Un hallazgo cambia la historia: América tuvo más habitantes de lo que creíamos, pero su población colapsó antes de la llegada de Colón en 1492

Por siglos, los historiadores han debatido cuántas personas vivían en América del Norte antes de la llegada de los europeos. Si bien es bien conocido el colapso demográfico posterior al contacto con los colonizadores, un nuevo estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences ha logrado, por primera vez, trazar con precisión cómo fluctuaron las poblaciones indígenas durante los 2.000 años previos a la llegada de Cristóbal Colón.

La investigación, liderada por un equipo de arqueólogos de la Universidad de Wyoming y otras instituciones, se basó en el análisis de más de 60.000 fechas de radiocarbono obtenidas de restos arqueológicos como huesos, textiles, fragmentos de carbón y restos de alimentos. Su conclusión principal es que la población de Norteamérica alcanzó su punto máximo alrededor del año 1150 d.C., pero lejos de mantenerse estable, experimentó importantes fluctuaciones mucho antes del impacto europeo.

Un continente en constante cambio

La imagen tradicional de América del Norte antes de la llegada de los europeos suele describir sociedades indígenas prósperas, organizadas y en crecimiento, hasta que la colonización trajo enfermedades, guerras y desplazamientos que diezmaron a estas poblaciones. Sin embargo, los datos revelan una historia mucho más dinámica: en distintas regiones del continente, las poblaciones crecieron y disminuyeron en momentos diferentes, debido a factores ambientales, sociales y políticos.

Mapa de los Estados Unidos contiguos con las regiones HU marcadas en negro. Las etiquetas indican el código de dos dígitos de cada región, el número de muestras analizadas y la edad promedio del pico poblacional en años de la era común (CE)
Mapa de los Estados Unidos contiguos con las regiones HU marcadas en negro. Las etiquetas indican el código de dos dígitos de cada región, el número de muestras analizadas y la edad promedio del pico poblacional en años de la era común (CE). Fuente:

Por ejemplo, en la región de Cahokia, ubicada en la actual Illinois y hogar de la mayor ciudad prehispánica al norte de México, la población alcanzó su apogeo alrededor del año 1100 d.C., cuando miles de personas vivían en un complejo urbano con plazas, templos y grandes montículos ceremoniales. Pero apenas dos siglos después, Cahokia se vació casi por completo, en gran parte debido a la sobreexplotación del medioambiente, el agotamiento de los suelos agrícolas y cambios climáticos adversos.

En contraste, otras regiones, como el noroeste del Pacífico o la costa atlántica, mantuvieron poblaciones estables hasta el siglo XVI, cuando la llegada de exploradores y colonos europeos alteró drásticamente el equilibrio demográfico.

Factores de crecimiento y declive

Si bien la llegada de los europeos provocó la mayor caída demográfica en la historia del continente, las fluctuaciones previas demuestran que las sociedades indígenas enfrentaron grandes desafíos mucho antes del contacto. Entre los principales factores que influyeron en estos cambios poblacionales, el clima y los recursos naturales desempeñaron un papel crucial. Períodos prolongados de sequía impactaron la producción agrícola y obligaron a muchas comunidades a migrar o reorganizarse. En el suroeste de los actuales Estados Unidos, por ejemplo, culturas dependientes del maíz, como los anasazi, tuvieron que abandonar asentamientos enteros debido a la escasez de agua.

Otro elemento determinante fue el movimiento de poblaciones y los conflictos entre grupos. En muchos casos, la disminución del número de habitantes no significó una extinción, sino desplazamientos hacia otras regiones. Grupos enteros dejaron atrás sus tierras debido a presiones externas o cambios en las oportunidades económicas. Un caso representativo es el de los habitantes de Mesa Verde, quienes abandonaron sus ciudades de piedra para establecerse en el valle del Río Grande, buscando condiciones más favorables.

Además de estos factores, las enfermedades y las dinámicas sociales también influyeron en la estabilidad demográfica. Aunque las epidemias más devastadoras llegaron con los europeos, los grandes centros urbanos precolombinos ya enfrentaban problemas de salubridad. La creciente densidad poblacional pudo haber favorecido la propagación de enfermedades mucho antes de la colonización.

El estudio también sugiere que algunas sociedades lograron resistir mejor estos cambios gracias a su capacidad de adaptación. Mientras que algunas comunidades urbanizadas colapsaron, los grupos más móviles, como los cazadores-recolectores de las Grandes Llanuras, consiguieron sobrellevar los cambios ambientales sin perder por completo su identidad ni su estructura social.

Los agricultores de maíz de Cahokia, cuya antigua civilización dejó como legado los imponentes montículos que aún pueden verse en un sitio histórico nacional de Illinois, vivieron períodos de crecimiento y declive poblacional a lo largo de los siglos
Los agricultores de maíz de Cahokia, cuya antigua civilización dejó como legado los imponentes montículos que aún pueden verse en un sitio histórico nacional de Illinois, vivieron períodos de crecimiento y declive poblacional a lo largo de los siglos. Foto: Istock

¿Cómo habría cambiado la historia si Europa hubiese llegado antes?

Uno de los hallazgos más llamativos del estudio es que, si los europeos hubieran llegado a América del Norte unos siglos antes, habrían encontrado un continente con poblaciones mucho más numerosas y organizadas. En el año 1000 d.C., muchas de las sociedades indígenas estaban en expansión, con redes comerciales activas, complejos sistemas agrícolas y estructuras sociales bien establecidas.

Sin embargo, cuando los europeos finalmente pisaron el continente en el siglo XV, muchas de estas sociedades ya habían pasado por períodos de declive y reorganización. Esto no significa que estuvieran en decadencia, pero sí sugiere que su capacidad de resistencia pudo haber sido diferente si la colonización hubiese ocurrido en otro momento de la historia.

Más allá del mito del “vacío demográfico”

Los resultados de este estudio desmontan la antigua idea de que Norteamérica era un territorio escasamente poblado y “virgen” antes de la llegada de los europeos. En realidad, el continente fue un escenario de constante cambio, donde sociedades indígenas construyeron, adaptaron y, en algunos casos, abandonaron grandes civilizaciones mucho antes de que los barcos europeos aparecieran en sus costas.

Este nuevo enfoque sobre la historia precolombina no solo reivindica la complejidad y resiliencia de las culturas indígenas, sino que también invita a repensar cómo entendemos la historia de América del Norte. Lejos de ser un relato lineal de crecimiento y colapso, fue una historia de transformación continua, en la que la adaptación al entorno y la movilidad jugaron un papel crucial.

El estudio es un recordatorio de que las civilizaciones no son estáticas y que, al igual que ocurrió en otras partes del mundo, las poblaciones indígenas de América del Norte experimentaron sus propios ciclos de auge y declive, siglos antes de que la colonización europea reconfigurara el destino del continente para siempre.

Referencias

  • R.L. Kelly, M.E. Mackie, S.R. Pelton, & E. Robinson, Spatiotemporal distribution of the North American Indigenous population prior to European contact, Proc. Natl. Acad. Sci. U.S.A. 122 (6) e2419454122, DOI: 10.1073/pnas.2419454122 (2025)

Cortesía de Muy Interesante



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