Un hallazgo en Tanzania desafía lo que sabíamos de la evolución: ‘Homo erectus’ prosperó en climas extremos mucho antes que nosotros, gracias a su ingenio y herramientas avanzadas

En el árido corazón del Pleistoceno Medio, una historia fascinante de supervivencia y adaptación se despliega en la garganta de Oldupai, Tanzania. Homo erectus, una especie que habitó la Tierra durante más de un millón de años, no solo prosperó en condiciones extremas, sino que reescribió las reglas de la evolución humana. Nuevos hallazgos en el yacimiento de Engaji Nanyori revelan que esta especie no solo sobrevivió, sino que se convirtió en una experta en adaptarse a desiertos hostiles, un logro que pudo allanar el camino para la expansión de los homínidos por todo el continente eurasiático.

Una nueva perspectiva sobre la adaptación humana

La visión tradicional de Homo erectus lo ha descrito como una especie limitada a ecosistemas relativamente estables, como bosques abiertos y pastizales. Sin embargo, los descubrimientos recientes en Engaji Nanyori desafían este paradigma. Entre 1,2 y 1 millón de años atrás, la región experimentó una transición drástica hacia un clima extremadamente árido. La vegetación se redujo a arbustos semidesérticos, similares a los que hoy bordean el Sahara, y los lagos y ríos que alguna vez dominaron el paisaje se transformaron en oasis escasos y efímeros.

Lejos de huir de estas condiciones inhóspitas, los grupos de Homo erectus se adaptaron con notable éxito. Los arqueólogos encontraron evidencia de herramientas especializadas, como raspadores y denticulados, diseñadas para maximizar la eficiencia en el procesamiento de presas. Estas herramientas, combinadas con estrategias para identificar y regresar continuamente a fuentes de agua confiables, muestran una capacidad de planificación y adaptación previamente subestimada.

Las herramientas de piedra encontradas en Engaji Nanyori, que datan de entre 1,2 y 1 millón de años atrás, presentan un nivel de elaboración más avanzado en comparación con las de períodos anteriores y otros lugares
Las herramientas de piedra encontradas en Engaji Nanyori, que datan de entre 1,2 y 1 millón de años atrás, presentan un nivel de elaboración más avanzado en comparación con las de períodos anteriores y otros lugares. Foto: Julio Mercader et al (2025). DOI: 10.1038/s43247-024-01919-1

El papel de las herramientas en la supervivencia

La clave de la supervivencia en un entorno tan hostil radicaba, en parte, en la innovación tecnológica. Las herramientas halladas en Engaji Nanyori no solo son más sofisticadas que las de períodos anteriores, sino que también reflejan una comprensión profunda de los recursos locales. El cuarzo y el basalto, materiales seleccionados cuidadosamente por su durabilidad y filo, fueron transportados desde distancias considerables para ser trabajados in situ.

Este avance tecnológico les permitió no solo cazar y procesar animales de manera más eficiente, sino también almacenar herramientas para futuros usos, una estrategia que denota planificación y previsión. Los huesos de animales encontrados junto a estas herramientas presentan marcas claras de corte, lo que indica un procesamiento intensivo para extraer carne y médula, fuentes esenciales de energía en un entorno donde los recursos eran escasos.

Superando barreras ecológicas

El descubrimiento de que Homo erectus podía sobrevivir en desiertos extremos plantea nuevas preguntas sobre cómo esta especie logró dispersarse más allá de África. Anteriormente, se pensaba que estas migraciones solo eran posibles durante períodos en los que los desiertos se transformaban en praderas, creando corredores ecológicos más favorables. Sin embargo, su capacidad para prosperar en desiertos semiáridos sugiere que estos homínidos no dependían tanto de los caprichos del clima como se creía.

Por otro lado, la resiliencia también puede haber sido un factor clave en su expansión hacia el Medio Oriente, Asia y más allá. Los desiertos que antes se consideraban barreras infranqueables para otras especies probablemente se convirtieron en pasillos transitables gracias a su capacidad de adaptación. Este enfoque versátil pudo haber sentado las bases para las adaptaciones más sofisticadas que caracterizaron a Homo sapiens cientos de miles de años después.

Paul Durkin, geólogo de la Universidad de Manitoba, analiza cuidadosamente las capas sedimentarias en el sitio de excavación de Engaji Nanyori
Paul Durkin, geólogo de la Universidad de Manitoba, analiza cuidadosamente las capas sedimentarias en el sitio de excavación de Engaji Nanyori. Foto: Stephen Hubbard/Universidad de Calgary

Redefiniendo la narrativa evolutiva

El estudio de Engaji Nanyori no solo desafía la idea de que Homo sapiens fue el primero en adaptarse a entornos extremos, sino que también amplía nuestra comprensión de lo que significa ser humano. La capacidad de Homo erectus para identificar patrones climáticos, optimizar el uso de herramientas y establecer una relación simbiótica con su entorno revela un nivel de inteligencia y adaptabilidad que anteriormente se atribuía únicamente a nuestra especie.

Estos hallazgos también destacan la importancia de abordar la evolución humana desde una perspectiva más amplia. En lugar de centrarnos exclusivamente en Homo sapiens como el pináculo de la adaptación, debemos reconocer a las especies anteriores, como Homo erectus, como los pioneros que allanaron el camino hacia la diversidad y complejidad de la humanidad moderna.

Homo erectus, un maestro de la adaptación

A medida que se excava más en Engaji Nanyori y otros sitios similares, surge una imagen más clara de Homo erectus como un “generalista especializado”, capaz de ajustarse a una variedad de paisajes sin perder su eficiencia. Este rasgo, que combina innovación tecnológica con flexibilidad ecológica, redefine cómo entendemos la supervivencia y la expansión humana.

Los desiertos, una vez considerados inhóspitos y desolados, fueron para Homo erectus un terreno de oportunidades. Este legado de ingenio y resistencia no solo subraya la importancia de la adaptación en la evolución humana, sino que también nos invita a reflexionar sobre cómo enfrentamos los desafíos en el presente y el futuro.

Referencias

  • Mercader, J., Akuku, P., Boivin, N. et al. Homo erectus adapted to steppe-desert climate extremes one million years ago. Commun Earth Environ 6, 1 (2025). DOI: 10.1038/s43247-024-01919-1

Cortesía de Muy Interesante



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