinta intensidad. Pero en esta ocasión, los satélites muestran una pluma de polvo especialmente densa y extensa, que ya ha alcanzado valores de concentración de aerosoles poco comunes para esta época del año. La nota de prensa emitida por el Servicio Meteorológico Nacional y recogida por varios medios estadounidenses, alerta que el polvo afectará principalmente a Florida, Luisiana, Alabama, Misisipi, y probablemente Carolina del Sur y Texas, entre otros estados.

Una inmensa nube de polvo del Sáhara envuelve el Caribe mientras avanza hacia Estados Unidos
Una inmensa nube de polvo del Sáhara envuelve el Caribe mientras avanza hacia Estados Unidos. Fuente: NOAA

Un cielo anaranjado y amaneceres de postal

El primer efecto que notarán los ciudadanos será visual: los cielos azules se tornarán opacos, con un tinte anaranjado o rojizo que transformará completamente la luz solar. Aunque pueda parecer poético, este efecto tiene una explicación física. Las diminutas partículas de polvo dispersan la luz solar, eliminando las longitudes de onda más cortas (como el azul) y dejando pasar los tonos cálidos. Resultado: puestas de sol y amaneceres espectaculares, muy fotogénicos, pero también señal de que el aire no está limpio.

De hecho, la concentración de polvo podría afectar a la visibilidad aérea y al tráfico en ciertas zonas, especialmente en áreas rurales donde la bruma se condensa con más facilidad cerca del suelo. Pero más allá de lo estético, hay un aspecto clave en juego: la salud.

Un riesgo para personas vulnerables

La exposición al polvo sahariano no es inocua. Las partículas en suspensión pueden penetrar en las vías respiratorias y agravar condiciones como el asma, la bronquitis crónica o las alergias. En el Caribe, donde la nube ha golpeado con más fuerza, se han reportado aumentos en los casos de irritación ocular, congestión nasal y dificultad respiratoria.

En Estados Unidos, las autoridades sanitarias recomiendan a las personas con enfermedades respiratorias, niños pequeños y adultos mayores que permanezcan en interiores mientras dure la peor fase del fenómeno. También se aconseja consultar el índice de calidad del aire local (Air Quality Index, AQI) y usar mascarillas si es necesario.

Una imagen captada el 3 de junio por el satélite GOES-19 de la NOAA muestra el aspecto del este de Estados Unidos desde el espacio
Una imagen captada el 3 de junio por el satélite GOES-19 de la NOAA muestra el aspecto del este de Estados Unidos desde el espacio. Fuente: NOAA/GOES-19

Paradójicamente, esta nube africana podría ser una aliada temporal frente a otro riesgo meteorológico: los huracanes. El polvo actúa como inhibidor de tormentas tropicales, al interferir con la humedad necesaria para su formación. En un año donde se prevé una temporada ciclónica particularmente activa en el Atlántico, esta irrupción de aire seco podría ofrecer una pausa bienvenida.

El calor y la sequedad que aporta esta capa tienden a estabilizar la atmósfera, dificultando la convección profunda, un ingrediente clave para que se formen ciclones. Es decir, cuanto más denso y seco sea el aire sahariano, menos probable será que veamos tormentas peligrosas durante su paso.

No todo es negativo ni positivo en esta historia de polvo transatlántico. Las partículas del desierto contienen minerales esenciales como hierro y fósforo, que fertilizan ecosistemas marinos y selvas tropicales al otro lado del océano. La Amazonía, por ejemplo, depende en parte de este polvo para mantener su exuberante vegetación. Es un ejemplo impresionante de cómo los sistemas climáticos están interconectados a escala planetaria.

Sin embargo, el exceso de aerosoles también contribuye a la contaminación atmosférica y puede alterar el equilibrio térmico regional. Se ha observado que durante estos episodios aumentan las temperaturas nocturnas, ya que el polvo actúa como una capa aislante que retiene el calor cerca del suelo.

Varios coches circulan por una autopista en Cataño, Puerto Rico, mientras una densa nube de polvo sahariano cubre gran parte del Caribe, el lunes 2 de junio de 2025
Varios coches circulan por una autopista en Cataño, Puerto Rico, mientras una densa nube de polvo sahariano cubre gran parte del Caribe, el lunes 2 de junio de 2025. Foto: Istock

¿Cuándo y cómo impactará?

Según los modelos meteorológicos, la nube llegará al sureste de EE.UU. a mediados de semana y alcanzará su mayor concentración el jueves. Luego, empezará a disiparse gradualmente conforme se mezcle con masas de aire más húmedas y lentas. Aun así, su presencia podría sentirse durante varios días, especialmente en forma de cielos brumosos, calor nocturno y posibles efectos sobre la salud.

En ciudades como Miami, Nueva Orleans o Houston, es probable que el evento tenga más visibilidad, tanto por su ubicación geográfica como por las condiciones atmosféricas. Las personas sensibles al polvo deberán extremar precauciones durante ese periodo.

Este fenómeno, aunque aparentemente local, es en realidad una expresión del complejo equilibrio climático del planeta. Que un desierto africano pueda influir en las tormentas del Caribe o en los pulmones de una persona en Florida, es un recordatorio elocuente de nuestra conexión global.

La ciencia del clima nos sigue mostrando que lo que ocurre en una parte del mundo puede tener repercusiones directas a miles de kilómetros. Y aunque la nube de polvo del Sáhara no es una amenaza apocalíptica, sí es un aviso de que vivimos inmersos en un sistema donde lo lejano y lo cercano son, en realidad, la misma cosa.

Cortesía de Muy Interesante



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